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¡Tócate! Juntas seguimos luchando

Mujeres ofrecen sus testimonios para motivar la prevención.
domingo, 20 octubre 2019
Archivo PRIMICIA | La Organización Mundial de la Salud decretó el 19 de octubre como el Día Internacional de la Lucha Contra el Cáncer de Mama.

Alrededor de cien mil mujeres fallecen cada año a causa de cáncer de mama, sin embargo gracias a un diagnóstico temprano, diariamente hay pacientes que siguen luchando para vencer a la enfermedad, para convertirse posteriormente en sobrevivientes de cáncer.

Estas mujeres sobreviven no solo a la patología sino a ellas mismas, tal como lo cuentan las testigos, la libertad de cáncer en el cuerpo se convierte en una segunda oportunidad para volver a vivir.

Maritza Moreno, de 54 años, paciente oncológica diagnosticada en 2016, afirmó que al conocer el resultado de su evaluación el miedo invadió su cuerpo y no sabía cómo reaccionar ante la situación.

“¡Voy a morir! Fue lo primero que se me pasó por la cabeza; sientes cómo todo tu mundo se desvanece y nada parece tener sentido” contó Moreno.

Sin embargo, mientras iban pasando los meses su posición cambió y pudo “adaptarse” a la situación, “esto es solo una condición”, aseguró Moreno.

Los procedimientos son diferentes para cada paciente, en ocasiones duran más de dos años, otros solo meses, dependiendo del estado del individuo.

“Yo pensé que esto duraría solo un año, el tiempo cada vez pasaba más lento y yo me estaba desesperando”, aseveró Moreno.

Victoria Pérez, también paciente oncológica, fue diagnosticada en 2012 cuando tenía 72 años, explicó que lo más difícil para ella fue notificarlo a su familia.

No obstante, aseveró que haber asistido al médico a tiempo y detectar el bulto en el seno, fue una ventaja que le permitió vencer el cáncer.

“Al inicio todo parece mentira, pero yo lo tomé como si nada, solo dependía de mí seguir adelante. Después me fui adaptando, entendiendo cuál era el procedimiento que debía seguir”, relató Pérez.

Explicó que las rutinas cambian drásticamente y que se debe llevar un control de la vida en todo momento. Hay que realizarse más exámenes, visitar frecuentemente al médico y tener una vida vigilada.

A sus 30 años, en 2016, Angélica Márquez asistió al médico por ardor en la mama izquierda. Luego de realizarse la biopsia, el médico diagnosticó que tenía cáncer de seno. Apenas habían transcurrido dos meses desde que dio a luz a su segundo hijo.

“Fueron días duros, llenos de tristeza, pero me llené de fuerzas por mis dos hijos”, sostuvo.
Rosa Martínez, de 35 años, fue diagnosticada en 2014. Acudió al médico por dolor de ambas mamas, se sentía incómoda y adolorida al colocarse la ropa y al momento de bañarse.

“Estos primeros síntomas siempre asustan, lo primero que piensas es ‘tengo cáncer’ y luego de ir al médico, mi pensamiento se hizo realidad”, dijo.

En el caso de Rosa, no tenía familiares en la zona por lo que se sentía sola, pero no quería preocupar a sus parientes que se encontraban fuera del país.

“Confié plenamente en mí, tenía que lograrlo, yo podía”, afirmó la paciente.

La primera declaración de cáncer en el cuerpo humano, es un golpe que ataca a cada individuo, en este caso, a cada mujer; pero su convicción de luchar contra la enfermedad les permite unir todos sus esfuerzos para ser sobrevivientes.

Segunda oportunidad

En algunos casos, dependiendo del avance de la enfermedad, las primeras indicaciones de los especialistas refieren la intervención del paciente para retirar la mama; en otros, deben realizarse tratamientos previos para poder operar.

Victoria Pérez se sometió a tres quimioterapias antes de su cirugía, las sesiones se realizaban semanalmente.

El 13 de junio de 2013, el día del cumpleaños de su hija, operaron a Victoria para la extracción completa de su mama izquierda, en conjunto con ganglios que se encontraban alojados en el área de la axila.

