Claman por ayuda a hogar de tres personas con discapacidad en Bella Vista

La familia Guerra, habitantes de la calle Quereperepe de Bella Vista en San Felix, viven en condiciones de escasos recursos y tres de los cuatro integrantes están diagnosticados con enfermedades de esquizofrenia, síndrome de Down y ceguera, respectivamente.

Todos están a cargo de Sonia Camacho, una mujer de la tercera edad con 65 años aproximadamente, como único familiar en la región.

PRIMICIA conversó vía telefónica con Rosa Guerra, otra de las hermanas, quien reside en Valencia y desde la distancia, asegura que ha hecho todo lo posible por apoyar a sus allegados.

No obstante, la situación económica hace más cuesta arriba su movilización hasta Guayana.

Explica que sus hermanos requieren atención médica con urgencia, debido a que ninguno de los tres reciben tratamiento y la más afectada es Lidia por sus episodios violentos que mantiene en zozobra al resto de los integrantes en la casa, según las comunicaciones que sostiene Rosa con sus vecinos.

“La situación no es fácil, no sé a dónde recurrir para que le puedan hacer un seguimiento a mi familia y los ayuden”, expresa Guerra.

Por ello, desde Valencia deja a disposición su contacto 0412-345-2024 para aquellas organizaciones, fundaciones o instituciones que puedan brindar el apoyo a los suyos.

Respaldo de vecinos

PRIMICIA acudió a la calle Quereperepe el martes 19 de marzo y pudo constatar la precariedad en la que viven los Guerra.

Por su parte, los vecinos han tendido la mano a los Guerra con comida, donaciones de ropa y acuden al llamado de Sonia cuando sus tres hermanas se tornan agresivos, dice María Arzolay, una de la residente de la comunidad.

Cuenta al equipo reporteril que en el caso de Armando, ha perdido la visión de manera progresiva, pero años atrás, trabajó recolectando basura.

Los lugareños han intentado consultar con instituciones públicas, pero hasta ahora no ha sido posible, aunado a la falta del informe médico de cada uno.

“Nos dicen que no pueden ser admitidos en algún lugar sin un informe médico”, acota Arzolay.

Así como Rosa, Arzolay también extiende el llamado a las instituciones o entes correspondientes para la evaluación de estas tres personas con discapacidad y la intervención de Lidia en un centro psiquiátrico, al ser la más agresiva.

“Ella sale a la calle y de repente empieza a lanzar cosas hacia los patios de las casas y piedras”, expone Arzolay, aunque aclara que nadie hasta ahora ha salido lesionado.

El último episodio crítico que registran en la calle Quereperepe fue hace una semana, en el que Lidia salió con un cuchillo en la mano, a pesar que los vecinos pudieron controlar la situación, Sonia, su cuidadora, manifestó una “crisis de nervios”, relata Arzolay.

Desde hace 10 años aproximadamente los residentes cercanos a la casa 42-84, luchan por controlar estas crisis que se ha agudizado con el tiempo.

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