Imprudencia al estacionar en zonas no autorizadas en la ciudad
Detenerse “solo un momento”, ocupar un canal de circulación o estacionarse donde no está permitido se ha convertido en una práctica frecuente en distintas zonas urbanas de Ciudad Guayana, municipio Caroní del estado Bolívar.
Lo que para algunos conductores representa una solución rápida, para expertos en seguridad vial constituye un factor de alto riesgo que incrementa la probabilidad de hechos de tránsito, lesiones y pérdidas humanas.
Vías rápidas, accesos estratégicos y arterias principales presentan a diario vehículos detenidos de forma improvisada o intermitente, muchas veces sin señalización alguna.
La situación se repite en entradas y salidas de infraestructuras clave, sectores comerciales informales y zonas residenciales del municipio Caroní que, con el tiempo, han cambiado su dinámica sin una adecuada planificación vial.
La suma de infracciones acerca el accidente
Para el rescatista y experto en seguridad vial Jacobo Vidarte, los hechos de tránsito no son producto del azar, sino de la acumulación de errores humanos. “Una de las causas es la suma de las infracciones. Si yo cometo una infracción y tú cometes otra, eso unido nos acerca muchísimo a la ocurrencia de un hecho vial”, advierte.
Vidarte subraya que todo conductor con licencia está legalmente obligado a conocer y cumplir las normas de tránsito.
“Hay dos artículos fundamentales que toda persona con licencia debe saber: el artículo 2 del Código Civil y el 60 del Código Penal. Ambos refieren el mismo principio: el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento. No vale decir ‘yo no sabía’ o ‘a mí nadie me dijo’”, enfatiza.
En ese sentido, recuerda que una licencia debidamente registrada ante el Instituto Nacional de Transporte Terrestre (Intt) implica responsabilidad directa frente a la ley y su reglamento.
Un problema de salud pública
Más allá de la infracción administrativa, la seguridad vial es considerada por los especialistas como un tema de salud pública. Vidarte cita cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que antes de la pandemia alertaban sobre la magnitud del problema: aproximadamente 1,3 millones de personas fallecen cada año en el mundo por hechos de tránsito, lo que equivale a unas 148 muertes por hora. A ello se suman cerca de 50 millones de personas lesionadas anualmente.
“Es un número que debe llamarnos a la reflexión. Hoy seguimos viendo una cantidad importante y frecuente de hechos de tránsito”, señala. A su juicio, la solución no pasa únicamente por mayor presencia policial, sino por la formación y corresponsabilidad ciudadana.
Riesgos concretos para conductores y peatones
Desde la experiencia operativa, el bombero Josué García advierte que estacionarse indebidamente en vías rápidas o zonas no permitidas representa una amenaza directa tanto para conductores como para peatones.
Entre los principales riesgos para los conductores menciona la reducción de visibilidad —al obstruirse señales, cruces o intersecciones—, el aumento de colisiones por sorpresa, la obstrucción del flujo vehicular y la dificultad para el paso de vehículos de emergencia como ambulancias y unidades bomberiles.
Para los peatones, las consecuencias incluyen el bloqueo de aceras y pasos peatonales, la reducción de zonas seguras de cruce y una mayor exposición a atropellos, especialmente cuando se ven obligados a caminar por la calzada debido a vehículos mal estacionados, cómo sucede con frecuencia en zonas comerciales de Unare y el centro de San Félix.
García también alerta sobre una práctica cada vez más común: estacionarse sin señalización adecuada. “Detenerse sin luces intermitentes, triángulos de seguridad o advertencias visibles genera confusión, riesgo de colisiones por alcance y responsabilidad legal si ocurre un siniestro”, explica.
Casos visibles en Ciudad Guayana
La situación es fácilmente identificable en varios puntos del municipio Caroní. En la avenida Guayana, vía de entrada y salida del Aeropuerto Internacional Manuel Carlos Piar, conductores se estacionan en plena avenida para evitar el pago del estacionamiento formal.
Se trata de una vía rápida, donde además se circula a alta velocidad, y los vehículos detenidos obstruyen la visibilidad de quienes intentan incorporarse a la arteria principal.
Situaciones similares se repiten en la conocida “calle de los frenos”, en Unare II, donde vehículos estacionados a ambos lados reducen considerablemente el espacio para el tránsito regular.
En la carrera Roma de Jardín Levante—popular bajada de Bariloche—, una zona residencial que se transformó en corredor comercial informal, la ocupación de la vía principal por puestos de comida y vehículos estacionados genera congestión constante, especialmente en horas pico.
Entre las urbanizaciones Villa Brasil y Villa Antillana, en la calle Vía Brasil donde quedaba un antiguo supermercado—hoy cerrado—, conductores se estacionan en ambos lados de la vía principal para acceder a una oficina de encomiendas. Un transeúnte frecuente de la zona resume el sentir de muchos.
“Me da miedo pasar por aquí todos los días; siempre hay muchos carros y temo que ocurra un accidente”.
Prevención y corresponsabilidad
Expertos coinciden en que estacionarse indebidamente no es un problema menor ni aislado. Se trata de una conducta que compromete la seguridad colectiva y cuya prevención pasa por educación vial, respeto a la normativa y una planificación urbana coherente con el uso real de los espacios.
Recordar que la ley es de obligatorio cumplimiento, señalizar adecuadamente cualquier detención excepcional y optar por espacios autorizados para estacionar no solo evita sanciones, sino que puede marcar la diferencia entre un trayecto seguro y un hecho de tránsito con consecuencias irreversibles.
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