En Colombia, a comienzos de noviembre, entró en vigencia un impuesto a los alimentos ultraprocesados, que busca incrementar su valor de manera progresiva, para desalentar el consumo. Lo que significa un avance en América Latina, pues es el primer país en la región en aplicar una medida de esta índole, que va más allá del “etiquetado frontal”, que aplican otras naciones.
El 1 de noviembre de 2023 entró en vigencia en Colombia el denominado “impuesto saludable” para alimentos y bebidas ultraprocesados, es decir, que contienen azúcar, sodio y grasas en grandes proporciones.
Este gravamen generó un fuerte debate en varios sectores de la sociedad colombiana: la industria alimentaria y los supermercados se opusieron debido a la disminución en las ventas que puede generar; y los economistas advirtieron que esto podría impactar en la inflación, al aumentar los precios de los alimentos.
Según Oliver Pardo, director del Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana, “los hogares más pobres tendrían que dedicar cinco dólares más para el pago de impuestos” si se continúa con el consumo de estos productos y no son reemplazados por otros más saludables.
El efecto del impuesto a alimentos ultraprocesados sobre la inflación total es de 0.21 puntos porcentuales en 2023, de 0.11 p.p en 2024 y de 0.12 p.p. en 2025. Conozca más 👉 pic.twitter.com/SMDmMcZZgq
— MinHacienda (@MinHacienda) October 25, 2023
En tanto, el Gobierno nacional aseguró que esta iniciativa busca desalentar el consumo de los ultraprocesados, por lo que no afecta a otros que son parte de la canasta básica como frutas, verduras, carnes y legumbres.
Desde el 1 de noviembre y hasta finalizar el 2023, el impuesto implica un incremento del 10 % de los productos, durante el 2024 se le suma 5 % (siendo del 15 %) y en el 2025 culminará la etapa progresiva, con 20 % de aumento.
De esta manera, Colombia se suma a la lista de los más de 70 países del mundo que, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), aplican medidas similares, y a las más de 20 naciones americanas, que tienen gravámenes en las bebidas azucaradas.
Para especialistas, el “impuesto saludable” colombiano se convirtió en un ejemplo para la región, puesto que es una medida con bases en la salud pública, que no busca recaudar.
En América Latina, Argentina, Chile, Uruguay y Brasil aplican el denominado “Etiquetado frontal”, que son símbolos de advertencia en los ultraprocesados que tienen grandes cantidades de grasas, azúcar y sodio.