Denuncian vandalismo en Casa de la Cultura en Los Olivos

Un episodio de vandalismo en la madrugada de este jueves 14 de agosto, dejó sin corriente a las cercanías del auditorio Milagros Figueroa, de la Casa de la Cultura Hector Guillermo Villalobos, en Los Olivos.
Cuatro tomacorrientes y su cableado fueron extraídos de las paredes, dejando el suministro eléctrico afectado e interfiriendo con la continuidad de varias actividades.
El hallazgo fue realizado por el coordinador José Gimón y la trabajadora Vanessa Gimón, cuando se disponían a iniciar la jornada del plan vacacional infantil de manualidades y lecturas, a eso de las 08:30 de la mañana.
“Horas más tarde, vino un técnico y dijo: ‘No, estos (cables) lo cortaron desde abajo, no se llevaron nada’. Incluso el técnico nos dijo ‘Esto fue un saboteo. Es para que ustedes no lo usaran’. (Y) no es fácil la reconexión, porque las caretas de los tomacorrientes los tiraron al suelo y los estrujaron”, relata el coordinador.
Actividades extraordinarias se complican
Aunque la situación no perjudicó la continuación del plan vacacional o los talleres de dibujo, Gimón menciona que sí complica la tradicional actividad de baile para adultos mayores; por lo que tendrán que valerse de extensiones largas para conectar los equipos de sonido al Salón Grande de la institución.
“Por ejemplo, para las actividades extraordinarias, vamos a proyectar una película, con la ayuda del Ministerio de Cultura. Pero ahora no la podemos proyectar, sino que ahora tenemos que hacer unas derivaciones técnicas. Va a seguir las actividades, pero se hace más complicado”, cuenta.
Gimón adelanta que la institución mantiene entre sus planes la proyección de la película “Alí primera” y un homenaje al festival de Woodstock del 69’.
“Necesitamos más patrullaje policial”
No es la primera vez que las instalaciones sufren daños por actos vandálicos en lo que va de año. De hecho, Gimón señala que entre mayo y junio se robaron una puerta de metal, en el área de microteatro que están habilitando.
Cuenta, además, que por ser un espacio abierto, personas de la calle defecan y orinan en muchos de los espacios y pasillos de la institución.
“Mira, vamos a hacer un llamado también a las autoridades, para que hagan patrullaje. Vamos a llegar un momento que las personas (de la calle) que estén en la mañana sentadas ahí, habrá que revisarlas y decirle que no (pueden estar ahí)”, expresa el coordinador.
Sobre el mantenimiento de los espacios, Gimón menciona que aunque la institución está bajo la cobertura del Instituto de Patrimonio Cultural (IPC), desde el ente no se cuenta con el “presupuesto” para atender a todas las casas culturales del estado.