Curva de covid-19 en Argentina crece a ritmo lento

La llamada curva de la que tanto se habla sube este lunes en Argentina a un ritmo lento con respecto a otros países, tras 25 días de un aislamiento que se alarga y es fundamental para detener la propagación del covid-19, reseña Prensa Latina.

El presidente, Alberto Fernández, a quien se le ve tanto en lugares donde se levantan hospitales modulares como en constantes reuniones y en entrevistas en vivo, ratificó que pese al impacto que ha tenido la reclusión, con la cual se ha logrado ralentizar los contagios, “ni por casualidad está resuelto el problema”.

“Estamos muy lejos, pero si seguimos cumpliendo la cuarentena continuaremos amesetando el ritmo de pacientes positivos al nuevo coronavirus”, declaró el domingo tarde en la noche en el programa Juntos Podemos Lograrlo, del canal Telefe, en una entrevista de más de una hora en la cual volvió a recalcar que, aunque le preocupa la economía, lo primero hoy es cuidar la salud de la gente.

Fernández recalcó que el balance del primer mes es positivo, pero Argentina está lejos de cantar victoria. “Tengo la triste noticia de decirles que no sé cuánto tiempo va a durar esto”, subrayó, tras ser abordado sobre cuánto más el país estará en cuarentena y subrayó: “Si le va muy bien al mundo en un año y medio tendremos una vacuna”.

Además, sobre la situación económica en un país que ya arrastraba una crisis importante, volvió a sostener que la prioridad ahora es la salud y envió también el mensaje para aquellos que se sienten angustiados tras subrayar que los que más necesitan van a tener la comida y los recursos.

“Nosotros lo que queremos es que el día después de esta pesadilla las empresas estén en pie para recibir a los trabajadores”, acotó el Presidente, quien convocó una vez más a los argentinos a estar más juntos que nunca para superar esta mala y triste época que mueve al mundo del cual espera, dijo, sea más solidario después de todo esto.

Por último, con una cuarentena administrada, como la definió el mandatario, extendida hasta el 26 de abril y con la apertura de algunas actividades pequeñas, Argentina batalla hoy contra lo que el propio Fernández definido como “un enemigo invisible”.

El fin de semana último muchos pasaron en casa, como pudieron, el Día de Pascua, y el silencio es continuo en Buenos Aires.

Además, la realidad es que los casos siguen siendo múltiples, 167 de ellos el sábado, convirtiéndose en la cifra más alta desde el paciente 0.

Al cierre de esta nota los infectados sumaban 2.208, aunque de ese total 500 ya se han recuperado y se registran 95 muertes, cinco de ellas en las últimas horas.

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