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Pintar en diciembre: tradición que resiste a la crisis

Pese a las limitaciones económicas, pintar la casa en diciembre sigue siendo, para muchos venezolanos, una forma de preservar la identidad cultural.
sábado, 20 diciembre 2025
Cortesía | Galones de pintura van desde los 28 dólares

Renovación, esperanza y esfuerzo económico marcan uno de los rituales más arraigados de la Navidad venezolana.

En Venezuela, diciembre no solo huele a hallaca y suena a gaitas. También huele a pintura fresca.

Pintar la casa para recibir la Navidad y el Año Nuevo es una costumbre profundamente arraigada en la cultura venezolana, un ritual que combina historia, simbolismo y unión familiar, y que hoy persiste como un acto de resistencia cultural frente a las dificultades económicas del país.

 

Origen histórico de una costumbre

 

La tradición de arreglar y embellecer el hogar a finales de año tiene raíces europeas, donde la limpieza profunda y la renovación del espacio doméstico marcaban el cierre de un ciclo y el inicio de otro.

En Venezuela, esta práctica se afianzó durante el gobierno de Antonio Guzmán Blanco, cuando se promovió oficialmente la idea de recibir el Año Nuevo con la casa limpia, ordenada y en buen estado.

Registros históricos señalan que, incluso desde la Gaceta Oficial, se incentivó esta conducta como parte de un proyecto modernizador del país.

Con el paso del tiempo, la costumbre trascendió decretos y gobiernos, expandiéndose durante el siglo XX hasta convertirse en un ritual anual asumido por las familias venezolanas como parte esencial de la celebración decembrina.

 

Más que pintura: un significado cultural

 

Pintar la casa en diciembre va mucho más allá de lo estético. Para muchas familias representa un acto simbólico de renovación y esperanza: dejar atrás lo viejo, lo desgastado, y abrir espacio a nuevas oportunidades, propósitos y energías positivas para el año que comienza.

También se le atribuye un sentido de purificación espiritual. Así como se limpian las paredes, se busca limpiar el ambiente del hogar, agradecer por lo vivido y prepararse emocionalmente para lo que vendrá.

En muchos hogares, este proceso se convierte además en una actividad de unión familiar, donde padres, hijos y vecinos colaboran entre risas, música navideña y gaitas que acompañan las jornadas de brocha y rodillo.

 

Tradición en tiempos de crisis

 

Sin embargo, mantener esta costumbre se ha vuelto cada vez más cuesta arriba. La prolongada crisis económica ha reducido significativamente el poder adquisitivo de los venezolanos, obligando a muchas familias a priorizar gastos básicos como alimentación y salud.

Aun así, pintar la casa sigue siendo vista como una alternativa más accesible frente a una remodelación total o parcial del hogar.

Una mano de pintura permite renovar fachadas e interiores con una inversión relativamente menor, preservando la esencia del ritual navideño.

En redes sociales, especialmente en Instagram, es común observar desde finales de noviembre una avalancha de promociones de tiendas de pinturas y ferreterías.

Muchas de estas ofertas se activan incluso desde la temporada de Black Friday, cuando los compradores buscan adelantar gastos y aprovechar descuentos.

 

Precios que marcan decisiones

 

En una tienda de pinturas de San Félix, municipio Caroní del estado Bolívar, los precios aproximados durante la temporada decembrina evidencian el esfuerzo económico que realizan las familias para mantener la tradición de pintar sus hogares, con costos que van desde 28 a 30 dólares por galón de pintura clase B y A, respectivamente, cuñetes tipo C en 40 dólares y clase A en 110 dólares, mientras que productos más especializados como el esmalte metalizado oscilan entre 70 y 110 dólares.

A ello se suman insumos básicos como barniz en 14 dólares, brochas entre 4 y 6 dólares según el tamaño, y elementos decorativos como anuncios luminosos que alcanzan los 35 dólares.

En tiendas que comercializan a través de Instagram, como se observa en diversas publicaciones recientes, los precios varían según la marca, el tipo de pintura y las promociones temporales, con ofertas que buscan captar a quienes aún desean “estrenar casa” para Navidad.

 

Identidad que no se rinde

Pese a las limitaciones económicas, pintar la casa en diciembre sigue siendo, para muchos venezolanos, una forma de preservar la identidad cultural, de sentir la “magia” de la Navidad y de mantener viva una tradición transmitida de generación en generación.

En cada pared recién pintada hay más que color: hay memoria, esperanza y la firme decisión de celebrar, incluso en tiempos difíciles, la llegada de un nuevo año con dignidad, fe y espíritu familiar.

 

 

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