Cayó gobierno de Bashar Assad y sirios lo celebran
La huida del país del presidente de Siria, Bashar Assad, puso un dramático final el domingo a su lucha de casi 14 años por mantenerse en el poder, mientras su país se fragmentaba en una brutal guerra civil convertida en un campo de batalla indirecta entre potencias regionales e internacionales.
La salida de Assad marcaba un fuerte contraste con sus primeros meses como el improbable presidente de Siria en 2000, cuando muchos esperaban que fuera un joven reformador después de tres décadas del férreo control de su padre.
Con solo 34 años, el oftalmólogo educado en Occidente parecía un aficionado a la tecnología de trato amable.
Pero cuando se enfrentó a las protestas contra su régimen que estallaron en marzo de 2011, Assad recurrió a las tácticas brutales de su padre en un intento de aplastarlas.
A medida que el alzamiento derivaba en una guerra civil, recurrió a su ejército para bombardear ciudades controladas por la oposición con apoyo de aliados como Irán y Rusia.
Grupos internacionales de derechos humanos y fiscales denunciaron un empleo generalizado de tortura y ejecuciones extrajudiciales en los centros de detención gestionados por el gobierno sirio.
La guerra en Siria ha matado a casi medio millón de personas y desplazado a la mitad de la población que tenía el país antes de la guerra, 23 millones de personas.
El conflicto parecía haberse estancado en los últimos años, en los que el gobierno de Assad había recuperado el control de la mayor parte del territorio sirio mientras el noroeste permanecía en manos de grupos de oposición y el noreste bajo control kurdo.
Aunque Damasco seguía bajo estrictas sanciones occidentales, los países vecinos habían comenzado a resignarse al continuo dominio de Assad.
La Liga Árabe restableció la membresía de Siria el año pasado, y Arabia Saudí anunció en mayo el nombramiento de su primer embajador en Siria desde que cortó lazos con Damasco 12 años antes.
Sin embargo, la marea geopolítica cambió rápidamente con una ofensiva sorpresa lanzada a finales de noviembre por grupos de oposición con base en el noroeste de Siria.
Las fuerzas gubernamentales colapsaron rápidamente, mientras que los aliados de Assad, ocupados por otros conflictos —como la guerra de Rusia en Ucrania y las guerras iniciadas hace más de un año entre Israel y grupos armados respaldados por Irán, Hezbollah y Hamás— parecían reacios a intervenir con fuerza.
El fin de décadas de gobierno de la familia Assad
Assad llegó al poder en 2000 por un giro del destino. Su padre había estado preparando al hermano mayor de Bashar, Basil, como su sucesor, pero Basil murió en un accidente de automóvil en Damasco en 1994.
Bashar fue traído de vuelta de su trabajo como oftalmólogo en Londres, sometido a entrenamiento militar y ascendido al rango de coronel para establecer sus credenciales y que algún día pudiera gobernar.
Cuando Hafez Assad murió en 2000, el parlamento se apresuró a bajar el requisito de edad presidencial de 40 a 34 años. El ascenso de Bashar se selló en un referéndum nacional, en el que él fue el único candidato.
Hafez, un militar de carrera, gobernó el país durante casi 30 años durante los cuales estableció una economía centralizada al estilo soviético y mantuvo una mano tan asfixiante sobre la disidencia que los sirios temían incluso bromear sobre política con sus amigos.
Impuso una ideología secular que buscaba enterrar las diferencias religiosas bajo el nacionalismo árabe y la imagen de resistencia heroica a Israel. Formó una alianza con los líderes religiosos chiíes en Irán, consolidó la dominación siria sobre Líbano y estableció una red de grupos milicianos palestinos y libaneses.
En un principio, Bashar parecía completamente diferente a su padre autoritario.
Alto y delgado con un ligero ceceo, tenía un trato tranquilo y amable. Su única posición oficial antes de convertirse en presidente fue como jefe de la Sociedad de Computación Siria.
Su esposa, Asma al-Akhras, con quien se casó varios meses después de asumir el cargo, era atractiva, elegante y nacida en Reino Unido.
La joven pareja, que más tarde tuvo tres hijos, parecía rehuir los adornos del poder. Vivían en un apartamento en el distrito de lujo de Abu Rummaneh en Damasco, a diferencia de una mansión palaciega como otros líderes árabes.
