Especialista resalta importancia del uso responsable de los antialérgicos

Las alergias se presentan como una respuesta del cuerpo ante agentes externos que pueden llegar al organismo por vía alimenticia, respiratoria o de contacto con la piel.

Daniela Morao, alergóloga, resalta la importancia de identificar el tipo de alergia que presenta el paciente, ya que a partir de esto es posible dirigir el tratamiento adecuado.

Por ejemplo, en el caso de alergias a alimentos no es necesario el uso continuo de un antialérgico, ya que lo básico es suspender el alimento responsable de la alergia para mejorar la sintomatología de la persona.

Otras como las rinitis alérgicas o alergias respiratorias sí requieren del uso de antialérgicos hasta que se suspenda el contacto con el alergeno desencadenante de la afección.

“Existen otros tratamientos para evitar la exposición persistente del alergeno, como son las vacunas antialérgicas o las inmunoterapias (…) y existen también los anticuerpos monoclonales que son terapias biológicas específicas y altamente efectivas”, expone.

Recomendaciones ante uso de antialérgicos

La doctora explica que el uso inadecuado de los antialérgicos podría generar una baja respuesta del fármaco frente a los síntomas del paciente.

“Los antialérgicos son antihistamínicos porque son bloqueadores de un mediador químico llamado histamina. Ellos bloquean los receptores de la histamina y van a disminuir el efecto de ella”, menciona.

Por esto que, mientras mayor exposición o uso del antihistamínico se tenga, puede llegar un momento en el que su efecto va a ser pobre.

“Debe ir al alergólogo, utilizamos las vacunas antialérgicas (…) hay terapias que pueden mejorar la calidad de vida del paciente alérgico”, insiste.

Reacciones alérgicas comunes

Morao señala que las reacciones alérgicas se manifiestan de diferentes maneras, entre ellas, una de las más frecuentes son las alergias alimentarias.

Estas aparecen al menos una hora después de haber consumido el alimento, ya que son de respuesta casi inmediata. Las manifestaciones clínicas que puede tener son síntomas gastrointestinales, dificultad para respirar y desencadenar crisis de asma.

También hay manifestaciones alérgicas ambientales, como la rinitis alérgica. Es característico el estornudo con frecuencia, picor en la nariz, congestión nasal y secreción acuosa.

“Otra puede ser la dermatitis alérgica, que se manifiesta por erupciones en piel o picor con enrojecimiento que están determinadas por algunos desencadenantes específicos”, señala la especialista.

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