Sacerdote demanda a app de citas tras ser descubierto
Un sacerdote de Wisconsin (EEUU) que perdió su trabajo después de que se descubriera que usaba Grindr está demandando a la aplicación de citas queer, alegando que sus datos fueron vendidos sin su conocimiento ni consentimiento.
Monseñor Jeffrey Burrill, quien se desempeñó como administrador principal de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (Usccb) hasta su renuncia en 2021, afirma que Grindr no le informó de que sus datos se estaban vendiendo a proveedores, lo que permitió que personas ajenas a la aplicación descubrieran su presencia en ella.
La demanda de Burrill, obtenida por el Washington Post, afirma que la divulgación de sus datos causó “daño significativo” a su reputación, particularmente dado su voto de celibato como sacerdote y la postura de larga data de la Iglesia Católica contra los actos homosexuales.
Burrill alegó que Grindr no protegió su información ni lo notificó de que los vendedores podrían acceder a ella, lo que le llevó a perder su trabajo y sufrir “daños significativos” a su reputación.
En un comunicado, un portavoz de Grindr afirmó que la firma tiene la intención de responder “vigorosamente” a las acusaciones y estimó que “se basan en caracterizaciones erróneas de prácticas relacionadas con los datos de los usuarios”.
Uno de los abogados que representa a Burrill, le escribió a Grindr el mes pasado diciendo que su cliente fue “públicamente revelado como gay” como resultado de la divulgación de sus datos.
En tanto, en declaraciones a la prensa, dijo que el hecho de que esa decisión se saque de las manos del usuario y se haga pública es “reprensible”.
La renuncia de Burrill fue noticia nacional en Estados Unidos en julio de 2021. Generó polémica entre los católicos y visibilizó los problemas relacionados con la privacidad de los datos.
La dimisión del sacerdote se produjo luego de que The Pillar, una publicación en línea que cubre noticias de la Iglesia Católica y que no fue demanda, informó que recopiló información de Grindr sobre Burrill que mostraba que visitaba bares gay y que contrató a una empresa independiente para autenticarla.
Ante la revelación, la Usccb le pidió a Burrill que diera un paso al costado por “comportamiento inapropiado”.
En su demanda, Burrill planteó que The Pillar recibió información de la Catholic Laity and Clergy for Renewal (Clcr), una organización sin fines de lucro con sede en Denver que, según sus registros fiscales, tiene como objetivo “capacitar a la iglesia para llevar a cabo su misión” proporcionando a los obispos “recursos basados en evidencia” con los que identificar debilidades en la formación de sacerdotes.
Jayd Henricks, presidente de Clcr, afirmó que la organización recuperó datos de Grindr para asistir a los obispos católicos en su tarea de “ayudar a sus sacerdotes y seminaristas a vivir sus votos sacerdotales” y negó haber compartido información con The Pillar.
El accionante sostiene que Grindr vendió sus datos entre 2017 y 2021 a empresas y vendedores de datos, pero el titular de la Clcr aduce que estaban disponibles públicamente” de una “manera ordinaria”.
Según los letrados del cura, su asistido quiere respuestas para proteger a otros usuarios.
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