Solicitan plan de zonas de riesgo en Guayana
Especialistas hicieron un llamado a crear un plan o zonificación de riesgo en Ciudad Guayana ante el aumento de cárcavas en la localidad.
“Las cárcavas se forman por la actuación de las aguas escorrentías, generalmente sobre sedimento no consolidado”, explicó el geólogo Gustavo Veita a PRIMICIA.
Veita añadió que los procesos de acarcavamiento suceden con más fuerza en zonas desérticas, por la ausencia de vegetación.
“Cuando ocurren las precipitaciones, que ocurren muy distanciadas en el tiempo, el agua trabaja con mucha eficiencia porque no hay cobertura ni nada que la detenga”, afirmó.
El geólogo acotó que las cárcavas también pueden formarse por aguas que no son naturales, procedentes de una tubería de agua o un acueducto que no está funcionando bien sobre sedimento no consolidado.
Caso Guayana
El especialista indicó que en el caso de Ciudad Guayana, la localidad está asentada sobre sedimento no consolidado de la Formación Mesa, en el zócalo de Guayana.
“La cobertura del suelo es sedimentaria, son muy recientes, poco consolidados y las aguas escorrentías activa todos esos procesos morfológicos y la formación de cárcavas”, agregó.
Resaltó que la microcuenca donde se forman las cárcavas, principalmente, tiene características torrenciales, es decir, que tienen una cuenca de recesión en la parte alta, un canal de desagüe y al final un abanico aluvial donde se acumulan los sedimentos.
Veita señaló que las microcuencas pueden ser producto de obras de ingeniería colapsadas, por las que se filtra el agua; además de ausencia en el análisis de obras civiles de contención.
“Se están ocupando esos espacios que deberían ser de protección, se han ocupado con viviendas, generalmente sin ningún tipo de planificación ni las obras adecuadas para el control de la erosión y el drenaje”, añadió.
Sobre la contabilización de zonas de cárcavas, aseguró que no es posible ya que no son fenómenos aislados sino coalescentes que se juntan y forman una gran zona de erosión.
“Decir que en Guayana hay 15, 20 o 30 cárcavas es bastante difícil porque para contabilizarlas. Cada año hay una variación producto de las lluvias y de la geología, los suelos, que hacen que las cárcavas vayan incrementándose”, dijo.
Veita mencionó las microcuencas adyacente al Campo C de la Ferrominera, la cual aún es zona de protección; también la de los sectores de Toro Muerto, Los Alacranes y cercano al hospital Uyapar, en Puerto Ordaz.
“Hay una zona en la ciudad con una zona erosional importante de condiciones naturales por el producto del colapso de obras de infraestructura de canalización de agua o tuberías de acueductos”, agregó.
Prácticas forestales
El especialista recomendó tratar de no ocupar las zonas con problemas de erosión o aplicar prácticas forestales que puedan resolver problemas que ya hayan iniciado, acompañado por obras como drenajes tipo corona, torrenteras, disipadoras de energía y canalizaciones.
“Hay tantas cosas que se pueden hacer en labores de ingeniería tanto a nivel forestal como a nivel civil pero hay momentos en que las cárcavas se hacen tan complejas que es muy difícil repararlas con obras de ingeniería sencillas”, acotó.
Sobre otro tipo de soluciones de ingeniería comentó la inyección de concreto, pero resaltó la prevención y el trabajo previo en las zonas antes de ocuparlas o convertirlas en áreas de protección, trabajándolas con obras forestales como una opción económica y fácil.
Veita reveló que en Guayana se han hecho muchos estudios relacionados con las cárcavas y las zonas de protección, pero en los últimos 15 años las áreas se han ido ocupando.
Comentó que los planes generalmente se han hecho después de ocurrido el evento y no como medida de prevención. “Se han hecho algunos trabajos pero ya de corrección de obras, sin embargo, requieren un plan integral”, indicó.
El geólogo recordó que hace más de 20 años se creó la Comisión de Riesgos Ambientales, después de la tragedia de Vargas, no obstante, se fueron retirando las instituciones y el grupo “quedó en el limbo”.
Acotó que Ciudad Guayana requiere una zonificación de riesgo para iniciar con el plan de convertir áreas en zonas de protección y crear ordenanzas sobre el tema.
“Eso se ha hecho en los planes pero los urbanísticos no han sido aprobados y han quedado allí. Requerimos en la ciudad una actualización de zonas de riesgo, crear una ordenanza de eso y los planos, saber hasta dónde podemos construir, ocupar y de qué manera”, afirmó.