Inicialmente al asumir el cargo, Assad liberó a prisioneros políticos y permitió un discurso más abierto. En la “Primavera de Damasco”, surgieron salones para intelectuales donde los sirios podían discutir arte, cultura y política en un grado imposible bajo el régimen de su padre.
Pero después de que 1.000 intelectuales firmaran una petición pública pidiendo democracia multipartidista y mayores libertades en 2001 y otros intentaron formar un partido político, los salones fueron sofocados por la temida policía secreta que encarceló a docenas de activistas.
En lugar de una apertura política, Assad se volcó a las reformas económicas. Levantó lentamente las restricciones económicas, permitió la entrada de bancos extranjeros, abrió las puertas a las importaciones y empoderó al sector privado.
Damasco y otras ciudades, durante mucho tiempo sumidas en la monotonía, vieron florecer centros comerciales, nuevos restaurantes y bienes de consumo. El turismo se incrementó.
En el extranjero, se apegó a la línea que había establecido su padre, basada en la alianza con Irán y una política de insistir en la devolución completa de los Altos del Golán anexionados por Israel, aunque en la práctica Assad nunca confrontó militarmente a Israel.
En 2005 sufrió un duro golpe con la pérdida del control de Siria sobre la vecina Líbano, que había durado décadas, después del asesinato del ex primer ministro Rafik Hariri.
Muchos libaneses acusaron a Damasco de estar detrás del asesinato, Siria se vio obligada a retirar sus tropas del país y un gobierno proestadounidense llegó al poder en Beirut.
Durante todo ese proceso, Assad se apoyó en gran medida en la misma base de poder local que su padre: la comunidad alauí, una rama del islam chií-que supone en torno al 10% de la población.
Muchas de las posiciones en su gobierno fueron ocupadas por generaciones más jóvenes de las mismas familias que habían trabajado para su padre. También se incorporó la nueva clase media creada por sus reformas, incluidas familias destacadas de comerciantes suníes.
Assad también recurrió a su propia familia. Su hermano menor Maher encabezó la Guardia Presidencial de élite y lideraría la represión contra la sublevación.
Su hermana Bushra fue una voz fuerte en su círculo íntimo, junto con su esposo, el viceministro de Defensa Assef Shawkat, hasta que fue asesinado en un atentado en 2012.
El primo de Bashar, Rami Makhlouf, se convirtió en el mayor empresario del país, encabezando un imperio financiero antes de que los dos tuvieran una ruptura que hizo que Makhlouf fuera apartado.
Assad también confió cada vez más en roles clave a su esposa, Asma, antes de que ella anunciara en mayo que estaba recibiendo tratamiento para la leucemia y se retirara del centro de atención.
Cuando estallaron las protestas en Túnez y Egipto, que terminaron derrocando a sus gobernantes, Assad descartó la posibilidad de que ocurriera lo mismo en su país e insistió en que su régimen estaba más en sintonía con su pueblo.
Después de que la ola de la Primavera Árabe llegara a Siria, sus fuerzas de seguridad llevaron a cabo una brutal represión mientras Assad negaba constantemente que enfrentara un levantamiento popular, y culpaba a “terroristas respaldados por extranjeros” que intentaban desestabilizar su régimen.
Celebración
Los sirios salieron a las calles el domingo entre disparos de celebración después de un sorprendente avance rebelde que llegó a la capital, poniendo fin a los 50 años de férreo gobierno de la familia Assad pero planteando preguntas sobre el futuro del país y la región en general.
Multitudes entusiastas se reunieron en las plazas centrales de Damasco, ondeando la bandera revolucionaria siria en escenas que recordaban a los primeros días de la Primavera Árabe, antes de una brutal represión y el surgimiento de una insurgencia que sumió al país en una guerra civil de casi 14 años.
Otros saquearon alegremente el palacio presidencial y la residencia de la familia Assad después de que el presidente, Bashar Assad, y otros altos funcionarios desaparecieran, sin que se conociera su paradero.
Rusia, un aliado cercano, dijo que Assad dejó el país después de negociaciones con grupos rebeldes y había dado instrucciones para transferir el poder pacíficamente.
