Aumentan las tensiones en India y Pakistán por atentado en Cachemira

Las tensiones entre los archirrivales India y Pakistán se recrudecieron el jueves después de la ofensiva diplomática de Nueva Delhi contra Islamabad, a quien culpa de un atentado en el que murieron 26 personas, en su mayoría turistas, en la disputada Cachemira, echando por tierra las afirmaciones indias de calma en una región donde, desde hace décadas, se libra una sangrienta rebelión contra su dominio.
Las autoridades indias dijeron que todas las visas emitidas a ciudadanos paquistaníes serán revocadas a partir del domingo, y añadieron que los paquistaníes que están en el país deben marcharse antes de la nueva fecha de expiración de sus permisos.
Nueva Delhi anunció otras medidas, incluyendo la reducción de su personal diplomático y el cierre del único cruce fronterizo terrestre funcional entre los países.
Por su parte, Pakistán cerró su espacio aéreo a todas las aerolíneas de propiedad india u operadas por el país, y suspendió el comercio con su vecino, incluyendo el que tenga origen o destino en un tercer país.
El ataque del martes fue el peor asalto registrado en años contra la población civil en la conflictiva región, donde se libra una rebelión antiindia desde hace más de tres décadas.
Un inusual ataque contra civiles —en su mayoría turistas que visitaban una popular pradera— conmocionó e indignó a India y provocó llamados a tomar medidas contra su archienemigo, Pakistán.
El gobierno indio no ha presentado públicamente ninguna evidencia que conecte el atentado con su vecino, pero dijo que tenía vínculos “transfronterizos” con Pakistán.
Islamabad ha negado cualquier conexión con el incidente, que fue reivindicado por un grupo insurgente desconocido hasta ahora que se hace llamar Resistencia de Cachemira.
El Comité de Seguridad Nacional de Pakistán condenó las “medidas beligerantes” de India y apuntó que, aunque Islamabad sigue comprometido con la paz, nunca permitirá que nadie “transgreda su soberanía, seguridad, dignidad y derechos inalienables”.
India y Pakistán administran cada uno una parte de Cachemira, pero ambos reclaman el territorio en su totalidad. Nueva Delhi califica a toda la insurgencia en Cachemira como terrorismo respaldado por Pakistán.
Pakistán lo niega y muchos musulmanes cachemires consideran a los milicianos como parte de una lucha por su libertad.
Presiones internas en ambos lados
Los asesinatos elevaron la presión sobre el primer ministro indio, el nacionalista hindú Narendra Modi, para que responda con contundencia.
En un mitin público el jueves, Modi dijo que “India identificará, rastreará y castigará a cada terrorista, a quienes los dirigen y a sus patrocinadores”.
“Los perseguiremos hasta los confines de la tierra”, dijo Modi.
Su gobierno anunció una serie de acciones diplomáticas contra Islamabad mientras insinuaba que preparaba más castigos.
El secretario de Exteriores de India, Vikram Misri, anunció el miércoles por la noche que se pidió a varios diplomáticos pakistaníes que abandonen Nueva Delhi y que se retiró a los diplomáticos indios en Pakistán.
Las misiones diplomáticas en ambos países reducirán su personal de 55 a 30 efectivos a partir del 1 de mayo, y el único cruce fronterizo terrestre funcional entre los países cerrará.
El Ministerio de Exteriores indio aconsejó a sus ciudadanos que no viajen a Pakistán y pidió a los que están actualmente allí que regresen.
India también suspendió un histórico tratado para el reparto de agua que ha sobrevivido a dos guerras entre los países —en 1965 y 1971— y a un importante choque fronterizo en 1999.
El Tratado de Aguas del Indo, negociado por el Banco Mundial en 1960, permite compartir las aguas de un sistema fluvial que es crucial para ambas naciones, especialmente para la agricultura en Pakistán.
Pakistán ha respondido con indignación que no tiene nada que ver con el atentado.
Decenas de personas se manifestaron en Islamabad y otras ciudades de Pakistán contra la suspensión por parte de India de un tratado de reparto de agua, exigiendo que su gobierno tome represalias.
Pakistán advirtió que cualquier intento indio de detener o desviar el flujo de agua entre las dos naciones sería considerado un “acto de guerra” al que se responderá con “toda la fuerza”.
“India ha tomado medidas irresponsables y ha lanzado acusaciones”, afirmó el ministro paquistaní de Exteriores, Ishaq Dar, en declaraciones a la televisora Dunya News TV.
Consternación en Cachemira
El ataque conmocionó a los residentes en la disputada región, donde los militantes que luchan contra el dominio indio rara vez atacan a turistas y han dirigido sus ataques principalmente contra las fuerzas indias.
En una rara muestra de indignación pública, los cachemires —muchos de los cuales han estado molestos por la intensa represión por parte de las fuerzas indias y el gobierno autoritario de Nueva Delhi— participaron en movilizaciones en las calles y marchas con velas en protesta por los asesinatos.
Los mercados, las escuelas privadas y los negocios cerraron el miércoles en medio de una calma inquietante mientras la gente temía que los ataques pudieran ahuyentar a los turistas y perjudicar la economía de la región.
También se llevaron celebraron funerales por varios de los fallecidos en algunas ciudades indias.
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