El especialista aclaró que no es que las zonas de riesgo no se puedan utilizar, pero resaltó que las partes residenciales es dónde está el problema, por lo cual destaca la necesidad de crear un mapa de riesgo y una agenda de planificación.
Sin inventario
Simón Yegres, integrante de la Comisión de Aguas y Ambiente del Colegio de Ingenieros seccional Guayana, apuntó que la formación de cárcavas tiene que ver con dos elementos: factores naturales y de tipo inducidos.
Los naturales están relacionados con la composición geológica de los suelos, coincidiendo con Veita de que Ciudad Guayana está en la Formación Mesa, que son sedimentos posteriores a la formación del macizo guayanés.
En el aspecto natural también está el efecto del clima, las lluvias constantes, el aire y la sequedad del terreno.
Mientras que, los de tipo inducido por el efecto del ser humano, de la deforestación de los terrenos que debilita los suelos por la remoción de la capa vegetal que sirve de protección, según Yegres.
“Construcciones en terrenos que no están adecuados, que tiene fragilidad, la tendencia a ceder ante esos pesos, esa acción, esos son los elementos fundamentales que llevan a de repente incidir en la formación de estas cárcavas”, agregó.
Yegres señaló que ningún organismo ha hecho un inventario de cuántas cárcavas hay en la ciudad. “Ninguno de ellos que les corresponde hacer, que tiene los recursos para hacerlo, lo han hecho”, dijo.
Declaró que el último inventario fue llevado a cabo por Protección Civil y el Cuerpo de Bomberos del municipio Caroní en 2014, cuando se contabilizaron 64 cárcavas, de las cuales cinco estaban activas. “Cinco que así no lloviera con ir pasando el tiempo seguían siempre creciendo. Las otras dependían de la acción que se hiciera sobre ellas”, relató.
El ingeniero expresó que a través de organizaciones no gubernamentales se han contabilizado más de 70 cárcavas.
“El número más aproximado de cárcavas que hay en Ciudad Guayana en este momento es de 80. Eso es un número verdaderamente impresionante para una ciudad, eso debe llamar la atención, debería ser un escándalo inclusive en términos de seguridad y riesgo para la vida”, señaló.
Sin planes
Yegres admitió no conocer hasta ahora ningún plan para atender las cárcavas, sin embargo, confesó que se han hecho intervenciones puntuales en el sector Los Alacranes y en la zona conocida como “el Cañón del Diablo” en San Félix.
“La cárcava que realmente se intervino más seriamente, con mayor tecnología, fue cercana al Hospital Uyapar, en Alta Vista”, relató Yegres, quien recordó las atenciones a las cárcavas de la vía Colombia y cercana al Hospital de Ferrominera.
Se refirió a dichas intervenciones como pocas y que no forman parte de un plan o algo más completo.
Informó que desde el Colegio de Ingenieros tienen una posición como asesores del Estado y guardianes del interés público por imposición de la Ley del Ejercicio de la Ingeniería, sin embargo, no han sido invitados o llamados para intervenir en el tema.
“Desde el punto de vista técnico, cada cárcava es un caso, y no necesariamente lo que se le haga, se intervenga en una es similar a la otra, tanto en los materiales a utilizar o la decisión que se tome sobre rellenar, hacer embaulamiento o tipo escalera”, explicó.
Afirmó que si son 80 cárcavas, son 80 proyectos, y que la gran propuesta desde el Colegio de Ingenieros seccional Ciudad Guayana es la creación de un ente solo para atender las cárcavas y zonas de riesgo de la localidad.
Como segunda propuesta, apuntó la construcción de un presupuesto coordinado entre los recursos de la Alcaldía, la Gobernación del estado Bolívar, la Corporación Venezolana de Guayana y el Ministerio de Ambiente.
“Estamos hablando de muchísimo dinero para poder atender casi 80 cárcavas, eso se tragaría no solamente las casas, sino los recursos, los presupuestos de una institución, si alguna pretende resolver ese problema”, declaró.
Resaltó la importancia de la atención a la geología de Ciudad Guayana. “No somos estables en el suelo, somos vulnerables. Es una realidad y tenemos que atenderla, los estudios de suelo, impacto de construcciones. Tiene que ser normado de manera distinta”, cerró.
Perfil geológico
Simón Yegres, integrante de la Comisión de Aguas y Ambiente del Colegio de Ingenieros seccional Ciudad Guayana, recomendó que el plan de atención a las zonas de riesgo debe partir de un perfil geológico de la localidad, ya que hay cárcavas en casi todas las parroquias. “Un estudio que lleve a modificar ordenanzas de zonificación, variables de intensidad del uso, edificaciones y construcciones, requisitos más exigentes, esa realidad que nos llama la atención en este tiempo”, señaló.
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