Especiales

Sector construcción en Bolívar decae 98%

Para un arranque inicial, el sector requiere de una inversión alrededor de los 90 mil millones de dólares.
martes, 30 abril 2019
Jesús Abinazar | Obras públicas, privadas, residenciales y comerciales

Oscar Gómez, presidente de la Cámara de la Construcción del estado Bolívar, hace un análisis nada alentador del sector. Asegura que desde hace aproximadamente 10 años, el deterioro ha sido rápido e inminente y que en los últimos dos, la hiperinflación galopante, así como la escasez de la materia prima, han ocasionado -específicamente en 2018- un descenso de 95% en la producción.

Según el representante del gremio, en lo que va de 2019 ya se alcanza 98% de depresión económica.
Ante estas cifras, dice que el pronóstico apunta a que antes de finalizar este año, podría generarse una parálisis y cierre total de las empresas del sector, a menos que ocurran cambios de forma y fondo en materia económica.

Salarios insuficientes y ajustes en tabuladores
El análisis en la región también pasa por evaluar las condiciones laborales de los trabajadores del sector, sobre todo cuando hace solo pocos meses el Ejecutivo nacional y organizaciones gremiales oficialistas anunciaron un incremento del 500% en sus salarios y tabuladores.
Para Gómez “ningún aumento será suficiente ante los porcentajes de hiperinflación existentes en el país. Este último aumento se devaluó en la primera semana posterior a su anuncio”.

Por otra parte, explicó que el acostumbrado incremento a propósito del 1 de Mayo, Día del Trabajador, tiene incidencia en el sector construcción, pues de quedar mayor o igual que el monto establecido en el tabulador del salario de un trabajador con el cargo de Obrero de Primera, debe activarse una comisión de advenimiento, conformada por la Cámara Venezolana de la Construcción y los sindicatos y federaciones, para establecer un nuevo porcentaje de aumento desde el tabulador, según está establecido en un parágrafo único de la convención colectiva vigente.

Esta comisión de advenimiento hace un análisis de la realidad económica actual, estableciendo las aspiraciones salariales del sector, con el ánimo de favorecer a los empleados en cuanto a sueldo y beneficios.

“Actualmente un Obrero de Primera, como referencia, gana aproximadamente 30 mil semanal, sin duda bajo para el alto costo de la vida. En su momento, el aumento de 500% fue considerable, pero ya lo consumió la inflación”.

Consumidor final asume costos
Ante los incrementos constantes del salario mínimo que tienen incidencia sobre el sueldo y tabulador del sector laboral de la construcción, Gómez indicó que es finalmente el consumidor final quien termina asumiendo las consecuencias.

“Se trabaja de acuerdo a una estructura de costos, directos e indirectos, en cuanto a todo lo relacionado con materiales, equipos y mano de obra, así como el porcentaje de utilidad y administración, de tal manera que cuando se produce un incremento, este se refleja en este análisis y el consumidor final lleva la peor parte y es quien realmente se ve afectado. Tomando en cuenta que el sector público es mayor constructor sobre el privado, se toman las previsiones en cuanto a los incrementos salariales, ajustando la estructura”.

Escasez de materia prima

El presidente de la Cámara de la Construcción analizó los últimos 10 años del sector, tanto en la región como en el país.

Según el historial “ha ido en franco deterioro, pero la debacle en los últimos dos años ha sido sin precedentes, sobre todo en cuanto a la escasez de la materia prima.

Nosotros dependemos de la producción de acero, cabillas para la construcción de los refuerzos, así como láminas y cemento para el vaciado de techos y vigas, por lo que la disminución de la producción de estos rubros ha generado escasez que afecta directamente al sector”.

Como referencia, Gómez indicó que Sidor, por ejemplo, principal proveedor de acero, redujo su producción de 4 millones 300 mil toneladas, a solo 100 mil, durante 2018.

Situación similar ha ocurrido en las cementeras, que fueron expropiadas en su mayoría y que actualmente su producción alcanza solo 15% aproximadamente.

Para Gómez, “el problema de la escasez es muy grave, pues considera que es una de las principales causas que han originado la disminución en la actividad del sector de 95% el año pasado, a 98% en lo que va de año, por lo que pronosticamos una parálisis total de las empresas constructoras de la región y el país, sobre todo de aquellas capaces de generar grandes infraestructuras”.

