Carreteras erosionadas en San Jacinto I dificultan movilización vehicular

“En pésimas condiciones”, así describen los habitantes la vialidad hacia el asentamiento campesino San Jacinto I, perteneciente a la parroquia Unare de Puerto Ordaz.

Entrar a esta zona rural, ubicada a pocos metros después del peaje de la ciudad, significa un viaje de seis kilómetros aproximadamente por carretera de tierra, desde la autopista Puerto Ordaz-Ciudad Bolívar, a la altura del Km 65.

Zonas como San Jacinto III, Los Brincos y Chirere también están en las mismas circunstancias.

En entrevista a PRIMICIA, Lenin Campos, habitante del sector, lamenta que por el estado de la vialidad no tengan acceso al transporte público, pues explica que debido a la erosión del suelo, el paso es casi intransitable.

La situación dificulta tanto la movilización de los lugareños, como el traslado de los camiones cargados con productos del campo, mismos que distribuyen hacia los mercados de la ciudad, además del pescado de río.

Según Campos, la última vez que las autoridades gubernamentales realizaron mantenimiento en la vía fue hace ocho años, del resto son los propios habitantes quienes han hecho algunos rellenos para estabilizar el tramo.

Caminan hasta la autopista

Los residentes deben caminar todo el trayecto, desde sus hogares hasta llegar a la autopista,  allí deben esperar una cola que los lleve hasta la ciudad, es decir, que desde Chirere tienen que recorrer 5.4 kilómetros, desde Los Brincos 4 km y los de San Jacinto III,  unos seis kilómetros.

A juicio de Campos, de recibir jornadas de asfaltado, mejoraría el ingreso de las unidades de transporte y aliviaría la movilización de las familias, tal como ocurre en La Ceiba, a pesar que esta última comunidad solo cuenta con la avenida principal asfaltada.

Trabajos

El 20 de febrero la Alcaldía de Caroní informó en una nota de prensa que continúa con el plan integral de rehabilitación y mantenimiento de las principales vías del municipio, junto a la Gobernación del estado Bolívar y aporte de la operadora estatal Asfaltos Bolívar.

Hasta esa fecha, indicaron que en lo que va de año han abordado “35.516 metros cuadrados de vías, en el que se vaciaron 1.867 toneladas métricas”. Una acción que los residentes de asentamientos campesinos esperan que se extienda hacia sus comunidades.

Servicios deficientes

La vialidad no es el único dolor de cabeza para los guayaneses de esta zona. El servicio de agua potable está limitado a un pozo comunal, pero no cuentan con mangueras para suministrar hacia las viviendas, por lo tanto,  las personas deben acudir con tobos o envases plásticos para abastecerse.

El mismo escenario se repite en La Ceiba, cada viaje para cargar agua cuesta alrededor de  30 bolívares y otros llenan los tanques por 5 y 8 dólares.

Los apagones son el pan de cada día, dice Campos que los cortes de luz se pueden extender hasta por cinco y seis horas diarias.

Quemas controladas en San Jacinto

Por la ola de calor presente en la región, Campos confiesa que las quemas controladas en la zona rural han disminuido considerablemente.

Agrega que de realizar esta práctica, que permite la preparación del terreno para el ciclo de invierno, tienen el cuidado de llevarlas a cabo con guardarrayas, estas son franjas desprovistas de vegetación que interrumpen o previenen la propagación del fuego.

Otros optan por evitar los incendios y utilizar tractores para la limpieza.

Acota con preocupación que por el tiempo de sequía, toda la maleza desde la salida del peaje hasta el kilómetro 68 se ha quemado, incluso los lugareños han tenido que apagar algunos incendios forestales para evitar mayores daños.

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