Reina la desidia en el terminal Manuel Piar de Puerto Ordaz  

Desolado, sin iluminación, con filtraciones y humedad en las paredes, así da la bienvenida el terminal de pasajeros Manuel Piar de Puerto Ordaz. 

Las instalaciones ofrecían un mejor servicio luego de una remodelación y ampliación efectuada en 2012; una obra que en su momento sobrepasó el presupuesto de los 29 millones de bolívares.

Ahora, por las noches el terminal “es una boca de lobo y cuando llueve cae más agua adentro que afuera, está bastante descuidado”, así los describe Orlando Freites quien es trabajador en el terminal por más de 10 años.

Desde la pandemia dicen los choferes que el lugar decayó y tampoco han tenido mayor movilización de pasajeros, presumen que debido a la reactivación del Aeropuerto Internacional Manuel Carlos Piar, muchos optan por viajar en avión o vehículos particulares por el despacho de gasolina frecuente. 

Más de 30 líneas operan en el terminal, algunas están activas y salen “de vez en cuando” todo depende del movimiento de los pasajeros.

Precios y rutas 

“Yo sacaba tres unidades de 45 puestos cada uno, hoy monto 10 pasajeros y es mucho”, dice Freites  quien cubre las rutas Maracay- Valencia por la vía del llano. 

Los precios varían según el destino: 65 dólares a San Cristóbal, Valencia en 35, Caracas 30, Barquisimeto 45, Santa Elena 30, Puerto La Cruz 15 y El Tigre en 10 dólares.

Cuentan que hubo mayor venta de boletos para San Cristóbal antes de las restricciones por la selva El Darién, aunque se mantienen los viajes hacia Santa Elena para los venezolanos que se van a Brasil, Argentina, entre otros, pero también lamentan los días muertos sin ventas. 

Por otra parte, no dejaron de lado mencionar el mal estado de la Troncal 10, al describirla como decadente y el daño que reciben sus vehículos con cada paso, “el pasaje no da, la vía está fea y no buscan manera de arreglarla”. 

Un viaje de Puerto Ordaz se tardaría 12 horas en llegar a Santa Elena de Uairén con una vía en excelentes condiciones; sin embargo, por el infierno que viven los conductores que cubren esta ruta pasan más de 24 horas de solo ida.

Falta de mantenimiento 

Entrar en la segunda etapa del terminal es dantesco. Tobos atravesados en la puerta por las filtraciones, las oficinas de la antigua administración fueron abandonadas y la puerta de vidrio de la salida completamente astillada.

Las pocas sillas de aluminio en la sala de espera son los puestos que ofrecen para los viajeros, sin embargo, la mínima ventilación que entra por dos puertas laterales no es suficiente, aunado a la humedad presente en las columnas.

El esfuerzo de los trabajadores es titánico, a pesar que las operadoras pagan sus impuestos y los vendedores de la economía informal colaboran con productos de la limpieza, exigen mejores condiciones.  

Sin inversión 

Señalan que la tasa de salida es de 8 bolívares, tras acotar que más de 200 personas atienden a diario, “¿ese dinero a donde llega?, no lo sabemos”, cuestionaron los trabajadores encuestados. 

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