Guasipati: Población llena de fe y solidaridad

“Aquí hay muchos valores, sobre todo el valor humano”, describe Humberto Merchán, párroco de la iglesia Nuestra Señora del Rosario, al referirse a las bondades que posee el municipio Roscio.

Señala que, aunque el sur del estado Bolívar destaca por la riqueza mineral, sus habitantes no escapan de las necesidades económicas, educativas o sociales, por lo que desde la iglesia han ofrecido varios proyectos con el fin de ayudar a las comunidades.

Uno de ellos, de carácter educativo, ha consistido en crear aldeas parroquiales en las que se brinda apoyo a los docentes, basado en la pedagogía cristiana, ya que es necesario que “el docente tenga fortaleza para que también fortalezca al resto de la comunidad educativa”, explica.

Bajo la premisa de que un pueblo sin educación no podría tener buen futuro, también se han encargado de ofrecer tareas dirigidas a niños con dificultades de aprendizaje, clubes de lectura para fomentar el interés por el saber, y habilitar una biblioteca para facilitar la investigación a los estudiantes.

“Hay niños fantasmas que no existen para el Estado”, comenta el párroco al referirse a niños en situación de calle, sin estudios escolares, ni registro de identidad, para los cuales han planteado un proyecto de atención y nivelación educativa.

Sobre ellos, describe que “algunos han perdido a sus padres, o los abandonan”. Sin embargo, a pesar de las condiciones difíciles que viven, muchos mantienen el deseo de estudiar, la oportunidad que les permitiría ser “menos fáciles de manipular” y mejorar su futuro.

Ayudas comunitarias

Desde hace seis años, la parroquia ha cumplido con el proyecto social de la “olla comunitaria”, con el cual semanalmente alimentan a más de dos mil personas en distintos sectores de Guasipati, dando prioridad a niños y adultos mayores.

Cumplir con este programa ha sido posible gracias a diversos colaboradores, por lo que, al poder contar con ellos, el padre resalta que “la generosidad es increíble”. Sin embargo, recuerda que está basado en una realidad de pobreza, que ha determinado que sea necesario este tipo de actividades.

“Es la voz profética de la iglesia donde denuncia que hay injusticia y hambre (…) pero también anuncia la misericordia y bondad de dios que no nos abandona”, sostiene.

Igualmente, desde la parroquia cumplen con la pastoral de la salud, con la cual reciben donaciones de medicamentos para entregarlos a quienes los necesiten, por lo que, para seguir cumpliendo con estos proyectos, hace un llamado de apoyo a quienes tengan la posibilidad de colaborar.

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