Abu Mohammed Al Golani, un excomandante de Al Qaeda que rompió lazos con el grupo hace años y dice abrazar el pluralismo y la tolerancia religiosa, lidera la facción rebelde más grande y estaba posicionado para trazar la dirección futura del país.
El fin del gobierno de Assad supone un golpe importante para Irán y sus aliados, ya debilitados por más de un año de conflicto con Israel.
Irán, que había respaldado fuertemente a Assad durante la guerra civil, dijo que los sirios deben decidir su futuro “sin una intervención extranjera destructiva y coercitiva”.
El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu anunció el domingo que fuerzas israelíes habían tomado una zona de amortiguación en las Alturas del Golán que data de 1974, luego que tropas sirias abandonaron sus posiciones.
Los rebeldes enfrentan ahora la desalentadora tarea de sanar las profundas divisiones en un país devastado por la guerra y aún dividido entre diferentes facciones armadas.
Combatientes de la oposición respaldados por Turquía luchan contra las fuerzas kurdas aliadas de Estados Unidos en el norte, y el grupo Estado Islámico sigue activo en algunas áreas remotas.
La televisión estatal siria emitió una declaración en video la madrugada del domingo de un grupo de rebeldes diciendo que Assad había sido derrocado y que todos los prisioneros habían sido liberados.
El hombre que leyó la declaración pidió a los combatientes rebeldes y ciudadanos preservar las instituciones del “estado sirio libre”.
El comandante rebelde Anas Salkhadi, que apareció en el canal más tarde el domingo, intentó tranquilizar a las minorías religiosas y étnicas de Siria, diciendo: “Siria es para todos, sin excepciones. Siria es para drusos, suníes, alauíes y todas las religiones”.
“No trataremos a la gente como lo hizo la familia Assad”, agregó.
Estallan las celebraciones en la capital
Al amanecer en Damasco, mucha gente se reunió para rezar en las mezquitas de la ciudad y celebrar en las plazas, cantando “Dios es grande”. La multitud también coreaba consignas contra Assad y tocaba las bocinas de los coches.
Varios adolescentes recogieron armas aparentemente abandonadas por las fuerzas de seguridad y dispararon al aire.
Una multitud llenó la plaza de los Omeyas en el centro de la ciudad, donde se encuentra el Ministerio de Defensa. Varios hombres dispararon al aire en celebración y algunos ondeaban la bandera siria de tres estrellas, que precede al gobierno de Assad y fue adoptada por los revolucionarios.
Soldados y policías abandonaron sus puestos y huyeron, y los saqueadores irrumpieron en el Ministerio de Defensa.
Videos de Damasco mostraban a familias entrando en el palacio presidencial, algunas de las cuales salían cargando pilas de platos y otros artículos domésticos.
El periódico sirio al-Watan, tradicionalmente afín al gobierno, escribió: “Estamos ante una nueva página para Siria. Agradecemos a Dios por no derramar más sangre. Creemos y confiamos en que Siria será para todos los sirios”.
El periódico añadió que los trabajadores de los medios no deberían ser culpados por publicar declaraciones gubernamentales en el pasado.
“Solo cumplimos con las instrucciones y publicamos las noticias que nos enviaron”, dijo. “Ahora quedó claro rápidamente que era falso”.
Una declaración de la comunidad alauí —a la que pertenece Assad y que ha sido el núcleo de su base de apoyo— llamó a los jóvenes sirios a estar “tranquilos, racionales y prudentes y no dejarse arrastrar por lo que desgarra la unidad de nuestro país”.
Se desconoce el paradero de Assad
El primer ministro sirio, Mohammed Ghazi Jalali, dijo en una declaración en video que el gobierno estaba listo para “tender la mano” a la oposición y transferir sus funciones a un gobierno de transición.
Un video compartido en medios opositores sirios mostró a un grupo de hombres armados escoltándolo fuera de su oficina y hacia el hotel Four Seasons el domingo.
Rami Abdurrahman, del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos dijo a The Associated Press que Assad tomó un vuelo el domingo desde Damasco.
Un diplomático de alto nivel de Emiratos Árabes Unidos, que había intentado rehabilitar la imagen de Assad y ha recibido a exiliados de alto nivel en los últimos años, declinó hacer comentarios sobre su paradero ante preguntas de periodistas en una conferencia en Bahréin.
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