Ciudad

PRIMICIA y Me Diste de Comer llevan Navidad a familias vulnerables

La Fundación Me Diste de Comer, junto a PRIMICIA, intesificó su labor para llevar la navidad a las familias más vulnerables de Guayana.
miércoles, 24 diciembre 2025
Me Diste de Comer
María José Mariño | Niños, mujeres, personas de la tercera edad y en situación vulnerable obtuvieron un regalo navideño

La Fundación Me Diste de Comer recibió una donación de más de 60 panes de jamón para brindar una cena navideña a quienes no pueden celebrar la festividad en familia. Gracias al apoyo de PRIMICIA, la institución logró llevar el espíritu de estas fechas a sus beneficiarios, reafirmando una trayectoria de 26 años de servicio ininterrumpido a familias en situación de vulnerabilidad.

La directora de PRIMICIA, Catherine Wilson, encabezó la entrega de la donación junto al fundador de la institución beneficiada, Carlos Corinaldesi. Wilson dedicó un mensaje a los presentes: “Mi idea, de parte del equipo de PRIMICIA, el cual tengo el honor de dirigir, es darle este regalo a ustedes para que lleven un pan de jamón a su mesa y celebren la navidad hoy. Que dios los bendiga y muchas bendiciones”.

El comedor principal de la fundación, ubicado en Unare, atiende a cerca de 300 personas diariamente, una labor que se intensificó durante este 2025.

Según explicó su fundador, Carlos Corinaldesi, en sus más de dos décadas de historia han servido aproximadamente 2.5 millones de platos de comida, asistiendo a niños, adultos mayores y personas en situación de calle.

Lo que comenzó como una iniciativa el 14 de agosto de 1999 con apenas 10 niños, ahora es una fundación con tres sedes activas: San José de Chirica, donde se atienden a 40 niños y 10 personas discapacitadas, y otra en Brisas del Orinoco, la cual brinda atención a 65 niños y 15 personas con discapacidad.

 

Me Diste de Comer

Papel fundamental de la empresa privada

La operatividad de la fundación depende exclusivamente de donaciones provenientes de la empresa privada y aportes de particulares. En la sede principal, un equipo de 20 voluntarios trabaja de lunes a viernes, entre las 7:00 a. m. y las 2:30 p. m., para garantizar el funcionamiento del servicio.

Sin embargo, para su fundador, Carlos Corinaldesi, la labor social es solo una parte de su objetivo principal. “Nuestro objetivo principal es la lectura, la reflexión, y que llegue la palabra de Dios a todo el que viene aquí”, explicó.

En la pandemia lograron atender a una población de 600 personas diarias. Actualmente, la institución mantiene un promedio de entre 300 y 400 beneficiarios que acuden desde distintos puntos de la ciudad, buscando no solo el sustento diario, sino también un mensaje de esperanza y fe.

Una mano amiga para Me Diste de Comer

Aunque el suministro de insumos se mantuvo estable durante el último año, la fundación enfrenta un deterioro crítico en su equipamiento. Carlos Corinaldesi señala que la prioridad absoluta ha sido la compra de alimentos, lo que ha dejado en segundo plano el mantenimiento de la infraestructura.

“Necesitamos renovar algunos equipos como el congelador y varios equipos que está en bastante mal estado. Nuestras cocinas, que ya tienen más de 20 años. También por falta de mantenimiento, porque todos los recursos se vuelcan a lo que es la comida”. 

A esta lista se suma la reparación de la camioneta de la institución, vehículo indispensable para el traslado de hortalizas y logística general hacia los comedores de San Félix. Al recibirse casi exclusivamente donaciones de alimentos, los gastos operativos y de reparaciones deben ser cubiertos con recursos propios, los cuales son limitados.

Por semana se gastan 5 pacas de harina, cuatro pacas de pasta, cuatro de arroz, media caja de aceite, un aproximado de ocho a 10 kilos de avena, unos 60 kilos de yuca, 40 kilos de auyama, y demás insumos. De ahí la importancia de la donación de alimentos, sobretodo secos. 

Las hortalizas y verduras, que son el 60 % de los insumos usados,  son suministradas principalmente por ferias que colaboran con la fundación. 

Un año positivo y un futuro esperanzador 

La Fundación Me Diste de Comer finaliza el 2025 con un balance positivo, consolidándose como un brazo de apoyo en tiempos de dificultad. Para su fundador, Carlos Corinaldesi, este año ha representado un reto significativo para la sociedad venezolana, tanto en el ámbito económico como en el emocional, marcado por la separación familiar debido a la migración.

“2025 ha sido para mucha gente un año muy difícil, un año muy duro, hablando económicamente y hablando también familiarmente. Con tanta gente que se ha ido al exterior. Nosotros siempre le dejamos estas cosas a manos de Dios y lo que hacemos es confiar porque esto es una obra de Dios no es una obra nuestra”. 

De cara al 2026, la institución mantiene una perspectiva optimista basada en su pilar fundamental: el amor al prójimo. El fundador se muestra expectante ante los desafíos del nuevo año, reafirmando el compromiso de la fundación como un puente de solidaridad. “En este 2026 esperamos que el Señor nos siga dando los recursos para que nosotros de alguna manera podamos ser intermediarios de lo que Él nos pide”. 

 

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