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Madre de niña panameña acusó a agentes de EEUU de no permitir hospitalizarla

La infante murió el miércoles en lo que, según su madre, fue el noveno día que la familia pasó bajo custodia de la Patrulla Fronteriza.
Por: AP
sábado, 20 mayo 2023
AP | La política de la agencia señala que las detenciones no deben superar las 72 horas

La madre de una niña panameña de ocho años que tenía bajo custodia la Patrulla Fronteriza dijo que los agentes ignoraron repetidamente sus ruegos para hospitalizarla mientras sufría dolor de huesos, tenía dificultades para respirar y no podía caminar.

Los agentes dijeron que el diagnóstico de influenza que se le había dado a la niña no requería hospitalización, dijo Mabel Álvarez Benedicks en una emotiva entrevista telefónica.

Sabían que la pequeña tenía antecedentes de problemas cardíacos y anemia de células falciformes.

“A mi hija me la mataron porque ella quedó casi un día y medio sin respirar”, dijo la madre. “Lloraba, suplicaba por su vida y no le hicieron caso. Nada hizo por ella”.

La niña murió el miércoles en lo que, según su madre, fue el noveno día que la familia pasó bajo custodia de la Patrulla Fronteriza. La política de la agencia señala que las detenciones no deben superar las 72 horas, una norma que suele infringirse durante épocas de mucha actividad.

Es casi seguro que el testimonio genere dudas en torno a si la Patrulla Fronteriza manejó adecuadamente la situación, es el segundo fallecimiento de un menor de edad en dos semanas luego de que un enorme incremento en los cruces fronterizos dejará una fuerte sobrecarga en las instalaciones de detención .

Roderick Kise, portavoz de la agencia matriz de la Patrulla Fronteriza, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), dijo que no podía hacer comentarios más allá de un comunicado inicial porque el deceso está siendo investigado.

En esa nota, la CBP dijo que la niña experimentó “una emergencia médica” en una instalación en Harlingen, Texas, y tardó más ese día en un hospital.

La versión de la madre

Álvarez Benedicks, de 35 años, contó que ella, su marido y sus tres hijos, de 14, 12 y ocho años, cruzaron la frontera hacia Brownsville, Texas, el 9 de mayo.

Cuando un médico diagnosticó que la niña de ocho años, Anadith Tanay Reyes Álvarez, padecía influenza, la familia fue enviada al centro de Harlingen el 14 de mayo. Se desconoce por qué estuvo detenida tanto tiempo.

En su primer día en Harlingen, Anadith se despertó con fiebre y dolor de cabeza, según su madre, que dijo que las instalaciones estaban polvorientas y olían a orina.

Cuando le dijo a un agente que a su hija le dolían los huesos, dice que él le respondió: “Ah, tu hija está creciendo, por eso le duelen los huesos. Dale agua”.

“Yo me le quedé viendo”, dijo Álvarez Benedicks. ”¿Cómo va a saberlo, si no es doctor?”

Según su relato, un médico le dijo que el dolor estaba relacionado con la influenza. Ella pidió una ambulancia para llevar a su hija al hospital porque tenía dificultad para respirar, pero no lo autorizaron. “Yo sentí que no me creían”, manifestó.

Anadith recibió solución salina, una ducha y fármacos contra la fiebre para reducir su temperatura, pero sus problemas respiratorios continuaron, destacando su madre, agregando que el dolor de garganta le impidió comer y que había dejado de caminar.

En un momento dado, un doctor le pidió a los padres que regresaran si Anadith se desmayaba, contó Álvarez Benedicks. Volvieron a rechazar su petición de una ambulancia cuando le comprobaron la presión arterial el miércoles.

Más tarde en el día, se llamó a la ambulancia cuando la niña perdió el conocimiento y le salía sangre por la boca, afirmó la madre, que insiste en que su hija ya no tenía constantes vitales en el centro de la Patrulla Fronteriza, antes de salir hacia el hospital.

La familia se aloja en un albergue para migrantes en McAllen, Texas, y busca dinero para trasladar los restos mortales de su hija a la ciudad de Nueva York, su destino final en Estados Unidos.

Anadith, cuyos padres son hondureños, nació en Panamá con una cardiopatía congénita. Hace tres años se sometió a una operación que su madre calificó como exitosa. Eso la inspiró a querer convertirse en doctora.

Su muerte se produjo una semana después de la de Ángel Eduardo Maradiaga Espinoza, un hondureño de 17 años que viajó solo y murió bajo custodia del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos.

Las prisas por llegar a la frontera antes de que expirasen las restricciones al asilo decretadas por la pandemia del coronavirus, conocidas como Título 42, elevaron la presión de forma extraordinaria.

La Patrulla Fronteriza detuvo a una media de 10.100 personas al día durante cuatro días de la semana pasada, frente al promedio de 5.200 de marzo.

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