Recordó la situación de una de sus empresas afiliadas al gremio en la región, con capacidad instalada para la fabricación de estructuras metálicas de envergadura, como kit de vivienda.

“Esta empresa proveía de estas piezas a la Gran Misión Vivienda Venezuela, generando además empleos directos e indirectos. En lo que va de año, esta empresa no ha vendido un solo kit en toda la región, viéndose obligados a ofrecer sus productos fuera del país para poder mantenerse activos comercial y económicamente. En el municipio Caroní, Heres y Piar hay un cementerio de losas, estructuras de diferentes niveles de alcance en las obras que están abandonadas. Este material está perdido, pues los refuerzos, tuberías, redes de agua blancas y servidas, empotrados, quedaron expuestos a la intemperie. Lo mismo está ocurriendo en estructuras verticales, como edificios”.

Necesidades en materia habitacional
Actualmente, el requerimiento en materia de soluciones habitacionales asciende a 3 millones de viviendas en el país y 150 mil en el estado Bolívar, en respuesta a lo que se conoce como el crecimiento vegetativo de la sociedad.

“Todos los días nacen niños, la gente se casa y surgen nuevos hogares, con necesidades habitacionales y no hay capacidad de respuesta en el sector”.
Para ello, la Cámara Venezolana de la Construcción y la organización gremial del estado Bolívar llevó a cabo una evaluación y censo en el sector, estableciendo el número de terrenos urbanizados y no urbanizados, así como un estudio que arrojó la cantidad de maquinarias pesadas operativas e inoperativas, con posibilidades de recuperación y objeto de mantenimiento, con la meta de determinar si se cuenta o no con las herramientas necesarias que permitan dar respuesta ante la necesidad de construir 250 mil viviendas anuales.

“El informe definitivo concluyó, entre otros resultados, que existen un gran número de maquinarias pesadas de vieja data, que requieren de mantenimiento y de ser repotenciadas; sin embargo, los costos que implica no hacen rentable esta medida, por lo que la decisión correcta sería adquirir nuevas. Se hace necesario que el ejecutivo nacional brinde alternativas y opciones en materia crediticia, en cumplimiento de la obligación que tiene la banca pública y privada de disponer de un porcentaje del capital para ser destinado a tales fines, pero para eso también hace falta que las entidades bancarias actualicen estos montos”.

Según el dirigente gremial, es necesario que el Ejecutivo nacional establezca estrategias que respalden financieramente a las empresas que aún apuestan por el país, tanto en inversión nacional como extranjera, brindándoles las condiciones adecuadas en medio de los riesgos que implica invertir con la situación política, jurídica y económica actual y facilitando los mecanismos que les permitan, entre otras acciones, la repatriación del capital.

Nuevas inversiones
Oscar Gómez, presidente de la Cámara de la Construcción, también indicó que actualmente las entidades bancarias no están en capacidad de ofrecer créditos que permitan la reactivación sustancial del sector, por lo que se hace necesario abrir opciones de inversión extranjera.

El estudio realizado determinó que se requieren de unos 90 mil millones de dólares para el arranque inicial del sector construcción, inversión que pudiera convertirse en 200 mil millones para su reinversión.

“Antes éramos el país número uno de Sudamérica con la mayor infraestructura en este sector. Hoy somos el penúltimo, solo superados por Haití. No hay capacidad de mantenimiento, no hay proyectos ni construcciones nuevas. Ya los venezolanos y los bolivarenses olvidamos cuándo fue inaugurada una obra”.

Gómez hizo un recorrido por la ciudad destacando las obras que actualmente están paralizadas, refiriéndose “al ecocidio cometido en el Parque La Fundación”, donde desmalezaron sin control para construir un hospital que no existe; el III Puente sobre el río Orinoco, de la mano de la empresa Odebrecht, cuyas obras inconclusas alcanzan los 40 mil millones de dólares; la represa de Tocoma; la ampliación de la Planta de Pellas; la Siderúrgica Nacional, que estaría ubicada al oeste del estado y todas las obras de mayor o menor envergadura que están paralizadas en las empresas básicas de Guayana.

En el sector privado, cientos de viviendas de la Gran Misión Vivienda Venezuela, unifamiliares y multifamiliares y proyectos como Las Azaleas, el Centro Comercial Olé, el hotel en Los Saltos, entre otras estructuras que hoy son “fantasmas” de concreto.

 

 

 

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