Por qué no debemos acercarle la mano a un perro para que nos huela
Cuando nos cruzamos con un perro por primera vez, es común que muchos de nosotros hagamos un gesto que nos parece natural y seguro para saludarle: Acercar la mano para que el animal la huela y decida si quiere acercarse más o no.
Aunque se trata un acto aparentemente inofensivo, la realidad es que no todos los perros se lo pueden tomar bien y, por ello, debemos dejar de hacerlo.
La educadora canina Sonia Losada, fundadora de Xila’s training y conductora del podcast ‘Hablemos de perros’, explica que este gesto tan arraigado en el conocimiento popular no es tan adecuado como pensamos y que, en muchos casos, puede resultar peligroso tanto para nosotros, como para el perro.
“Pensamos que el perro necesita oler nuestra mano pero nos olvidamos de que su olfato es cien veces mejor que el nuestro”, explica.
“Siendo capaces de detectar una vaporización de perfume de un extremo a otro de un campo de fútbol y de detectar el olor de las células cancerígenas a través de la saliva o la orina, ¿cómo van a necesitar oler nuestra mano?”.
Losada explica que el perro nos ha olido desde mucho más lejos y que acercarles la mano a la zona de la cara es un gesto muy agresivo e intrusivo para ellos, especialmente si no les conocemos.
“Es lo último que debemos hacer si se trata de un perro que no hemos visto nunca antes”, advierte.
Qué puede pasar y cómo evitarlo
La experta en comportamiento canino explica que, aunque no tiene por qué ocurrir siempre, si el perro al que estamos acercándole la mano no nos conoce, puede llegar a mordernos.
“Si es inseguro o le da miedo, le ponemos la mano al alcance y, por tanto, podemos llevarnos un mordisco”, advierte.
“Hay perros que hacen microgestos de agresión y a los pocos segundos sueltan el bocado porque son tan sutiles que la gente no los suele ver”, agrega Losada.
“Y no solo nos llevamos un mordisco, si no que el perro también se lleva un susto y una experiencia negativa a la hora de conocer gente nueva”, mencionó.
La educadora canina explica que la zona de la nariz es muy delicada y que equivale a lo que serían los ojos en las personas. “Es como si alguien nos acercase la mano a los ojos”, ejemplifica. “Hay perros que lo toleran pero, por normal general, a la mayoría no les gusta”.
Pero, si no es acercándoles la mano, ¿cómo debemos saludar a los perros entonces? Losada explica que, más que acercarnos nosotros debemos preguntarnos si el animal quiere saludarnos o no.
“Si le vemos, bajamos la mano de lejos y dejamos que el perro se acerque. Y si queremos, podemos tocarle el hombro, por ejemplo, que es más seguro”, aconseja.
“Así, si el perro se gira para modernos, tenemos tiempo para apartarnos y él puede irse también, ya que entre que se gira y apunta, nosotros ya hemos retirado la mano”, añade.
“No obstante, lo ideal es agacharse de costado y tocarle el costado, que es lo más agradable para ellos (y cómo lo hacen entre sí)”.
Losada explica que el simple hecho de agacharse para tocarles nos convierte en “mucho menos amenazantes”, ya que cuando les tocamos desde arriba “ellos tienen que saltar para vernos la cara”.
“Si lo hacemos a su nivel, nos pueden ver y siempre que el perro no esté acorralado y no se sienta así, se podrá apartar cuando él quiera”, detalla.
“Aunque no debemos olvidarnos tampoco de preguntar al dueño antes, ya que no está bien ir tocando perritos sin permiso”.
En este sentido, la educadora canina explica que, cuando nos agachamos, habrá perros que vendrán a olernos porque tienen curiosidad, pero que puede que no quieran que les toquemos.
“De hecho, si mientras nos huelen les acercamos la mano, también podrían mordernos”, concluye.
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