Pacientes renales son más propensos a contagiarse de coronavirus

Los adultos mayores y las personas con condiciones médicas graves son más propensos a contagiarse de coronavirus. En este grupo que suelen ser más frágiles entran los pacientes con enfermedades renales, así lo indica Armando Alcalá, médico especialista en Nefrología.

La misma tesis es respaldada por el nefrólogo José Escalona, tesorero de la Sociedad Venezolana de Nefrología, quien conversó con PRIMICIA sobre la situación que se vive actualmente en el estado Bolívar en relación con los pacientes que reciben atención en las unidades de diálisis.

Escalona indicó que los pacientes que reciben diálisis son considerados como de alto riesgo en caso de contraer covid-19 por su inmunomodulación. “Ellos sufren con cierta frecuencia de procesos infecciosos y no escapan del riesgo de contagio de coronavirus”.

Estas personas con patologías renales deben asistir periódicamente a las sesiones para recibir tratamiento, situación que cada día se torna más compleja por la escasez de medicamentos, la falta de una alimentación adecuada, y a lo que ahora se suma la cuarentena obligatoria y la restricción para surtir combustible.

La realidad de Guayana

Escalona señaló que en Ciudad Guayana solo cuentan con dos unidades de diálisis extrahospitalarias operativas. Una de ellas está en Unare, específicamente en el Hospital de Clínicas Ceciamb. La otra, en el centro de Puerto Ordaz.

Esta última, que se ubica en Centro Comercial Trébol “tiene una capacidad de 27 riñones artificiales, de los cuales solo están operativos 20, debido a que hay algunos filtros que deben cambiarse y hacerles mantenimiento”, señaló el especialista, quien también indicó que por la situación actual los técnicos que prestan el servicio no han podido trasladarse a la ciudad.

Igualmente, la unidad que se encuentra en el Hospital de Clínicas Ceciamb solo tiene 17 máquinas operativas de 26, también por falta de mantenimiento.

“Ambas unidades tienen un sistema de filtrado especial que se llama ósmosis inversa, la cual no ha tenido el mantenimiento oportuno y eso hace que las máquinas se dañen, pues los filtros se van tapando”.

Trabajando sobre la marcha

Con la contingencia por la cuarentena obligatoria que atraviesa el país, se están trabajando dos turnos para ofrecer las terapias. El doctor Escalona comentó que el primer grupo recibe las terapias los días lunes, martes y viernes; mientras que el segundo grupo lo hace los días martes, viernes y sábado.

“Las dos unidades cuentan con los kits para diálisis por lo menos estas dos semanas”, aclaró.

“En una de las unidades hay déficit de personal especializado, enfermeras, y médicos residentes, por lo tanto han debido distribuirse los pacientes para tener esa cobertura de tres diálisis en la semana “, comentó.

A su vez, informó que el Seguro Social envía a las unidades hospitalarias y extrahospitalarias un kit que está conformado por una serie de filtros y líneas con la cual se habilita la máquina (riñón artificial) para poder conectar al paciente.

También suministran otro kit que incluye tapabocas, guantes y material de limpieza para descontaminar el área en la que se va a conectar el catéter o la fístula.

Sin embargo, en ambas unidades e incluso centros públicos carecen de la bata estéril que protege a la persona. “No hay mascarillas que cubran los ojos ni cobertura plástica, solamente se dispone de guantes y tapabocas”.

No hay pacientes contagiados de Covid-19

“Hasta la fecha no se ha reportado ningún paciente positivo para coronavirus”, aclaró el especialista. No obstante en ambas unidades se les está brindando educación e información de las medidas que deben tomar para evitar contagios.

Por ahora, los familiares de los pacientes no pueden ingresar a las unidades. “El paciente es recibido en la entrada por el personal de guardia y luego ingresan a la unidad para recibir la terapia”.

Sin salvoconducto

En ninguna de las dos unidades extrahospitalarias disponen de salvoconductos ni de trato especial para surtir combustible.

“Aquellos que cuentan con vehículo propio, asistirán a la unidad hasta que puedan trasladarse”, señaló Escalona.

“Esta situación es muy complicada porque afecta a los pacientes y a sus familiares, ninguno tiene salvoconducto, ni tarjeta que les permita surtir gasolina”, informó.

Asimismo, relató que los familiares llevan a los pacientes a las unidades de diálisis por esfuerzo propio y de igual forma los retiran. Destacó que cada sesión de hemodiálisis puede durar de 3 a 4 horas dependiendo el caso, lo que quiere decir que se debe dejar al paciente en el lugar y a las 3 o 4 horas el familiar debe volver para llevarlo a casa.

“En ninguna de las unidades se ha brindado el salvoconducto. Ni los médicos que asisten a la unidad hospitalaria de Guaiparo tienen este permiso, deben trasladarse por medio propio”, recalcó el doctor.

Añadió que esta situación hará más difícil que por estas semanas los pacientes de las unidades extrahospitalarias puedan recibir el tratamiento efectivo. Probablemente se hará una contingencia de una sesión o dos sesiones a la semana.

“Esto iría en detrimento de su tratamiento en virtud de que las dosis mínimas necesarias que debe cumplir un paciente en esas condiciones son 12 horas de diálisis por semana que eso da más o menos cuatro sesiones, de acuerdo a cada paciente”.

No hay recursos

A pesar que en el estado Bolívar se cuenta con profesionales capacitados, estos están limitados por los recursos. Escalona aseguró que no se cuenta en los institutos hospitalarios con catéteres para hemodiálisis.

“Los pacientes que ingresan por primera vez a diálisis tienen que buscar los recursos para recibir el tratamiento y además ubicar los cupos”.

El especialista señaló que actualmente en ambas unidades no hay cupos para pacientes nuevos.

El doctor manifestó que hasta hace dos meses iniciaban la terapia de sustitución de dos a cuatro pacientes por semana aproximadamente.

La unidad de diálisis ubicada en Guaiparo “tiene solo tres o cuatro máquinas de diálisis, ahí solo se les da tratamiento dialítico a pacientes agudos”; es decir, a quienes presentan un deterioro renal pero que potencialmente pueden recuperar su función, mientras que los están en terapia dialítica a largo plazo son los que ya tienen un deterioro renal irreversible.

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