Padres deben estar atentos al bullying en redes sociales, una forma de acoso escolar
La tolerancia, solidaridad y respeto son parte de los valores que se fomentan cada 30 de enero en el Día Escolar de la No Violencia y la Paz, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés).
Cada 30 de enero también se conmemora el aniversario de la muerte de Mahatma Gandhi, el líder pacifista que practicó la desobediencia civil no violenta frente a las injusticias. Fue asesinado en 1948.
“Una educación inspirada en una cultura de no violencia y paz permite a nuestro alumnado adquirir conocimientos, actitudes y competencias que refuercen su desarrollo como ciudadanos globales críticos y comprometidos con sus derechos y los de otras personas”, resalta la Unicef.
Esta institución define el acoso escolar o bullying como “la conducta de persecución física y/o psicológica que realiza un estudiante contra otro de forma negativa, continua e intencionada”.
Entre los tipos de acoso mencionan las agresiones físicas y verbales, el acoso sexual y la exclusión social. También se califica como bullying la extorsión, robos, difamación y creación de rumores.
Acoso digital
La Defensoría de Niños, Niñas y Adolescentes de Unare III, en conjunto con la Escuela de Derecho de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab) Guayana, realizaron un foro chat sobre el acoso escolar.
En dicha actividad, el licenciado en Educación Integral, Eliezer González, resaltó, aunque no hay actividades dentro de las aulas por la pandemia del covid-19, que el acoso se podría generar en medios digitales.
“El acoso se manifiesta a través del ciberbullying, mensajes de texto, llamadas o del envío de agresiones por redes sociales”, mencionó.
El docente instó a los representantes a estar atentos a la información que manejan los niños y adolescentes a través de redes sociales, con quiénes hablan y qué tipo de conversaciones tienen.
El psicólogo clínico Luis Urbano confirmó que se mantienen los casos de acoso escolar a pesar de no haber clases presenciales.
“Se ven casos donde los chicos logran conseguir los trabajos de sus compañeros (videos explicativos o fotografías) y comienzan las burlas y las críticas”, explicó.
Urbano recomendó que al identificar el tipo de acoso lo denuncien ante los docentes y llamen la atención del alumno que incurra en algún tipo de bullying.
Ciberagresor
Desde la Unicef resaltan que el “ciberagresor” puede tener un comportamiento normal en el “plano físico” y mostrar su agresividad en redes sociales, al producir contenido y subirlo a la web para verlo y compartirlo.
El agresor escolar en la mayor parte de los casos actúa impulsivamente en la búsqueda de reconocimiento y aceptación, usando la manipulación y comportamiento agresivo, explica la Unicef.
Luis Urbano explicó que las causas del acoso escolar se producen “en un momento muy concreto evolutivo del niño”, cuando se desarrolla la base del apego con sus cuidadores.
“Ese apego cambiará en función de sus primeras experiencias con el entorno, especialmente con sus compañeros de clase. El Yo del individuo saldrá de la adolescencia a la vida adulta con esa identidad”, afirmó.
Entre los síntomas “evidentes” en una víctima de acoso escolar mencionó la depresión, ansiedad, rechazo de ir al colegio, dolor de cabeza y estómago, trastornos alimenticios.
Destacó que “es una gran ingenuidad” suponer que el problema del acoso escolar se solucionará solo.
“Debemos entender que la sombra del acoso subyace casi en todas las relaciones grupales de la adolescencia, en el proceso de formación de la personalidad. Debe haber una alerta social ante al mínimo señal de acoso entre iguales”, añadió.
Triángulo
Ana Lezama, médico especialista en psiquiatría, apuntó que el acoso escolar se basa en un triángulo entre la víctima, el agresor y los espectadores.
“Si no existen observadores, no existe el acoso porque al agresor le encanta sentirse el fuerte, que tiene el poder, pero para eso necesita refuerzos para poder lograr el objetivo que desea contra la víctima (…) mantener un liderazgo, pero a través de la agresividad”, agregó.
Lezama aseguró que en los participantes del triángulo hay vulnerabilidad y depresión, pero que sus emociones son expresadas de forma diferente.
“Normalmente el niño o adolescente no expresa su depresión a través del llanto sino por medio de la agresividad, sobre todo en la búsqueda de sentirse fuerte y saber lo que va a formar como adulto y que tiene mucho temor de manifestar lo que es”, resaltó.
Sobre las víctimas, la psiquiatra expuso que en ocasiones son niños o adolescentes débiles e inseguros por falta de competencia social, carencia de asertividad y manejo emocional, a veces son sobreprotegidos en el ámbito familiar.
Añadió que los niños víctimas de acoso escolar también pueden ser sensibles, callados, apartados, tristes, con baja autoestima y que en ocasiones se llevan mejor con adultos por el temor a ser rechazados por sus coetáneos.
“El perfil del agresor es ser fuerte, con necesidad de dominar, someter a los compañeros y salirse con la suya, en el sentido de tener poder y fuerza (…) no muestran solidaridad y compañerismo, son impulsivos y se enfadan con facilidad”, acotó.
Explicó que en algunos casos los agresores son vinculados con conductas antisociales, porque son negativistas desafiantes, se oponen a las normas y leyes.
En el caso de los espectadores, mencionó que son reforzadores de conductas de acoso para tener aprobación de su entorno o por miedo a ser agredidos y pasar a ser víctimas.
Recomendaciones
Urbano recomendó que, si los padres identifican a su hijo como agresor, acepten y asuman la conducta del niño y adolescentes para después abordar los motivos que lo llevan a tomar esas acciones.
“Hay que ser comunicativos, actuar con calma y sin dejarnos llevar por el impulso. Tener en cuenta las consecuencias, el control de la conducta y reparación de daños”, apuntó.
En cuanto a último tema, incluyó el pedir disculpas al agredido, impulsar la empatía y la conducta prosocial. Recordó que los padres deben ser modelos de comportamiento positivo con las demás personas.
También que deben seguir la conducta del niño o adolescente en conjunto con psicólogos y docentes, pedir apoyo al centro educativo y buscar ayuda profesional.
El profesor Eliezer González hizo un llamado a padres y representantes a estar atentos a las redes sociales y los mensajes que puedan recibir sus hijos por medios digitales, para evitar que sean víctimas de ciberacoso.
Recalcó la importancia de la familia como fuente de amor y educación, para que el niño empiece a socializar “basado en los valores, normas y comportamientos enseñados en casa, evitar que la casa se convierta en escenario hostil o demasiado permisivo”.
González precisó que en los colegios se debe estar atento a las conductas inapropiadas que se generen en los estudiantes y reforzar la educación en valores.
“La disciplina en la escuela ayuda a la construcción de una buena conducta, establecer las reglas y acciones que se tomarán en conductas como el bullying. Actuar rápido, directa y contundentemente en caso de sospecha de acoso y apoyarse en los alumnos para identificarlos”, cerró.
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