Chile: Despliegue militar para frenar inmigración ilegal
Chile desplegó el lunes un contingente militar en sectores fronterizos con Perú y Bolivia para frenar la inmigración ilegal mediante controles de identidad, de equipaje y la detención de extranjeros que estén cometiendo delitos, que deberán entregar a la policía en un plazo máximo de 24 horas.
Entre los principales problemas que enfrentó el presidente Gabriel Boric a su llegada al poder hace casi un año está la inmigración descontrolada en el extremo norte chileno. Para regularizar la inmigración el mandatario ha presentado varios proyectos de ley, el último de ellos otorgó facultades a las Fuerzas Armadas para controlar los múltiples pasos ilegales por su porosa frontera norte.
La ministra del Interior, Carolina Tohá, y el de Defensa subrogante, Gabriel Gaspar, viajaron al poblado de Cariquima, cerca de Colchane, unos 2.000 kilómetros al norte de la capital chilena, para estar presentes en el despliegue de los militares. A su llegada Tohá declaró que el gobierno espera que la presencia militar “tenga un efecto disuasivo”. “No está prohibido entrar a Chile, pero lo que está prohibido es hacerlo por pasos irregulares”, añadió.
Chile desplegó el lunes un contingente militar en sectores fronterizos con Perú y Bolivia para frenar la inmigración ilegal mediante controles de identidad, de equipaje y la detención de extranjeros que estén cometiendo delitos, que deberán entregar a la policía en un plazo máximo de 24 horas.
Entre los principales problemas que enfrentó el presidente Gabriel Boric a su llegada al poder hace casi un año está la inmigración descontrolada en el extremo norte chileno. Para regularizar la inmigración el mandatario ha presentado varios proyectos de ley, el último de ellos otorgó facultades a las Fuerzas Armadas para controlar los múltiples pasos ilegales por su porosa frontera norte.
La ministra del Interior, Carolina Tohá, y el de Defensa subrogante, Gabriel Gaspar, viajaron al poblado de Cariquima, cerca de Colchane, unos 2.000 kilómetros al norte de la capital chilena, para estar presentes en el despliegue de los militares. A su llegada Tohá declaró que el gobierno espera que la presencia militar “tenga un efecto disuasivo”. “No está prohibido entrar a Chile, pero lo que está prohibido es hacerlo por pasos irregulares”, añadió.
El abogado Rodolfo Noriega, de la Fundación Defensoría Migrantes, dijo a The Associated Press que el gobierno lo que hace es “seguir criminalizando la migración”.
Agregó que al haber pasos irregulares custodiados por los militares, lo más probable es que los inmigrantes sin documentos busquen otros que no se usan regularmente o acudan a los traficantes de personas para que los crucen de Perú o Bolivia hacia Chile.
Noriega señaló que actualmente los traficantes cobran entre 30 o 40 dólares por persona por cruzar los tres kilómetros que separan a Pisiga, en Bolivia, de Colchane. Desde hoy, “tendrán mayor oportunidad para poder cobrarles más dinero”, añadió.
Chile reconduce a los inmigrantes ilegales al mismo paso por el que ingresaron pero sólo Perú los acepta, a diferencia de Bolivia que solo recibe a sus ciudadanos. Tohá reiteró que la cancillería sigue trabajando con La Paz para que reciba a los extranjeros devueltos. Pero las negociaciones son difíciles ya que ambos países solo mantienen relaciones a nivel consular desde 1978 luego de que Chile rechazó una demanda boliviana de salida al mar que perdió en una guerra en 1879.
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