Conmoción en México: Un perro fue arrojado a una olla con aceite hirviendo
Sergio “N”, presunto culpable de arrojar al perro Scooby a un cazo con aceite hirviendo en Tecámac, era un elemento de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México y este martes, tras ser detenido, fue ingresado al penal de Chiconautla, en Ecatepec.
La SSC dio a conocer que Sergio “N” formó parte de la institución, pero al ser identificado como la persona que posiblemente arrojó al perro y que se giró una orden de aprehensión en su contra por parte de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, fue suspendido inmediatamente.
Los hechos ocurrieron la tarde del domingo frente a una carnicería ubicada en la calle Benito Juárez, San Pablo Tecalco y fueron captados por una cámara de videovigilancia.
Este martes elementos de la Fgjem y de la Comisión Nacional Antihomicidio (Conaho) de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana federal (Sspc), cumplimentaron orden de aprehensión en contra de Sergio “N”, en un domicilio ubicado en la alcaldía Coyoacán.
El hombre fue detenido por su probable responsabilidad en el hecho delictuoso de maltrato animal ocurrido el 28 de mayo, cuando ingresó a una carnicería ubicada en el poblado de San Pablo Tecalco, municipio de Tecámac, agredió verbalmente al locatario, lo amagó con un instrumento punzocortante y al momento de salir del establecimiento tomó a Scooby y lo arrojó dentro de un cazo con aceite hirviendo, lo que le ocasionó la muerte.
El detenido fue trasladado primero a la Agencia 50 de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México para su certificación y posterior puesta a disposición de la autoridad judicial correspondiente.
Lucia Martínez -madre de Roberto, el niño dueño de Scooby, recordó que el perro iba a ser sacrificado por autoridades de Tecámac; sin embargo, lograron rescatarlo y desde entonces se integró como un miembro más de la familia.
Roberto explicó que ese día acudió a comprar el jabón que le había sido encargado su madre para realizar el aseo de su casa; sin embargo, en el camino perdió a Scooby, de 8 meses.
Momentos después de la desaparición del animal, el menor escuchó un llanto y corrió a buscarlo.
“Todavía estaba respirando poquito, pero ya no aguantó y se murió”, así es como recuerda Roberto los últimos momentos de su perro.
A pesar de que un empleado se apresuró a sacarlo y de los intentos por auxiliar al canino, éste perdió la vida por las quemaduras.
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