México: Terremoto revela gigantesca cabeza de serpiente
El año pasado, un poderoso terremoto de magnitud 7,6 sacudió la costa occidental de México, provocando caos y resonando hasta Ciudad de México, a 400 kilómetros de distancia. En medio de los estragos, un hallazgo arqueológico inesperado emergió: una colosal cabeza de serpiente de piedra, brillante con colores audaces, se asomó después del evento sísmico.
Según el Instituto Nacional de Antropología e Historia (Inah) de México, esta escultura es única por su policromía, conservando aproximadamente 80 % de sus colores originales.
Descubierta a 4,5 metros bajo tierra en la antigua Escuela de Jurisprudencia de la Unam, en el corazón histórico de Ciudad de México, esta talla milenaria tiene más de 500 años de antigüedad, pesa 1,2 toneladas y mide 1,8 metros de de largo, 1,0 metro de alto y 85 centímetros de ancho.
Un equipo de expertos la extrajo con meticulosidad, revelando detalles notables: los rastros de ocre, rojo, azul, negro y blanco, preservados por los lodos y aguas que la cubrieron durante siglos.
El terremoto que azotó Ciudad de México en 2022 sacó a la luz un tesoro que estaba oculto desde hacía más de 500 años: la gigantesca cabeza de una serpiente mexica👇🏽 https://t.co/S1gTrOD7L6
— Historia National Geographic (@HistoriaNG) October 20, 2023
Cámara de humedad sellada
Para proteger esta joya frágil, los restauradores la han colocado en una cámara de humedad sellada.
“Estos pigmentos, que representan un ejemplo notorio de la paleta de color que los mexicanos usaban para decorar sus imágenes de culto y sus templos, son sumamente frágiles por los materiales minerales y vegetales de los que eran obtenidos”, aseguró la restauradora María Barajas Rocha. , quien ha estado trabajando para preservar el hallazgo, según recoge el comunicado del Inah.
De acuerdo con la experta, la cámara de humedad es un espacio sellado forrado con películas plásticas y equipado con humidificadores y registradores de datos para controlar constantemente la humedad relativa de esta antigua representación de la serpiente. El objetivo es permitir que la cabeza de serpiente pierda lentamente la humedad que acumuló durante siglos, para evitar pérdidas de color, grietas o cristalizaciones de ventas en la piedra.
Se cree que la cabeza de serpiente data de una época cercana al final del Imperio azteca, cuando la ciudad-estado de Tenochtitlán prosperaba en la misma región. Las serpientes eran comunes en el arte azteca debido a deidades serpentiformes como Quetzalcóatl, aunque los investigadores aún no saben si esta figura en particular está relacionada con alguna deidad específica.
Hasta que se completen los trabajos de conservación, la cabeza de serpiente no estará accesible al público, ya que cualquier alteración en el microclima de la escultura podría ser perjudicial, según el Inah. Se espera que permanezca en la cámara de humedad hasta principios de 2024, mientras los investigadores continúan estudiando sus materiales y su significado histórico.
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