Videojuegos que más gustaron en 2022
2022 ha sido un año fértil en lanzamientos de videojuegos de excelente nivel tanto en el ámbito de las grandes producciones como en la escena independiente.
Para entender y destilar lo que ha dado de si este año la industria del videojuego, estos son algunos de los videojuegos que más gustaron durante 2022.
Para concentrarnos en una lista, hay omisiones de títulos que bien podrían tener un puesto en un ranking más extenso, como Norco, Neon White o Sifu.
Citizen Sleeper
Citizen Sleeper cautiva desde el primer momento gracias a una magnífica escritura.
Un excelente juego de rol que, a través de conversaciones, descripciones y decisiones, crea una lúgubre atmósfera ciberpunk. Un título capaz de generar hábilmente momentos de tensión y de clímax gracias a las diversas ramificaciones de sus historias y al sistema de turnos que posee.
El jugador encarna a una persona cuya alma ha sido encapsulada en un ser robótico y debe sobrevivir en estación espacial donde las consecuencias del capitalismo alienan mediante una falsa ilusión de esperanza a los habitantes de dicho lugar. El título es rejugable pero difícilmente logre evocar en partidas posteriores las sensaciones de la primera vez.
Tunic
Combinar Zelda y Dark Souls pero con su propia idiosincrasia: eso es Tunic, otro de los grandes títulos independientes del 2022. Protagonizado por un zorro, el juego embelesa por sus gráficos poligonales y por lo que deja intuir nada más comenzarlo: está lleno de secretos en casi cualquier esquina, es desafiante y hay más de lo que parece.
Es exquisito en cuanto a la sensación de evolución y sorpresa. Mención aparte al cuidado y nostálgico manual de instrucciones que incorpora que contiene información básica para jugar, de la historia y del trasfondo de su mundo.
I Was a Teenage Exocolonist
Uno de los títulos del 2022 que más vale la pena rejugar por lo que propone en su loop jugable en el que alterar los acontecimientos es clave.
Un RPG con toma de decisiones que reflexiona sobre ecologismo, colonización y la humanidad en si misma. Sobresaliente en narrativa al integrar las diferentes mecánicas y en escritura, en él hay elementos de life simulator, visual novel y juego de cartas. Todo contribuye a que el juego invite a rejugarlo varias veces para obtener información clave de lo qué ocurre y de los protagonistas.
Es un título que invita a reflexionar de temas como formación de la identidad en la adolescencia hasta las implicaciones de un genocidio por deseos colonialistas.
Return to Monkey Island
31 años después, el equipo original (Ron Gilbert y Dave Grossman) que creó la saga de aventuras gráficas Monkey Island volvía a reunirse para lanzar una secuela directa del mítico Monkey Island 2: LeChuck’s Revenge lanzado en 1991. El resultado fue una magnífica sorpresa que superó el reto de luchar contra la nostalgia y actualizar la saga a los tiempos de hoy día.
Return to Monkey Island mantiene la esencia original en sus sistemas y el humor en sus personajes, puzles y situaciones y brilla cuando toca mostrar la evolución de sus personajes y temas. Sus creadores han madurado y ahora hay una perspectiva vital diferente en su obra que da de qué pensar especialmente para quienes crecieron con ella.
Xenoblade Chronicles 3
Contemporáneo y a la vez con aroma juego de rol japonés clásico. Una de esas aventuras que, aun sabiendo que dura decenas de horas (y puede llegar a la centena fácilmente) invita a sumergirse completamente en ella. Lo logra gracias a una historia emotiva con momentos épicos y unos personajes con los que es fácil empatizar; un mundo abierto enorme plagado de monstruos a los que enfrentarse y un sistema de combate dinámico y con posibilidades de experimentación.
Todos estos elementos tienen sus propias imperfecciones, pero es tal la dimensión de lo que ofrece y el impresionante diseño artístico y técnico que lo convierte en uno de los imprescindibles del año, del género y de Nintendo Switch.
The Case of the Golden Idol
Una de las obras mejor diseñadas del año. Un juego de misterio en el que hay que descubrir al asesino de diferentes casos que ocurren en el siglo XVIII en torno a una familia y una sociedad secreta. Fantásticamente ambientado gracias a sus gráficos pixel-art y su música.
A través de diferentes escenas hay que observar elementos que desbloquean palabras con las que completar frases que permiten descifrar qué ocurrió. Todos los capítulos están interconectados y narran una historia con personajes en común a lo largo de los años. Es sutil, original en sus puzles y audaz a la hora de poner al jugador a deducir lo que ocurrió. Un título que puede ser jugado hasta por los menos asiduos a los videojuegos.
Vampire Survivors
Una de las sorpresas que podría ser perfectamente el juego del año por lo excelente de su propuesta. Sencillo en su planteamiento pero excepcionalmente diseñado a nivel jugable para ser desafiante y accesible.
En él solo hay que mover a un personaje que ataca automáticamente a hordas de miles de enemigos. El objetivo es sobrevivir lo máximo posible mientras se consiguen diversas mejoras. Tan simple y clásico de explicar como inteligente y bueno que resulta. Va a tener muchos imitadores.
God of War Ragnarok
Sus dos primeras horas están entre las mejores presentaciones de cualquier videojuego. Un ejemplo de cómo asentar el tono, la acción y los cambios que están ocurriendo.
Aún con cierta sensación de continuidad, Ragnarok, como secuela de God of War 2018, mejora a su predecesor donde éste flaqueaba (exploración, jefes finales y combate) y da un paso más en lo narrativo. Es una obra obsesionada con abrumar por lo técnico y en hablar de la pérdida, el desarrollo de una identidad y las relaciones paternofiliales.
Aunque no logre ser perfecto en el tono ni en lo que quiere transmitir, es quizás una de las obras cumbres del videojuego contemporáneo. El ejemplo perfecto de juego de gran presupuesto. Más grande, técnicamente superlativo y mejor.
Inmortality
Inmortality es brillante, conmovedor e inquietante. También imprescindible para conocer las posibilidades del videojuego como medio. “¿Qué ocurrió con Marissa Marcel?”, pregunta el juego para poner al jugador a investigar qué pasó con esta actriz que desapareció tras haber trabajado en tres películas que nunca vieron la luz.
Un juego que habla de cine, de Hollywood y de cosificación de actrices en el que hay que visionar cientos de clips de video de acción real de las tres películas. La estética puede engañar y alejar a aquellos que piensen que esto es una película y no un videojuego. Pero nada más lejos de la realidad. Inmortality exige un manejo constante. Solo mediante la manipulación y la exploración de los elementos de cada clip puede descubrirse de qué van las películas, qué pasó con Marissa Marcel y algo mucho mejor y más siniestro: momentos que hielan la sangre y que quedarán grabados en la retina.
Elden Ring
Elden Ring es la culminación del estudio japonés FromSoftware creando videojuegos de rol y acción del ya tan aclamado y popular estilo Soulsborne.
El juego tenía el reto de llevar la acción vista en otros títulos de la compañía al mundo abierto, integrar este en la narrativa y darle un sentido jugable. Y lo consiguió con una obra tan excelente como vasta y ambiciosa. Su mundo está lleno de detalles, historias, sorpresas y diseños que cortan el aliento.
Elden Ring es un hito de la industria. Su éxito muestra que los Souls ya no son un nicho y su influencia, (si no era suficiente con la de sus predecesores) va a seguir marcando la industria. E Hidetaka Miyazaki, su creador, ya es un autor sagrado del medio, una leyenda viva.
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