Gobierno de Trump prohíbe a Harvard matricular estudiantes internacionales

El Gobierno de Trump revocó este jueves la potestad de la Universidad de Harvard para matricular estudiantes internacionales, lo que representa una fuerte escalada en la batalla por la autonomía de la escuela de la Ivy League frente a las demandas políticas de la administración.
“Harvard ya no puede matricular a estudiantes extranjeros y los estudiantes extranjeros existentes deben transferirse o perder su estatus legal”, dijo el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos en un comunicado.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, ordenó a su departamento que pusiera fin a la certificación del Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio de Harvard, cumpliendo así una promesa hecha el mes pasado cuando exigió a la universidad que entregara registros detallados sobre las “actividades ilegales y violentas” de sus estudiantes internacionales antes del 30 de abril o se enfrentaría a la pérdida de su certificación.
Noem, en una carta dirigida a Harvard el jueves, acusó a la universidad de “perpetuar un ambiente universitario inseguro, hostil al estudiante judío, que promueve simpatías hacia Hamas y emplea prácticas racistas de ‘diversidad, equidad e inclusión”.
“Que esto sirva de advertencia a todas las universidades e instituciones académicas del país”, afirmó el Departamento de Seguridad Nacional.
Harvard se ha convertido en la zona de conflicto de la administración de Trump con las universidades estadounidenses de élite, mientras busca influir en la programación, las políticas, la contratación y las admisiones de algunos campus universitarios amenazando con recortar las prestaciones federales.
Los funcionarios de Trump afirman que intentan erradicar el antisemitismo tras las polémicas protestas en el campus por la guerra entre Israel y Hamas y erradicar las prácticas de diversidad, equidad e inclusión que denuncian como “discriminación ilegal e inmoral”.
Harvard condenó rápidamente la medida de “ilegal” en un comunicado este jueves, y agregó que está “plenamente comprometida a mantener la capacidad de Harvard para acoger a estudiantes y académicos internacionales, que provienen de más de 140 países y enriquecen a la Universidad —y a esta nación— de manera inconmensurable”.
“Trabajamos rápidamente para proporcionar orientación y apoyo a los miembros de nuestra comunidad. Esta acción de represalia amenaza con perjudicar gravemente a la comunidad de Harvard y a nuestro país, y socava la misión académica y de investigación de Harvard”, dijo Jason Newton, portavoz de la universidad.
Una parte significativa del alumnado de Harvard podría verse afectado con esta medida. La universidad afirma que cuenta con 9.970 personas en su población académica internacional, y los datos muestran que 6.793 estudiantes internacionales representan el 27,2 % de su matrícula en el curso académico 2024-2025.
Algunos miembros del personal de Harvard temen que la desocupación de la universidad por parte de sus estudiantes extranjeros debilitaría el potencial académico tanto de la institución como, potencialmente, del mundo académico estadounidense en su conjunto.
La Casa Blanca indicó el jueves que “matricular a estudiantes extranjeros es un privilegio, no un derecho” después de que el Gobierno revocara la potestad de la universidad para matricular estudiantes internacionales.
“Harvard ha convertido su otrora gran institución en un semillero de agitadores antiestadounidenses, antisemitas y proterroristas. Han fracasado repetidamente en tomar medidas para abordar los problemas generalizados que afectan negativamente a los estudiantes estadounidenses y ahora deben afrontar las consecuencias de sus acciones”, dijo a CNN la portavoz de la Casa Blanca Abigail Jackson.
El profesor de economía de Harvard y exfuncionario del Gobierno de Obama, Jason Furman, calificó la medida de “horrenda en todos los sentidos”.
“Es imposible imaginar Harvard sin nuestros increíbles estudiantes internacionales. Son un gran beneficio para todos aquí, para la innovación y para Estados Unidos en general”, comentó Furman. “La educación superior es una de las grandes exportaciones de Estados Unidos y una fuente clave de nuestro poder blando. Espero que esto se detenga rápidamente antes de que el daño empeore”.
Otro profesor familiarizado con la situación dijo a CNN que si la medida entra en vigor, teme que “muchos laboratorios se vacíen”.
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