Regreso a clases: ¿Cómo prevenir y afrontar la violencia escolar?

El regreso a clases no solo trae múltiples emociones para los estudiantes, sino también para los padres.

Ya que la violencia escolar se ha presentado en instituciones educativas tanto del sector público como privado, es importante conocer herramientas para enfrentarla.

El maltrato, hostigamiento, insultos, burlas, agresiones físicas, además de otras acciones similares son parte de las expresiones del bullying o acoso escolar.

El psicólogo Evart Gurley destaca que es primordial que los padres generen confianza en sus hijos y no ser únicamente punitivos o castigadores con ellos.

“Al contrario, poder escucharlos (…) no van a decir todo al 100 % de la forma en que tú esperas, pero entender que cuando se equivocan, no tienes porqué maltratarlos”, comenta.

De igual manera, menciona que es debido gestionar la revisión de sus útiles escolares, y mantener una comunicación efectiva con los docentes y con los demás representantes para generar confianza.

Gurley describe que, para la víctima, el bullying puede ocasionar algunas consecuencias como ansiedad, depresión, aislamiento social, dificultades para enfrentar situaciones de manera adecuada, trastornos de personalidad, fobias, entre otros.

¿Qué hacer?

Para detectar si el niño está siendo violentado, es importante ver los útiles escolares, y cuáles son las conductas que van apareciendo, como no querer ir al colegio, no hablar mucho de amigos, o rastros de violencia física.

El especialista también menciona actitudes que pueden significar señales como orinarse, comerse mucho las uñas, sentirse inseguro, o estar más callado que de costumbre.

“Hay muchas cosas que se pueden ir viendo en el cambio de conducta y físico de los niños”, sostiene.

Señala que el seguimiento constante con los docentes y responsables del ambiente educativo también es necesario para saber lo que pasa, desde el punto de vista de los adultos.

Gurley destaca la importancia de la confianza que se genera en los hijos mediante conversaciones y la orientación sobre cómo actuar.

Describe que en ocasiones los niños juegan muy fuerte o bruscamente, a veces de manera de juego, por lo que es necesario darles la orientación y hacerles entender lo que no es debido hacer o a pedir disculpas al cometer errores para solventar situaciones.

Comenta que muchas veces los padres no se preocupan cuando el niño es acosador, lo cual genera un rechazo de las personas o que en el futuro tengan conductas bastante reprochables.

En estos casos es debido identificar cómo se está influenciando -como adulto- la conducta del niño para que este se comporte de dicha manera.

El psicólogo manifiesta que corresponde conversar con ellos y hacer un cambio, igualmente al mencionar la importante asistencia de un especialista.

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