Jóvenes protestaron en Glasgow por el cambio climático
Los jóvenes dentro y fuera de las conversaciones de las Naciones Unidas sobre el cambio climático le están diciendo a los gobernantes del mundo que se apresuren y logren detenerlo, que las medidas concretas para evitar el calentamiento catastrófico no pueden esperar.
Ashley Lashley, una mujer de Barbados de 22 años que forma parte del equipo negociador de su país sobre el clima en Glasgow, se preguntó cómo comunicar la necesidad de urgencia durante una sesión sobre el mercado de carbono.
Mientras escuchaba a otros delegados debatir el intricado y espinoso tema que ha desconcertado a los negociadores durante más de seis años, se le vino una frase a la cabeza: “bla-bla-bla”.
Esa es la expresión que la destacada activista adolescente del clima Greta Thunberg ha comenzado a repetir para manifestar sus pensamientos sobre el ritmo de las acciones gubernamentales para frenar el calentamiento global.
El movimiento Viernes por el Futuro, inspirado en Thunberg, efectuó una manifestación afuera de la sede de la conferencia para apremiar a los negociadores que se encontraban dentro y atrajo a decenas de miles de participantes.
Y en el interior, la sesión a la que asistía Lashley se extendía aburridamente. Le preocupa que sus colegas negociadores se empantanen fácilmente en minucias y pierdan la perspectiva del conjunto: impedir que las emisiones aumenten la temperatura global en 1,5 grados centígrados (2,7 grados Fahrenheit), lo que podría causar la desaparición de algunas naciones isleñas y de otros lugares vulnerables.
“¿Qué no pueden simplemente concluir?”, recordó Lashley haber pensado el viernes. Ella es uno de los pocos jóvenes que participan en las negociaciones.
Umuhoza Grace Ineza, una negociadora de Ruanda de 25 años, dijo observar que algunas sesiones avanzan lentamente y escucha a otros negociadores decir: “Ooh, intentemos de esta manera, de esta otra, y luego podemos llegar a una decisión en la próxima sesión”.
Ineza dice que quiere preguntarles si comprenden lo urgente que es limitar el cambio climático para la próxima generación.
“Me pregunto: ¿Estas personas tienen hijos?”, señaló.
AJ Convertino y Evan Gonzalez, estudiantes de licenciatura de la Universidad de Michigan que participan como observadores, dijeron que presenciar las sesiones desde el interior los hizo más impacientes pero también más optimistas porque ven que se están diciendo y haciendo las cosas correctas, aunque aún con demasiada lentitud.
Una conferencia sin jóvenes
El viernes fue el día que la conferencia de la ONU dijo estaba dedicado a los jóvenes. Pero en ocasiones el programa no reflejó eso: una conferencia de prensa en la que funcionarios conversaron sobre la juventud tuvo un panel sin miembros menores de 30 años, y en los eventos a la hora del almuerzo participaron el exvicepresidente estadounidense Al Gore, de 73 años, y el enviado de Washington para el clima, John Kerry, de 77.
“Cuando llegué a la COP26, sólo podía ver a hombres blancos maduros de traje y corbata”, dijo Magali Cho Lin Wing, de 17 años, integrante de la Junta Asesora para la Juventud de Unicef en Gran Bretaña.
“Y pensé: ‘A ver, ¿es esta una conferencia climática o un evento empresarial?’ ¿Para esto vinieron? ¿Para intercambiar tarjetas profesionales?”
Y salvo en raras ocasiones, las personas jóvenes dicen que no las están escuchando.
“Se trata de nuestro futuro. Nuestro futuro está siendo negociado, y no tenemos un asiento en la mesa”, dijo Julia Horchos, una estudiante del Boston College de 20 años, quien se encuentra en la conferencia pero no ha ingresado a las sesiones de negociación.
Con todo, comprenden la importancia de al menos estar cerca de la sala donde se desarrolla el evento.
“Es mi vida”, dijo Horchos. “Definitivamente tengo la responsabilidad de incrementar la presión”, apuntó.
La directora ejecutiva internacional de Greenpeace, Jennifer Morgan, dio crédito a los participantes de la conferencia y activistas menores de 30 años.
“La juventud ha dado una urgencia crucial a las conversaciones”, señaló Morgan. “Han puesto énfasis en lo que está en juego para los jóvenes si no se cierra la brecha de los 1,5 grados centígrados”.
Afuera de las negociaciones, los temores por el futuro eran los mismos, pero eran expresados de otra manera.
Durante la manifestación del Viernes por el Futuro en el parque Kelvingrove de Glasgow, activistas, en su mayoría jóvenes, portaban pancartas con frases como: “Debo limpiar mi mugre, ¿por qué no limpian la suya?” y “Detengan los crímenes climáticos”.
Thunberg lo ve como un fracaso
En su discurso en la manifestación del viernes afuera de la sede de la conferencia, Thunberg catalogó las conversaciones de la ONU sobre el clima en Glasgow como “un fracaso” hasta el momento, y acusó a los gobernantes de crear activamente vacíos legales en las reglas y presentar panoramas engañosos sobre las emisiones de sus países.
“Los gobernantes del mundo están obviamente asustados de la verdad, pero no importa cuánto lo intenten, no pueden escapar a ella”, declaró la activista sueca de 18 años. “No pueden ignorar el consenso científico, y sobre todo no pueden ignorarnos a nosotros, a la gente, incluidos sus propios hijos”.
La protesta del Viernes por el Futuro formó parte de una serie de movilizaciones que se están llevando a cabo el viernes y el sábado en el mundo para que coincidan con las conversaciones.
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