Lula restringe el acceso de civiles a armas de fuego
El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva promulgó el viernes un decreto que endurece las restricciones a los civiles para acceder a armas de fuego, medida que revierte las políticas proarmas de su predecesor derechista Jair Bolsonaro.
El decreto reduce el número de armas que los civiles pueden tener para su seguridad personal de cuatro a dos, la cantidad de municiones para cada arma de 200 a 50 cartuchos, y exige tener documentos para demostrar que necesitan poseerlas.
Además les prohíbe a los civiles la posesión de pistolas 9 mm, cuyo uso queda restringido a la policía y el ejército.
El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva promulgó el viernes un decreto que endurece las restricciones a los civiles para acceder a armas de fuego, medida que revierte las políticas proarmas de su predecesor derechista Jair Bolsonaro.
El decreto reduce el número de armas que los civiles pueden tener para su seguridad personal de cuatro a dos, la cantidad de municiones para cada arma de 200 a 50 cartuchos, y exige tener documentos para demostrar que necesitan poseerlas.
Además les prohíbe a los civiles la posesión de pistolas 9 mm, cuyo uso queda restringido a la policía y el ejército.
Las nuevas disposiciones también consolidan a la Policía Federal como la entidad oficial encargada del control de armas, haciendo a un lado a las fuerzas armadas, que antes ejercían ese papel.
En mayo, el ministro de Justicia de Lula había fijado un plazo para que los civiles registraran legalmente sus armas de fuego ante la Policía Federal. Anteriormente ese trámite se hacía ante los militares, pero el nuevo gobierno izquierdista de Lula ha puesto en duda la confiabilidad de las fuerzas armadas para que cumplan esa función, debido a la tendencia de muchos de sus integrantes a respaldar a Bolsonaro.
“Seguiremos luchando por un país desarmado. Quienes deberían estar bien equipados con armas de fuego son la policía y las fuerzas armadas federales de Brasil”, dijo Lula.
Los campos de tiro, que proliferaron durante el gobierno de Bolsonaro y que estaban relativamente no regulados, enfrentan ahora nuevas restricciones. Sólo pueden operar de las 6 de la mañana a las 10 de la noche y deben ubicarse por lo menos a un kilómetro (0,6 millas) de distancia de cualquier escuela.
La nueva política de Lula también redujo los permisos para la posesión de armas de 10 años durante el gobierno de Bolsonaro a nuevos límites de entre tres y cinco años, dependiendo del interesado.
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