Padres unidos por la acción social
Bien decía el escritor colombiano Gabriel García Márquez: “Cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado para siempre”.
Este domingo 19, en Venezuela celebramos el Día del Padre.
Y desde PRIMICIA rendimos honor a quienes a los jefes de la casa; aquellos que son padres de sangre, a los que les tocó criar, quienes ejercen con el ejemplo.
Ese es el caso Guillermo Villarroel, “Papá Full Mecha’’; Ramiro Mendoza -presidente de la “Fundación Cine de Guayana’’- y Daniel López -Fundación Pequeños Discípulos- que buscan ser formadores de valores y al mismo tiempo agentes de cambio, desde sus áreas y conocimientos.
Con el tiempo, el rol del padre ha evolucionado; siendo estos los que hacen los quehaceres del hogar, quienes cuidan de sus hijos y también realizan acciones sociales en las que buscan dejar una huella en sus hijos y en los que los necesiten.
Una familia llena de retos
Ramiro Mendoza siempre tuvo claro que quería ser papá; sin embargo, la vida le puso una prueba. Su hija fue diagnosticada con autismo y se convirtió en la inspiración en todos los momentos de su vida; incluso, lo llevó a escribir un guión sobre una niña autista (Carmen Mendoza) y los retos que tiene su familia.
También ha estado en numerosas labores sociales en diferentes comunidades de la ciudad.
El día a día para Mendoza y su hija es un poco difícil, por los estereotipos de la sociedad y que él busca romper: “Es una de las mayores pruebas de vida, mi hija fue diagnosticada con esta discapacidad (…) esto es una condición que no se cura’’.
El presidente de la “Fundación Cine de Guayana’’ tuvo la oportunidad de emigrar cuando la situación en el país empezó a agravarse hace algunos años, pero no aceptó, ya que no podía dejar a su hija.
Hoy en día, sigue en Venezuela. Mendoza también hace vida en las comunidades de San Félix; realiza talleres, jornadas de titiriteros y teatro, donde lleva motivación, alegría e inspiración a los niños que lo necesiten.
El autismo causa frustración, estrés, confusión en la familia. Sin embargo, Mendoza cree que esto es un “reto’’ y debe afrontarse de la mejor manera, lo que lo llevó a rodar una película completamente en Ciudad Guayana y tuvo toda una producción local, pues se inspiró en la vida de su hija.
“El autismo nunca termina. Siempre hay cosas nuevas’’, agregó Mendoza.
Un día la situación en su casa estaba crítica y en medio de la desesperanza emprendió un nuevo proyecto: Vendía chicha en su bicicleta. Le empezó a ir muy bien, pues su hija notaba la motivación y observaba a su padre todos los días, esto la llevó a ilustrar a su padre en una hoja y escribir “Te amo papá’’. La alegría en el momento fue infinita, tanto así que aún conserva el dibujo.
“La paternidad en Venezuela está en decadencia, hay mucha irresponsabilidad (…) un padre debe de dar cariño, atención y nunca debe dar excusas’’, deja claro.
Y es esto, lo que hace a Ramiro Mendoza un padre excepcional, un ejemplo para su hija, familiares, amigos conocidos y la sociedad en general, que con su dedicación ha logrado educar y llevar sonrisas a muchísimas personas.
El papá que va con todo
Guillermo Villarroel, el “Papá ’Full Mecha’’, asume el rol de padre como es. En su casa hace los quehaceres, lleva a sus hijos al colegio, los acompaña a sus actividades y hasta “rapea” con ellos; se divierte por completo, sin dejar de ser la autoridad.
Villarroel cree que la responsabilidad afectiva es lo que más necesita un hijo, “quiere dar lo que nunca recibió’’.
La relación de este padre y su hijos es tan fuerte que parecen amigos, y a pesar de que Villarroel tiene heridas emocionales de su pasado siempre seguirá demostrando a sus retoños que tiene que dar lo mejor.
Cuando Villarroel empezó este camino se dio cuenta que un papá presente puede evitar un niño agresivo en el futuro.
Uno de los hijos de Villarroel – que se encontraba afuera del país- llegó hace algunos meses a Venezuela; como es más grande ve las acciones de su padre, por lo tanto este quiso subir el nivel de responsabilidad.
“Yo mejoro como persona, como ser humano, como padre, como hijo (…) dejé atrás muchos vicios”, cuenta Villarroel.
En este proceso de mejora continua y ganas de seguir motivando a los demás, Villarroel se convirtió en “Papá Full Mecha” y a través de sus redes sociales busca generar conciencia sobre la paternidad.
Cada día es una aventura
Daniel López no duda en contar su historia y tampoco oculta su emoción. Creció en un hogar de padres ausentes, más que todo su papá. Por eso prometió que si llegaba a ser bendecido como padre, lo haría “lo mejor posible”.
Esa bendición llegó a los seis años de estar casado y su “beba” se convirtió en su motor. No solo le permitió desarrollar esa responsabilidad paterna, a romper patrones familiares, sino a trabajar por otros.
En esa búsqueda creó la Fundación Pequeños Discípulos, de la cual es presidente.
“La esencia de la paternidad es una bendición. Es una bendición educar y enseñar, no solo a nuestros hijos, sino a la sociedad, con el ejemplo. Y a través de la fundación trato de tocar el corazón de los que trabajan como voluntarios y de los padres”, reflexiona López.
Sin dejar de lado la biblioteca que junto a su esposa están levantando para sembrar la semilla de la lectura “es un legado y nos motiva a seguir desarrollándonos”.
¿Momentos difíciles? Por supuesto. Cada día es una aventura, en la cuales -como padre- debe enfrentar sus debilidades y aprender. Porque de fracasos y éxitos se aprende a ser mejores papás.
“Hay tantos niños desatendidos en el hogar. Los padres deben tener un rol más activo y educar con amor, carácter, fortaleza, valores y ejemplo (…) no dejen de lado ese lugar que les ha sido dado por Dios”, sostiene el presidente de la Fundación Pequeños Discípulos.
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