Una manada de elefantes que recorre China se hace viral (+fotos y video)
La larga marcha de una manada de elefantes en China que tiene al país en vilo sigue su rumbo. Nadie sabe hacia dónde se dirigen o por qué iniciaron su periplo, que les ha llevado a recorrer nada menos que 500 kilómetros.
Pero tras ser retratados durmiendo a pierna suelta en las inmediaciones de Kunming, capital de la provincia de Yunan en la que viven ocho millones de personas, este miércoles reemprendieron la marcha hacia el oeste sin que por ahora nadie les lleve la contraria.
Su odisea se ha hecho un hueco en noticiarios y redes sociales, donde se sigue su evolución en directo gracias a los drones que les monitorizan, e incluso han captado la atención de unas autoridades.
“He estado siguiendo a estas bellezas gigantes. En lugar de entrar en pánico o hacer cualquier cosa que pudiera lastimarles, la gente trata de guiarles de regreso a la naturaleza y disfrutar de este hermoso accidente”, tuiteó hoy el portavoz de Exteriores, Zhao Lijian.
La odisea del peculiar grupo comenzó hace más de un año desde su reserva natural de Xishuangbanna, una región al sur de Yunan que linda con Laos y Birmania. Tras enfilar rumbo al norte, alcanzaron la zona de Pu’er, conocida por sus plantaciones de té.
En su estancia de cinco meses, una hembra dio a luz, mientras que dos ejemplares emprendieron el camino de vuelta después de, según la prensa local, beberse el alcohol de una destilería.
Desde entonces, han seguido hacia adelante: han atravesado bosques frondosos y caminos enfangados, cruzado autopistas y paseado por pueblos de diversas dimensiones, en los que ha causado más de un estropicio.
De acuerdo con la televisión pública, la manada ha provocado hasta 412 incidentes, arruinado 56 hectáreas de cultivos y provocado pérdidas de casi un millón de euros.
No han provocado víctimas, pero sí forzado a que los vecinos de varias localidades se encierren durante horas en sus casas para evitar encuentros desagradables con estos mamíferos de cuatro metros de alto y cinco toneladas.
Aún así, la población sigue entre estupefacta y divertida sus peripecias.
“La manada sigue pasando un buen rato. El viernes, entraron en una casa rural vacía, abrieron el grifo con la trompa e hicieron cola para beber agua. El problema fue que se les olvidó cerrar el grifo cuando se marcharon”, recogía el pasado 4 de junio el diario estatal Global Times.
Por ahora, las autoridades mantienen la situación controlada, sin apenas intervenir en su ruta más allá de cortar una vía o utilizar comida para tratar de dirigir su rumbo Cuando hace una semana se acercaban a las afueras de Kunming, el gobierno local desplazó 440 agentes, 115 vehículos y 14 drones con un objetivo doble: tratar de evitar que se adentraran en áreas densamente pobladas y mantener alejados a los curiosos.
En la actualidad, la manada está compuesta por 14 ejemplares -tres cachorros incluidos- después de que un macho les abandonara hace unos días y se halla en las inmediaciones de Yuxi, otra población de Yunan.
Mientras, siguen los interrogantes sobre las razones que hay detrás de su marcha, la mayor migración de elefantes salvajes registrada en China en su historia reciente. Hay quien cree que el ejemplar dominante se desorientó y arrastró al resto.
Sin embargo, otros apuntan a posibles problemas en su hábitat, donde el aumento de la población de paquidermos y la pérdida de vegetación podría haberles empujado a buscar terrenos más fértiles por otros lares.
“El factor principal es la disminución y fragmentación de la selva tropical donde viven. Y la razón es por la expansión de las actividades humanas como las plantaciones, por ejemplo, de té y caucho, así como las construcciones”, dijo el experto Pan Wenjing, responsable de bosques para Greenpeace en el este de Asia.
El elefante asiático es una especie considerada en peligro de extinción en China. Gracias a los esfuerzos de prevención, su población en la región del sur de Yunan ha aumentado de los 170 ejemplares en el año 1980 a los 300 de hoy en día. Sin embargo, su hábitat natural ha pasado en ese periodo de más de 2.000 kilómetros cuadrados a menos de 500.
Ante la falta de comida en la frondosa selva tropical, ya se han vivido previamente episodios en los que los paquidermos se mueven a los bosques cercanos y llegan a aldeas habitadas, aunque nunca tan lejos como esta manada.
Estas excursiones no están libres de incidentes. Según las autoridades de Yunan, los paquidermos causan desde 2015 unas pérdidas anuales de unos cuatro millones de euros.
Además, también han aumentado los percances con humanos: tan solo en 2019, 12 personas fallecieron aplastados o en accidentes con elefantes de protagonistas, una cifra muy superior a la registrada en años anteriores.
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