Limpieza de paredes y techos: la guía definitiva

Una mopa de mango extensible, jabón pH neutro y agua tibia serán tus mejores aliados para limpiar paredes y techos.
No hay limpieza más ardua que el de las paredes y los techos, un tarea laboriosa y pesada, ¡incluso para los profesionales! Y es que la pared o el techo es lo último que se nos ocurriría limpiar tras fregar los platos, quitar la grasa o fregar los suelos. ¡A nadie le gusta limpiar grandes superficies!
Pero, cuando llega el momento, no hay excusas que valgan y menos aún cuando existen métodos que facilitan su limpieza. En este sentido, es muy importante que cuenten con utensilios que te den accesibilidad a las zonas más altas y que evalúes el tipo de revestimiento de la pared o techo y las posibles manchas. Además, si localizas manchas difíciles, trátalas siempre con cuidado y con los productos que detallamos a continuación.
Utensilios para limpiar paredes y techos
Antes de comenzar, es importante contar con las herramientas necesarias para la limpieza de paredes y techos como un jabón pH neutro, un trapeador o mopa de mango extensible, 2 o 3 paños de microfibra y un detergente especial para las manchas difíciles (grasa, moho, etc.).
Si dispones de una aspiradora para retirar el polvo de las zonas más alejadas, ¡mucho mejor!
Limpieza de paredes
Para limpiar correctamente las paredes debemos retirar el polvo de la superficie con un plumero. Esto es importante para no dañar o rayar la superficie. Aprovechamos también para quitar todas las telarañas y restos de insectos que hayan en él.
Tras retirar el polvo, valoramos el material del revestimiento y localizamos las manchas difíciles. Según su naturaleza, debemos proceder de la siguiente manera.
Azulejos
Para limpiar las paredes de azulejos pasa una mopa de microfibra empapada en una solución de agua, amoníaco y jabón líquido de platos. Escurrimos bien y pasamos la mopa siempre de arriba hacia abajo con movimientos firmes y regulares.
Si hay manchas que se resisten, trátalas con un paño de algodón empapado solamente en amoníaco. Como este detergente es muy pesado, recuerda abrir puertas y ventanas para que haya un constante flujo de aire.
Piedra
Las paredes de piedra son preciosas y aportan una personalidad única a nuestro hogar. Al ser un material natural y poroso no requiere de muchas herramientas para mantenerse limpia y brillante en el tiempo.
Así pues, para limpiar paredes de piedra, tan solo necesitas pasar una mopa empapada en agua jabonosa por la superficie hasta eliminar el polvillo y suciedad. Después, volvemos a pasar un paño limpio y seco para dar brillo.
Si la pared tiene relieve, puedes utilizar un cepillo de cerdas suaves para llegar a todos los puntos.
Vidrio
Se dice, se cuenta y se confirma que no existe mejor producto que el líquido amoniacal para limpiar las superficies acristaladas. Por ello, una solución de agua templada más un buen chorro de amoníaco será lo mejor para dejar tus paredes de vidrio o cristal como nuevas.
Yeso
Las paredes de yeso son las más habituales en la actualidad gracias a sus características y ventajas. Por ejemplo, al ser liso, no acumula casi polvo y una manita de pintura las deja como nuevas en un abrir y cerrar de ojos.
No obstante, si localizas pequeñas manchas, utiliza un paño ligeramente húmedo para limpiarlo. Si la mancha no sale y la pared es blanca, siempre puedes recurrir a un borrador mágico.
Ocasionalmente, las paredes de yeso tienden al moho en entornos muy húmedos o con problemas de humedad. Y el primer paso para solucionar este problema es raspar o lijar la zona para eliminar el moho. Si quedan desperfectos, usamos masilla para nivelar, volvemos a lijar, dejamos que se seque y aplicamos una solución antimoho. Cuando se haya secado, aplicamos la imprimación y pintamos.
Madera
Las paredes de madera no son muy habituales, pero en caso de tenerlas debemos tener extremar su limpieza. Entonces, la mejor forma de limpiar las paredes de madera es con una solución jabonosa suave con vinagre y procurando escurrir al máximo la mopa antes de pasarla por la superficie. También es importante enjuagar y secar la madera para evitar que adquiera humedad u olores extraños.
Por otra parte, te aconsejamos que no apliques sobre la madera detergentes abrasivos como amoníacos, lejías o similares.
Mármol
El mármol, al igual que la madera, es un material poroso que se daña con facilidad. Por ello, la solución adecuada para limpiar paredes de mármol es pasar una mopa ligeramente humedecida en agua jabonosa (el jabón debe ser pH neutro). Cuando retiremos la suciedad, pasamos pasamos la fregona con un paño limpio para secarlo y darle brillo.
Papel pintado
Las paredes empapeladas son muy habituales en el hogar y suponen una gran ventaja frente a otro tipo de paredes, principalmente por la variedad de diseño que ofrece, su calidad y su precio.
Ahora bien, como cualquier otro elemento, también se ensucia, pero es muy fácil de limpiar: humedecemos ligeramente el paño de microfibra en agua jabonosa y escurrimos. Colocamos el paño en el cabezal de la mopa y la pasamos por la pared empapelada. Tras retirar las manchas, vuelve a pasar una mopa limpia para secar la pared
Limpieza de techos interiores
Ahora bien, para la limpieza de techos interiores debemos respetar el material y usar los productos adecuados:
Madera
Es poco habitual verlas en las nuevas construcciones pero es posible tenerlas, sobre todo cuando se traten de casas y cabañas de estilo rústico. Y el primer paso para limpiarlo a fondo es quitar el polvo con la ayuda de un aspirador o cepillo con mango largo.
Tras hacerlo, pasa por el techo de madera una mopa humedecida en agua y vinagre. Tras limpiarlo, sécalo con una mopa limpia o deja las puertas y ventanas abiertas. Debes asegurar el secado para evitar humedades.
Consejos para mejorar la limpieza paredes y techos
A continuación, te damos una serie de consejos para mejorar la limpieza de estas superficies:
- Utensilios que no fallan : Procura contar con las herramientas necesarias para que no se te resista ninguna esquina. En este sentido, contar con una mopa de mango extensible es fundamental. Si no puedes permitirte una, forra el cabezal de tu escoba con un paño de microfibra y úsalo como una mopa.
- Quita el polvo antes de la limpieza : Hacemos énfasis en este punto porque es muy importante retirar el polvo y las telarañas antes de empezar cualquier limpieza, en especial cuando vamos a limpiar superficies delicadas.
- El secado no debe faltar : Las paredes porosas deben secarse tras cada limpieza, nunca debemos humedecerlas en exceso o aplicar sobre ellas productos altamente abrasivos.
- Protege y sella: Algunas paredes, como las de madera, aceptan bien ceras o barnices que la protegen de las manchas o la humedad.
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