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Bolsonaro y su polémico discurso en la Asamblea General de la ONU

Muy criticado por su gestión de la pandemia, que se ha cobrado la vida de más de 590.000 brasileños, el presidente alardeó que será el “último de los brasileños” en vacunarse.
Por: AFP
martes, 21 septiembre 2021
Bolsonaro
AFP | Varias de sus afirmaciones fueron desmentidas

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, aseguró este martes en el inicio de la Asamblea General de Naciones Unidas que su administración está en contra del pasaporte sanitario pero “apoya los esfuerzos” de vacunación contra el covid 19.

“Apoyamos la vacunación, sin embargo, nuestro gobierno está en contra del pasaporte sanitario o de cualquier obligación relacionada con la vacuna”, aseguró en la tribuna de la ONU.

Bolsonaro fue el primero en hablar en la Asamblea, como lo manda la tradición, tras el discurso de inauguración del secretario general de la ONU, Antonio Guterres.

“Desde el principio de la pandemia apoyamos la autonomía del médico en busca del tratamiento precoz, siguiendo la recomendación del Consejo Federal de Medicina”, aseguró.

No obstante, informó que su gobierno distribuyó más de 260 millones de dosis de vacunas y más de 140 millones de brasileños -casi el 90 % de la población adulta- han recibido por lo menos la primera pauta.

El 80 % de la población indígena está totalmente vacunada, aseguró.

“Hasta noviembre, todos los que elijan ser vacunados en Brasil, serán atendidos”, aseguró.

Muy criticado por su gestión de la pandemia, que se ha cobrado la vida de más de 590.000 brasileños, Bolsonaro ha alardeado de que será el “último de los brasileños” en vacunarse.

Esta actitud provocó la ira del alcalde de Nueva York, el demócrata Bill de Blasio, que la semana pasada requirió a todos los miembros de las delegaciones que asistan vacunados a la Asamblea General de la ONU, como la ciudad exige en cualquier actividad que se celebre en interiores.

“Debemos enviar un mensaje a todos los líderes del mundo, incluido y muy particularmente a Bolsonaro, de Brasil, que el que quiera venir tiene que estar vacunado”, porque “todos deberíamos estar seguros juntos”, dijo de Blasio la víspera.

Bolsonaro abogó por el tratamiento temprano contra el coronavirus pese a que no hay evidencias científicas de su utilidad. “Yo mismo lo recibí”, aseguró, refiriéndose a cuando contrajo covid.

En su discurso, el presidente presentó la imagen de un Brasil idílico, “sin corrupción” y con la “credibilidad recuperada” y la mejor política medioambiental. En definitiva, “uno de los mejores países para invertir”.

“¿Qué país del mundo tiene una política de preservación ambiental como la nuestra?”, se preguntó, tras asegurar que la deforestación en la Amazonía cayó en agosto un 32 % con respecto al mismo mes del año pasado, pese a las evidencias de que durante su gobierno la tala de árboles ha ido en preocupante aumento en el pulmón del planeta.

Por último, tras reiterar su fe cristiana, aseguró que su país dará visados a los “cristianos afganos”, en particular a mujeres, niños o magistrados.

Discurso con imprecisiones

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, hizo este martes varias afirmaciones engañosas o imprecisas durante la apertura de la Asamblea General de Naciones Unidas, verificadas por el equipo de Factcheck de la AFP en Brasil.

  • Tratamiento “precoz” y combate al covid

“Desde el inicio de la pandemia apoyamos la autonomía de los médicos para buscar un tratamiento precoz”, dijo Bolsonaro. “Yo mismo lo recibí” agregó, defendiendo de nuevo sin mencionarla a la hidroxicloroquina, un medicamento antimalaria que se probó que era ineficaz contra el covid-19 en análisis clínicos.

Aunque afirmó haber defendido siempre el combate “al virus y al desempleo de forma simultánea y con la misma responsabilidad”, en varias ocasiones el presidente minimizó la gravedad de la enfermedad, calificándola de “gripecita”.

“Apoyamos la vacunación”, dijo también Bolsonaro, pese a que ha asegurado que será “el último brasileño” en vacunarse y que llegó a decir que el antígeno de Pfizer podía transformar a la gente en “caimán”.

  • Medioambiente y Amazonía

El presidente afirmó que “en la Amazonía, la deforestación disminuyó un 32 % en agosto” en comparación con el mismo mes del año pasado, un dato exacto pero al que le falta contexto.

Según los datos del Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (Inpe) desde el inicio del año se ha perdido una superficie muy similar a la del año pasado (6.098 km2 entre enero y julio de 2020, frente a 5.944 en el mismo período de 2021).

“Durante su gobierno, la deforestación creció por dos años consecutivos”, recordó la ONG Observatório do Clima tras el discurso presidencial.

En cuanto a los incendios, también se dispararon. Según el Inpe, se registraron 28.060 focos de incendio en la Amazonia brasileña el mes pasado, un 4,3 % menos que en agosto de 2020, aunque muy por encima del promedio de 18.000 de la década anterior a su llegada al poder en 2019.

  • Gobierno “sin corrupción”

“Estamos desde hace dos años y ocho meses sin cualquier caso concreto de corrupción”, afirmó Bolsonaro, en alusión a su mandato.

Pese a que no están concluidas, existen varias investigaciones en curso contra él y su entorno: una comisión del Senado está investigando denuncias de irregularidades en uno de los contratos negociados por su gobierno para comprar vacunas anticovid, y el propio Bolsonaro enfrenta una investigación por sospechas de que estaba al tanto de estas denuncias y no informó a las autoridades.

Su exministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, es investigado por su presunta implicación en un esquema de exportación ilegal de madera y, aunque no integra formalmente el gobierno, el senador e hijo del presidente Flávio Bolsonaro fue denunciado por la fiscalía por sospechas de participar en un esquema de desvío de dinero cuando era diputado regional de Rio de Janeiro.

  • Manifestaciones récord

Bolsonaro afirmó que los actos callejeros del pasado 7 de septiembre, en los que lanzó críticas al poder judicial y arengó a seguidores que enarbolaban consignas antidemocráticas, fueron “la mayor manifestación de la historia” de Brasil.

Pese a que no hubo una estimación nacional de público, solo la protesta en Sao Paulo reunió según la policía unos 125.000 manifestantes pro-gobierno, mientras que en marzo de 2016 una protesta contra la entonces presidenta Dilma Rousseff en el mismo lugar congregó a 1,4 millón de brasileños.

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