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Remesas familiares son sinónimo de responsabilidad y tranquilidad

Cada 16 de junio se conmemora el Día Internacional de las Remesas Familiares, proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
miércoles, 16 junio 2021
Cortesía | Muchos confiesan que han tenido que aumentar la cantidad que mandan

Para los venezolanos que están fuera del país, enviar remesas a sus familiares significa responsabilidad y tranquilidad mientras ayudan a sus seres queridos.

El Día Internacional de las Remesas Familiares se celebra cada 16 de junio y fue proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en este día se conmemora por más de 200 millones de migrantes que envían dinero a más de 800 millones de familiares en sus países de origen.

“Con este día, las Naciones Unidas quieren lograr una mayor conciencia sobre el impacto que estas contribuciones tienen en millones de hogares, en sus comunidades, países y regiones”, destaca la ONU en su portal web.

De acuerdo con la institución, el flujo de remesas se ha quintuplicado en los últimos 20 años, contribuyendo a contrarrestar las recesiones económicas en los países que reciben la ayuda.

Sin embargo, señalaron que durante la pandemia de covid-19 se ha registrado una disminución en las remesas en 1,6 %, según un informe del Banco Mundial, publicado en mayo de 2021.

“Todo por ellos”

La mayoría de los venezolanos que están fuera del país envían remesas a través de “casas de cambio” creadas por particulares, que transfieren al cambio en bolívares a las cuentas de los familiares dentro del país.

Mayrene Moreno tiene tres años que se fue de Venezuela y poco a poco ha tenido que aumentar la frecuencia con la que envía dinero. “Intento que sea una vez al mes, pero últimamente tengo que hacerlo cada 15 días, porque lo que le mando cada vez alcanza menos”, relató.

Para Moreno, enviar remesas representa un alivio, declaró que su mamá vive prácticamente del dinero que ella le envía. “Me da un poco de tranquilidad saber que lo poco o mucho que envíe le alivia las cargas allá (en Venezuela). Es mi esfuerzo pero todo por ellos, para eso me vine”, expresó.

José Rodríguez, cuyo nombre fue cambiado por seguridad, contó que se fue de Venezuela en 2014. Su mamá ahora vive con él en el extranjero, como una medida más económica ante la situación del país. Actualmente en Venezuela solo tiene una hermana, quien es peluquera y madre de tres hijos.

“Mi hermana realmente vive de eso (las remesas) porque el sueldo no le alcanza. Es madre soltera y es gracias a los que le enviamos los hermanos que logra paliar la situación”, reveló.

Rodríguez comentó que enviar las remesas ha tenido un gran cambio con el pasar de los años. “Recuerdo las primeras remesas eran de 20 dólares para mi hermana y 30 para mi mamá. A veces en un mes hasta 300 dólares enviaba entre medicinas y comida”, apuntó.

El ciudadano señaló que son cuatro hermanos los que están fuera del país, quienes ayudan a la única que queda por ahora en Venezuela. Acotó que a su hermana le envían cada uno entre 40 o 50 dólares al mes, lo que sería de 160 a 200 dólares dependiendo del mes y de cómo estén económicamente sus hermanos.

“Enviar la remesa en pocas palabras es poder dormir tranquilo sabiendo que si bien no es la solución, de algo ayuda a que mis familiares puedan solventar un poco la situación”, expresó.

“No puede faltar”

Lorena Arellano tiene casi siete años fuera de Venezuela. Cada dos semanas envía remesas a su familia o cada semana si se presenta alguna situación imprevista.

Afirmó que sus padres tienen otros ingresos y lo que ella envía “es para completar y comprar un poco más de lo básico”. Acotó que aunque estuviera viviendo con sus padres en Venezuela también les daría dinero como apoyo, aunque no fuese algo constante.

“En estos momentos si es algo necesario y constante, pienso que no puede faltar. La mayoría de las veces ellos están esperando ese dinero para poder medio comprar comida”, añadió.

En septiembre de 2018, Angelly Palma viajó de Venezuela a Argentina, donde vive junto a sus tíos. Explicó que su papá es abogado y su mamá es ama de casa, ambos son pensionados, y viven de lo que reciben por remesas. “Sin las remesas familiares prácticamente se murieran de hambre”, lamentó.

Su tío envía dinero semanalmente y ella lo hace cada quince días o una vez al mes porque percibe menos ingresos. Palma aseguró que el enviar remesas significa una responsabilidad muy grande, que a la vez le da sentimiento y una impotencia el que tengan que depender de las remesas ante la difícil situación económica del país.

“No voy a decir que son un peso porque no son una carga para mí, pero si tengo la responsabilidad de mantenerme con trabajo porque si nosotros no trabajamos, aparte de no comer acá, no come nuestra familia en Venezuela”, aseguró.

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