Trastorno bipolar: Importancia del apoyo familiar

Cada año, en marzo se conmemora el Día Mundial del Trastorno Bipolar con el propósito de generar conciencia sobre este padecimiento y eliminar el estigma social.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2019 aproximadamente 40 millones de personas padecían trastorno bipolar, dato que destaca la importancia de comprender y apoyar a quienes conviven con esta condición.

Yamilet Pinto, psicóloga, describe que es un trastorno del estado de ánimo que se manifiesta entre dos polaridades: Manía y depresión.

Señala que la manía se da en “un exceso de energía y euforia que transmite alegría extrema y optimismo, insomnio, decisiones e ideas irracionales, o disociación de la realidad”.

Además, pueden presentar altos niveles de irritabilidad, mal humor, agitación, “hiperactividad que raya en la impulsividad, pudiendo llegar a la agresividad”.

En cuanto a los episodios de depresión, menciona que se registra disminución del estado de ánimo, el cual se caracteriza por extrema tristeza, ganas de no hacer nada, pérdida de interés por el trabajo o la vida, decaimiento, aislamiento, angustia y miedo.

“Estos distintos episodios pueden durar días, semanas o meses entre uno y otro”, afirma.

Recomendaciones de la psicóloga

Pinto apunta que la señal principal del trastorno bipolar es lo brusco e impredecible del cambio al ir de un estado a otro sin razón alguna.

Manifiesta que estas conductas suelen ser inusuales en la dinámica de la familia y para abordarlas requieren de psicoeducación, pues sin el conocimiento adecuado pueden haber conflictos más profundos.

Expone que lo recomendable es asistir al médico psiquiatra que será el encargado de hacer las indicaciones farmacológicas correspondientes, además de hacer que la familia y el paciente tomen sesiones de psicoterapia para el abordaje del caso.

¿Qué puede hacer la familia?

La psicóloga comparte recomendaciones para la familia entre las que incluye aprender sobre el trastorno bipolar,de la mano de un profesional calificado en el caso.

“Comprender que el paciente está transitando la enfermedad, para evitar juicios de valor y buscar orientación objetiva sobre cómo tratarlo y orientar al resto de la familia”, menciona.

También recomienda tener paciencia, ya que el proceso podría ser largo. Tomando en cuenta que el paciente no hace lo que hace porque quiere, sino porque está enfermo y necesita ayuda al igual que la familia.

Destaca la importancia de contribuir a que el paciente se adhiera al tratamiento en cualquier episodio que se encuentre, y acompañarlo en el proceso “sin presiones ni peleas innecesarias”.

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