El 12 de mayo de 2017, Angélica también fue intervenida para el mismo procedimiento, el cual le garantizaría la extracción en su totalidad del tumor maligno en su cuerpo.

Luego de concluir la etapa de la operación, seguían ciclos de quimio y radioterapia, para las pacientes.

Tanto Victoria, como Angélica, Maritza y Rosa, explicaron que una de las etapas difíciles de asimilar era la caída del cabello, porque sentían que estaban perdiendo parte de su identidad, más allá de la extracción de su mama.

Fanny Pérez también pasó por el mismo procedimiento. Cuando comenzó a recibir los ciclos de quimioterapia veía cómo su cabello se iba desprendiendo con mayor frecuencia, por lo que un día duró peinándolo frente al espejo durante tres horas y luego de eso decidió cortarlo.

Fanny no le ganó la lucha a la enfermedad.

A Maritza el cabello fue lo que más le afectó, “me veía diferente en el espejo, era algo mío que estaba perdiendo”.

Estas guerreras, comenzaron a tener un nuevo look utilizando turbantes, gorros y pañuelos que complementaban sus atuendos.

“Me comencé a ver más linda, no sentía lástima por mí, me gustaba lo que veía, porque la felicidad no se basaba en la cantidad de cabello o el tamaño de mi senos, sino que venía propiamente de mí”, comentó muy orgullosa Rosa.

Tratamiento

Los ciclos de quimioterapia y radioterapia son diferentes para cada quien.

Angélica recibió seis sesiones de quimio cada 21 días, los cuales fueron previos a su operación.

Luego de las quimio y la operación correspondiente, las pacientes se deben someter a radioterapias.

Victoria tuvo pautada 23 sesiones de radio que se realizaron diariamente. “Esta fue una etapa muy difícil, estaba decaída, no tenía fuerzas ni apetito”, recordó.

Las citas de Rosa eran semanalmente y tuvo estipulado un ciclo de seis radios, paralelas a las quimioterapias.

“Yo no aguantaba más, eran muchas cosas atacando mi cuerpo, pero muy dentro de mí, sabía que era necesario y muy fortaleciendo desde adentro”, prosiguió Rosa.

No solo las distintas sesiones de quimio y radioterapia eran rutinarias dentro del tratamiento de las pacientes, sino la continuidad y control de los exámenes de sangre que permitirían llevar la variación de los niveles.

Maritza se debía realizar exámenes de laboratorio cinco días antes y cinco días después de los ciclos. “Todo era muy costoso, hasta los exámenes, pero siempre pudimos resolver”, confesó.

“Libertad”

“Eres libre de cáncer” es la noticia que llena de gozo el cuerpo.

Maritza declaró que su “condición” tuvo fin en el 2018.

“Dos años después de recibir la noticia y logré sentirme libre”, narró.

Victoria explicó que sus médicos no han declarado la noticia, pero los últimos años siente mejorías en su cuerpo.

“Yo me siento muy bien”, afirmó. Sin embargo, cada tres meses acude a su médico para seguir en control, aunque no ha podido asistir desde hace un año, por problemas económicos.

Angélica aún sigue en tratamiento, acude a consulta cada 21 días y le suministran vacunas durante un año. Su cabello ha crecido rápidamente y se siente feliz por la evolución de su cuerpo.

Como ellas hay gran cantidad de mujeres que se han enfrentado a una lucha por la vida. “Aunque sientan que van a decaer, confíen en ustedes y sigan adelante”, expresó Angélica.

Maritza dijo que “el cáncer me ayudó a ser mejor persona, me permitió ayudar a otras personas, mi testimonio es mi granito de arena”.

“Confíen en Dios y en sus médicos, confíen mucho”, resaltó Victoria.

Por su parte, Rosa expresó que las historias motivan y crean conciencia. “Porque juntas seguimos luchando, hoy más que nunca tenemos que unirnos y hacer saber que sí podemos vencer el cáncer”.

 

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