Hogar

Cómo luchar contra la contaminación atmosférica dentro de tu hogar

Quizás no sepas que el aire del interior de tu casa podría estar aún más contaminado, por eso hay que tomar previsiones.
miércoles, 14 mayo 2025
Contaminación atmosférica
Cortesía | Los contaminantes del aire interior son muy diversos

La mayoría de nosotros asociamos la contaminación atmosférica con el exterior, desde los gases de escape de los coches o autobuses en la ciudad hasta los residuos industriales o el humo de los incendios forestales. Pero lo que quizás no sepas es que el aire del interior de tu casa podría estar aún más contaminado, sobre todo en invierno.

Dado que pasamos en casa el 70% de nuestro tiempo (más aún si eres alguno de los tres millones de españoles que trabajan en remoto), estas toxinas pueden tener un impacto enorme en su salud.

Los contaminantes del exterior están regulados por la ley, pero no existe ninguna regulación para medir lo que sucede en el interior de las viviendas. Sin embargo, la exposición a las toxinas habituales en invierno en el interior de las viviendas tiene el potencial de provocar numerosos problemas de salud, como enfermedades respiratorias y cardiovasculares, inflamación crónica y cáncer.

Según Nicholas Nassikas, neumólogo y médico de cuidados intensivos del Centro Médico Beth Israel Deaconess de Boston (Estados Unidos), algunas investigaciones ha relacionado estas toxinas incluso con la muerte prematura. Nassikas es coautor de un informe sobre contaminación en interiores publicado en marzo de 2024 por la Sociedad Torácica Americana, en el que se analizan las formas en que esta contaminación se filtra al exterior y causa problemas de salud y medioambientales.

Los contaminantes del aire interior van desde sustancias químicas y metales en aerosol hasta partículas diminutas que pueden colarse en el torrente sanguíneo a través de los pulmones. Entre las fuentes habituales de contaminantes en interiores se encuentran muchas de las cosas que utilizamos para hacer acogedor un hogar en invierno, como las estufas de leña, las chimeneas, las velas y la cocina.

Mientras que las estufas de gas y leña han sido noticia por la contaminación del aire interior, los humidificadores ultrasónicos son un culpable menos conocido. Estos aparatos utilizan vibraciones de alta frecuencia para expulsar vapor frío y humedecer los ambientes caldeados, liberando a veces metales pesados tóxicos que permanecen en el aire.

“En invierno, cuando el aire está seco, el agua se evapora rápidamente, pero las partículas que contenía permanecen”, explica Andrea Dietrich, ingeniera ambiental y de aguas de Virginia Tech, en Blacksburg, que ha estudiado a fondo la cuestión.

Ventilar y filtrar, pero también contaminar menos

A diferencia de la contaminación exterior, que es más difícil de controlar, podemos reducir al menos parte de nuestra exposición en interiores. Cuando cocines, enciende la campana extractora y coloca los objetos en el quemador trasero del fogón, donde se aspirará más hacia la rejilla de ventilación. Si no hace demasiado frío, abre una ventana cercana.

Evitar el agua del grifo (aunque esté filtrada) puede hacer que los humidificadores ultrasónicos sean más seguros. Otra opción es cambiar a un humidificador térmico de los de toda la vida, que atrapa los minerales dentro del aparato. Y cuando limpies cualquier tipo de humidificador, no utilices nunca productos químicos, que dejan residuos que se suman a la carga del aire; basta con enjuagarlo con agua y secarlo al aire.

Asegúrate de realizar un mantenimiento periódico de todos los calefactores de leña, chimeneas y estufas de gas de acuerdo con las recomendaciones de los fabricantes, así como del sistema de ventilación mecánica utilizado en las casas más estrechas y de nueva construcción para intercambiar el aire.

Los purificadores de aire independientes ayudan a eliminar muchos contaminantes. Son más eficaces cuando se colocan cerca de las principales fuentes de combustión de la casa. Por ejemplo, si se colocan en la cocina, en lugar de en el salón o el dormitorio, se reduce el número de partículas PM2,5 en el hogar, según el estudio Building and Environment.

Nazaroff recomienda fabricar uno mismo un dispositivo, la llamada caja Corsi-Rosenthal, que proporciona una tasa de filtración extremadamente alta. Empieza con un ventilador de caja de 50 centímetros y cuatro filtros MERV 13 de 50 por 50 centímetros. Une los filtros con cinta adhesiva para formar los lados de un cuadrado (con las flechas de los filtros apuntando hacia dentro).

Corta dos trozos de cartón (utiliza la caja en la que venía el ventilador) del tamaño de las aberturas; pega uno con cinta adhesiva para crear la parte inferior del cuadrado. Ahora pega el ventilador a la parte superior para que sople hacia arriba, teniendo cuidado de sellar todos los bordes y esquinas (pero asegúrate de que el tapón queda fuera).

Por último, corta un círculo de 38 centímetros de diámetro en el segundo trozo de cartón y pégalo con cinta adhesiva por todos los lados sobre la parte superior del ventilador. Deja el ventilador colocado en la parte superior mientras lo enchufas.

Pero mejor que ventilar y filtrar es evitar que se formen toxinas. Cuando se estropeen los aparatos de madera o gas, sustitúyelos por versiones eléctricas. Y haz todo lo posible por limitar otras fuentes de generación de partículas no deseadas dentro de casa.

“Mis hijos bromean diciendo que no podrían poner velas en su tarta de cumpleaños, y aunque no es cierto (aunque ahora usamos velas eléctricas), no utilizamos chimeneas ni humidificadores ultrasónicos”, dice Nazaroff. Cuando de vez en cuando necesita sofreír verduras para hacer su adorado pisto, “siempre cocino en el quemador de atrás y uso la campana extractora, aunque haga mucho ruido”.

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