Desaparición de joven en Argentina es todo un misterio y escándalo
A dos semanas de su desaparición, el caso de la joven argentina Cecilia Strzyzowski se enrarece cada vez más y ya se convirtió en un escándalo nacional que involucra violencia de género, poder político y económico y un misterio todavía sin resolver.
“¿En dónde está Cecilia?”, es la pregunta que recorre medios de comunicación, redes sociales, conferencias de prensa, marchas y activismos de todo tipo alrededor de un crimen que se investiga como femicidio a pesar de que todavía no se ha encontrado ningún cuerpo.
El pasado jueves 1 de junio, Cecilia, de 29 años, se despidió de su tía abuela, Mercedes Flores, para irse con su pareja, César Sena, de 19.
Su plan era pasar la noche en casa de sus suegros, en Chaco, una provincia del norte argentino en donde residían, y, al día siguiente, partir juntos a la ciudad de Corrientes para volar hacia Ushuaia, en el extremo sur del país. Pero nunca volvió a saberse nada más de ella.
Comenzó entonces un periplo de engaños, ya que en los días siguientes la madre de Cecilia, Gloria Romero, le escribió en varias ocasiones a su hija a su teléfono celular para saber cómo estaba.
La joven supuestamente le contestaba, aunque se negaba a mandarle imágenes del viaje.
El lunes, es decir, cuatro días después de su partida, todo cambió. Varios policías llegaron a la casa de Romero para decirle que su hija estaba desaparecida. La mujer, alarmada, volvió a escribirle al celular para exigirle explicaciones.
“Debería decirte la verdad, pero estoy súper cansada de todo. Prefiero que me dejen de joder. Pregúntale a César si querés saber la verdad. Ya tengo suficiente (…) hace ya tiempo que empezamos los trámites de divorcio. A César también le dije que me deje de joder. Con mi plata pago lo que quiero”, respondió Cecilia.
O más bien, quien se hizo pasar por ella, porque los investigadores sospechan que en realidad César la estaba suplantando y que, para entonces, ya la había matado en complicidad con sus padres, Emerenciano Sena y Marcela Acuña, dos influyentes líderes políticos de Chaco.
Acusados y elecciones
Una semana después de la desaparición, fueron detenidas siete personas.
César quedó acusado de homicidio triplemente agravado por el vínculo, por el concurso premeditado de dos o más personas y por haberse realizado en un contexto de violencia de género.
Sus padres, Marcela y Emerenciano, fueron imputados como coautores.
Fabiana González, asistente de Acuña, fue considerada “participe necesaria”; y su esposo, Gustavo Obregón, “partícipe secundario”, al igual que Gustavo Melgarejo y Griselda Reynoso, una pareja que cuidaba una de las casas de los Sena.
De todos ellos, Acuña, Sena, González y Obregón formaban parte de las listas oficialistas que competirán el próximo domingo en las elecciones internas de candidatos a legisladores e intendentes provinciales.
Son las listas que encabeza Jorge Capitanich, el gobernador de Chaco, que busca su tercera reelección y que ha quedado en medio del escándalo debido a sus vínculos personales y políticos con los Sena.
A sabiendas de que el caso puede afectar su resultado electoral, Capitanich intentó desligarse de sus antiguos aliados, se solidarizó con la familia de la joven y prometió justicia.
Lo que no quiso aceptar fue la cancelación de las elecciones primarias del domingo, como lo exigían algunas sectores que esperaban que una medida de este tipo demostrara que, ahora, la prioridad no es la política sino encontrar a Cecilia.
La carta y las versiones
Mientras las campañas siguen adelante en medio de la conmoción y de inéditas marchas masivas en la provincia, la causa judicial depara sorpresas a diario.
El jueves, por ejemplo, César Sena, quien es el principal acusado y hasta ahora se ha negado a declarar, le escribió una carta a mano al fiscal Jorge Cáceres para denunciar a Juan Díaz, el abogado que esta semana renunció a defenderlo.
“Señor Fiscal: soy César Sena. Estoy acusado en esta causa y me enteré porque escuché que Díaz que era mi abogado defensor y de toda mi familia está saliendo en todos los medios de comunicación y está hablando cosas horribles de mí. Tengo miedo por mí y hago responsable a esta persona si a mí me pasa algo”, advirtió.
El abogado, efectivamente, mediatizó su renuncia al caso y en múltiples entrevistas advirtió que las autoridades siguen la pista correcta. Tampoco ha escatimado en especulaciones.
“Creo que se pueden encontrar restos”, aseguró al afirmar que está convencido de que César mató a la joven, aunque no puede definir el grado de participación que tuvo el resto de los acusados para cometer el homicidio, manipular pruebas y desaparecer el cuerpo.
Otra fuente que ha enrarecido la investigación es Gustavo Melgarejo, el excasero de una de las propiedades de los Sena, quien es uno de los siete detenidos.
Es, también, el único que ha aceptado declarar, pero sus versiones son confusas, contradictorias y, con el pasar de los días, la fiscalía desconfía cada vez más de sus palabras.
Primero dijo que, el domingo 4 de julio, cuatro días después de la desaparición, vio a Cecilia en una camioneta que manejaban César y otro de los imputados y que la llevaron a un campo propiedad de la familia.
“Cecilia estaba amordazada, con vida y en el asiento trasero”, aseguró, pero en los rastrillajes que se hicieron en el lugar no se encontró una sola prueba.
Luego aseguró que habían llevado el cuerpo de la joven a un basural, pero hasta el momento tampoco hay evidencia alguna. Y el país sigue sin saber dónde está Cecilia.
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