El dilema de los médicos en la lucha contra el coronavirus
Con o sin coronavirus, decidir si a un paciente se le aplica o no la respiración artificial es un dilema que los médicos especialistas en reanimación enfrentan a diario.
Sin embargo, esta “selección” quizá se tenga que realizar a gran escala a causa de la epidemia actual, lo que plantea además cuestiones éticas.
La pandemia de covid-19 ha causado ya más de 13.000 muertos en todo el mundo y más de 300.000 casos confirmados oficialmente.
Los enfermos graves necesitan de una fuerte reanimación, lo que ha desembocado en una saturación de los hospitales en algunos países.
Cómo se decide
En tales condiciones, ¿qué paciente debe beneficiarse de la respiración asistida?
Desde hace tiempo, existen códigos de buenas prácticas al respecto, apuntan los trabajadores del sector.
“No partimos de cero, son decisiones que tomamos todos los días”, explica a la AFP Bertrand Guidet, jefe del servicio de medicina intensiva de reanimación en el hospital Saint-Antoine de París.
Hay tres criterios de evaluación a la hora de decidir, que también se aplican a los casos del coronavirus: “El deseo del paciente”, su estado general de salud y la gravedad de la enfermedad, precisa.
Respecto al deseo del enfermo, el médico invita a que las familias hablen sobre el tema, porque la reanimación es “muy pesada” para los casos graves de covid-19, y puede dejar secuelas importantes para los pacientes con un estado de salud delicado.
“Tienes que estar durante tres semanas con una máquina que respira por ti, estás dormido, paralizado con bloqueantes neuromusculares”, insiste.
Así, haya o no haya sitio, la reanimación puede ser “poco razonable”, recalcan los expertos, que señalan que los enfermos pueden ser orientados, más bien, hacia cuidados paliativos.
Pero, en caso de crisis, terremotos u olas de atentados, los criterios de reanimación pueden endurecerse, si la llegada de pacientes se dispara y los medios son limitados.
“En ese momento, le damos el respirador a quien tenga más probabilidades de sobrevivir”, explica a la AFP Philippe Devos, médico especialista en reanimación en Lieja, Bélgica.
Peso enorme
“En función de los medios disponibles, intentaremos que esto no se convierta en una lotería”, agrega, destacando que hay que tener en cuenta varios factores, como la edad y las enfermedades subyacentes del paciente.
Al tiempo que el número de enfermos aumenta, hay que aprender a gestionar la situación “de forma sostenida”, señala Guidet.
“Los enfermos que se presenten ahora no tienen que estar mejor atendidos que los que vayan a llegar dentro de una semana o de quince días, no hay que saturarlo todo inmediatamente”.
En Italia, el país más castigado del mundo, los hospitales están saturados y los médicos hacen lo que pueden.
“No podemos esperar milagros […] Intentamos salvar únicamente a quienes tienen una oportunidad”, reconocía no hace mucho al Corriere della Sera Christian Salaroli, especialista en reanimación en un hospital de Bérgamo (norte).
“Decidimos en función de la edad, de las condiciones de salud. Como en cualquier situación de guerra”.
En el caso del coronavirus, pese a las reglas o recomendaciones, al final, es el médico de reanimación a cargo del servicio el que toma la decisión, a veces en plena noche y de forma urgente, solo o en equipo, considera Caplan.
Una “carga moral enorme” que hay que llevar, subraya Devos. “Nos dedicamos a la medicina para aliviar a la gente. No para decidir quién puede vivir”.
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