Mundo

Ecuador pone fin a violenta crisis con acuerdo con indígenas

Las negociaciones duraron más de cuatro horas
lunes, 14 octubre 2019
AFP | Miles de personas se manifestaron durante la semana

Ecuador anunció el domingo el fin de una violenta crisis de casi dos semanas mediante un acuerdo entre gobierno e indígenas que revoca la eliminación de subsidios al combustible que había sido pactada con el FMI.

Después de más de cuatro horas de negociación con la mediación de la ONU y la Iglesia católica, las dos partes asumieron un compromiso que atiende la exigencia del movimiento indígena: la derogatoria del decreto que había liberado el precio del diésel y la gasolina, encareciéndolos hasta en 123%.

Miles de personas, entre ellos un alto número indígenas que se habían manifestado durante toda la semana, se volcaron a las calles de Quito para festejar, pese al toque de queda impuesto por el presidente Lenín Moreno a raíz de los fuertes disturbios de la víspera.

También hubo fuegos pirotécnicos en los exteriores del Ágora, el coliseo donde se concentraron los aborígenes que habían llegado a la capital en una movilización respaldada por estudiantes y algunos sindicatos.

El líder de la Confederación de Nacionalidades Indígenas, Jaime Vargas, anunció de inmediato el levantamiento de las protestas que dejaron siete muertos, 1.340 heridos y 1.152 detenidos según la Defensoría del Pueblo.

“Se ha dejado sin efecto el decreto 883 y eso es para todo el país. ¡Viva el Ecuador! ¡Viva la paz!”, proclamó Vargas al término de las negociaciones con Moreno en persona.

Reacción presidencial

El mandatario, que reconoció el “sacrificio de cada una de las partes”, escribió luego en Twitter: “El gobierno sustituirá el decreto 883 por uno nuevo que contenga mecanismos para focalizar los recursos en quienes más los necesitan”.

El próximo acuerdo “probablemente signifique que ya el ahorro no será tan grande como el que se esperaba”, comentó a la AFP el analista económico Alberto Acosta Burneo.

Moreno firmó compromisos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para obtener créditos por 4.200 millones de dólares destinados a aliviar el pesado déficit fiscal que achaca al derroche, endeudamiento y corrupción del gobierno de su antecesor y exaliado Rafael Correa.

A cambio lleva a cabo una política de ajustes que, además de desmontar ayudas, prevén recortar derechos a los empleados públicos, como la disminución del tiempo de vacaciones (de 30 a 15 días). El país desembolsa 1.300 millones de dólares al año en subsidios al diésel y la gasolina.

“Ecuador tiene que cumplir los compromisos con el FMI porque nadie le va a prestar si es que quiere seguir gastando y quiere seguir viviendo de la deuda, que fue la estrategia que se aplicó desde 2014”, manifestó Acosta Burneo, de la consultora Grupo Spurrier.

 

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