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Francia: Cae el Gobierno de Michel Barnier tras la moción de censura

El primer ministro describió la situación como "el momento de la verdad" y de "la responsabilidad", previo a la sesión legislativa.
miércoles, 04 diciembre 2024
Cortesía | Buscaba consolidar su plan de financiación de la Seguridad Social

El Gobierno de Michel Barnier cayó este miércoles 4 de diciembre, tan solo tres meses después de ser elegido por el presidente Emmanuel Macron.

La moción de censura propuesta por el bloque de izquierdas Nuevo Frente Popular (NFP) fue aprobada por una amplia mayoría de 331 parlamentarios, superando con comodidad los 288 necesarios para derribar al Gobierno, informó France 24.

En un inusual escenario, legisladores de la extrema derecha de Agrupación Nacional (RN) unieron fuerzas con el conglomerado izquierdista para terminar con el corto mandato de Barnier, quien solo gozaba del apoyo del centrismo y la derecha tradicional francesa.

Ningún Gobierno francés había perdido en una moción de censura desde 1962, cuando Georges Pompidou fue cesado por el Parlamento.

Se espera que Barnier entregue su renuncia a Emmanuel Macron en las próximas horas, aunque podría mantenerse como primer ministro interino hasta que el presidente escoja a su reemplazo.

Reacciones

“Finalmente, el Gobierno Barnier ha caído, al igual que su violento presupuesto”, comentó Mathilde Panot, de Francia Insumisa (LFI), que forma parte de NFP, citada por RT.

Tras calificar la jornada en la Asamblea de “día histórico” pronosticó que en pocos meses Macron será el primer presidente de la República objeto de un procedimiento de destitución desde el inicio de la Quinta República.

“LFI pide ahora a Emmanuel Macron que se vaya”, exclamó.

Jean-Luc Mélenchon, fundador de LFI, saludó la medida, que tachó de “inevitable”. “Incluso con un Barnier cada tres meses, Macron no durará tres años”, escribió en su cuenta de X la líder del partido de ultraderecha Agrupación Nacional, Marine Le Pen, estima que el presidente Emmanuel Macron debería decidir por sí mismo lo que tiene que hacer tras aprobarse la moción de censura contra el Gobierno de Michel Barnier.

Tras acusar al mandatario de ser “el gran responsable de la situación actual”, Le Pen expresó en declaraciones a TF1 que ahora el presidente “asumirá sus responsabilidades” y “hará lo que le dicte su razón y lo que le dicte su conciencia”.

Antecedentes de la caída

Se decidió celebrar la votación después de que el primer ministro recurriera a un procedimiento constitucional para adoptar, sin votación del Parlamento, su plan de financiación de la Seguridad Social.

Según el artículo 49.3 de la Constitución francesa, el Ejecutivo puede promulgar leyes sin la aprobación del Parlamento, pero los legisladores pueden impugnarla mediante una moción de censura que, si prospera, no solo rechazaría la ley, sino que además obligaría al Gobierno a dimitir.

Antes de la votación, el primer ministro describió la situación como “el momento de la verdad” y de “la responsabilidad”. En relación al grave déficit que afecta Francia, subrayó que intentó afrontar esa realidad “presentando textos financieros difíciles”.

“Hubiera preferido distribuir dinero, aunque no lo tuviéramos. Pero esta realidad permanece ahí, no desaparecerá por arte de magia de una moción de censura. Esta realidad será recordada por cualquier gobierno, sea cual sea”, dijo Barnier.

Al recordar los enormes fondos que requiere el pago de los intereses de la deuda récord de Francia, el primer ministro advirtió que esa situación no va a cambiar con la dimisión del Gobierno.

“La deuda siempre estará ahí”, auguró.

Durante su intervención en la discusión de la moción, previo a la votación, la líder de la ultraderecha Marine Le Pen afirmó que el presupuesto de Barnier pretendía “tomar como rehenes a los franceses, en particular a aquellos más vulnerables”, pertenecientes a las clases bajas y medias. “¿A dónde va el dinero? Cada vez hay más impuestos, pero menos servicios públicos y protección social”, manifestó.

En este sentido, Le Pen acusó al Gobierno de Barnier de “negarse” a aceptar la contrapropuesta presupuestaria que su partido presentó, la cual planteaba poner fin a los gastos que van en contra de la voluntad de los ciudadanos, devolver el poder adquisitivo a los franceses y luchar contra los alquileres, la especulación y el fraude.

“No obtuvimos concesiones, sino migajas”, insistió, lamentando la intransigencia del gobierno.

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