Corea del Norte lanza nuevo misil y países se mantienen alertas
El Ejército de Estados Unidos y Seúl confirmaron que Corea del Norte lanzó un misil al mar este 5 de enero, el primero de 2022.
La acción es considerada una clara señal de Pyongyang de no estar interesado en volver a las conversaciones de desnuclearización, mientras se concentra en aumentar su arsenal de armas.
El lanzamiento del misil balístico de Corea del Norte se produjo justo una semana después de que, en una reunión con el partido gobernante, el líder Kim Jong-Un prometiera fortalecer la capacidad militar de su país.
También se produjo pocas horas antes de que el presidente surcoreano, Moon Jae-in, asistiera a una ceremonia, cerca de la frontera con el Norte, por el inicio de la construcción de una línea ferroviaria que espera eventualmente conectar la dividida península coreana.
Moon la llamó “un trampolín para la paz y el equilibrio regional” en la península.
El proyectil fue disparado alrededor de las 8:10 a.m., hora local, desde una ubicación tierra adentro, sobre la costa este y hacia el mar, según indicó el Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur.
El misil aterrizó en el mar de Japón, aunque fuera de sus aguas territoriales, reportó la prensa local, y según el ministro de Defensa de la nación, Nobuo Kishi, el proyectil sobrevoló unos 500 kilómetros.
Se trata de un claro desafío de Pyongyang a la comunidad internacional, pues las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU le prohíben todos los ensayos con armas atómicas y de misiles balísticos y le ha impuesto numerosas sanciones por su programa nuclear.
Pero la nación norcoreana ha continuado disparando una variedad de nuevos misiles balísticos de corto alcance, incluido uno lanzado desde un submarino el pasado octubre. Entonces, argumentó que no debería ser penalizado por desarrollar armas que otros países ya poseen.
“Nuestro Ejército mantiene una postura de preparación para un posible lanzamiento adicional, mientras monitorea de cerca la situación en estrecha cooperación con Estados Unidos”, advirtió el Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur, a través de un comunicado.
Además, el Consejo de Seguridad Nacional surcoreano convocó una reunión de emergencia y subrayó que este lanzamiento ocurrió “en un momento en que la estabilidad interna y externa es extremadamente importante” y pidió a las autoridades norcoreanas que regresen a la mesa de diálogo.
Las alarmas vuelven a encenderse en la región.
En Japón, el Ministerio de Relaciones Exteriores anunció que los ministros de Exteriores y de Defensa sostendrán conversaciones con sus homólogos estadounidenses el próximo viernes 7 de enero para discutir cuestiones de seguridad.
¿Se diluyen las posibilidades de un diálogo sobre desnuclearización?
Moon reconoció que el lanzamiento generó preocupaciones y pidió a Corea del Norte que haga esfuerzos sinceros por retomar las conversaciones sobre su desnuclearización.
“No debemos perder la esperanza del diálogo para superar fundamentalmente esta situación (…) Si ambas Coreas trabajan juntas y crean confianza, la paz se logrará algún día”, sostuvo el mandatario.
No obstante, los nuevos movimientos de Pyongyang alejan cada vez más esa posibilidad y Moon enfrenta mayores desafíos en su impulso por lograr un avance diplomático antes de que finalice su mandato de cinco años, el próximo mayo.
Reconectar a las dos Coreas a través de un ferrocarril fue justamente un tema central en las reuniones entre Kim y Moon en 2018, pero esos esfuerzos no llegaron a ninguna parte ya que las conversaciones destinadas a convencer a Corea del Norte de que entregue sus armas nucleares a cambio de aliviar las sanciones internacionales flaquearon en 2019.
La diplomacia internacional colapsó debido a las diferencias sobre cuánto alivio de las sanciones debería otorgarse a Corea del Norte a cambio de medidas de desnuclearización limitadas.
Desde entonces, Kim Jong-Un ha amenazado con ampliar su arsenal atómico, pese a que la economía de su país ha sufrido importantes reveses en medio de la pandemia del covid-19, las persistentes sanciones económicas y la mala gestión de su Gobierno.
“En lugar de expresar su disposición hacia las conversaciones de desnuclearización o su interés en una declaración de fin de la guerra, Corea del Norte está señalando que ni la variante Ómicron ni la escasez de alimentos domésticos detendrán su agresivo desarrollo de misiles”, resaltó Leif-Eric Easley, profesor de estudios internacionales de la Universidad de Seúl.
El Servicio de Investigación del Congreso de Estados Unidos concluyó en un informe emitido el pasado diciembre que Corea del Norte “continúa construyendo una capacidad de combate nuclear diseñada para evadir las defensas regionales de misiles balísticos”.
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