Mantente alerta ante las señales de posible depresión en los niños

Los padres deben estar atentos ante un posible caso de depresión en los niños dentro de los hogares, situación que ha aumentado ante la medida de confinamiento frente a la pandemia por covid-19.

La psicóloga infantil Shuxiam Sotillo comentó que los primeros signos de alerta dependerán de cada niño y de su edad. Sin embargo, hay detalles que permiten medir un antes y un después en las actitudes de los infantes, en algunos casos se puede reflejar como irritabilidad.

“Cualquier cosa que tú le digas a un niño, este va a ser o excesivamente sensible o súper irritable. Si les regañas, no te hacen caso o te gritan, tienden a ser agresivos”, explicó.

Sotillo resaltó que algunos niños por depresión tienden a autolesionarse, también pueden perder interés en actividades que anteriormente les daban placer.

Acotó que también pueden presentar dificultades de sueño, ya sea para conciliarlo o dormir de más. “Incluso hay niños que no se quieren levantar de sus camas”, afirmó.

“Si yo estoy acostumbrada a llevar a mi hijo al parque y de pronto es como que no tiene ganas de nada, no se quiere levantar, ni bañar, no quiere comer, eso es otro signo de alerta”, destacó.

La especialista mencionó que en ocasiones los padres dejan pasar los primeros signos de alerta como la pérdida de apetito y encienden las alarmas cuando los niños pasan el día sin comer.

Añadió que otros signos de depresión puede ser el aislamiento, o que muestren señales de tristeza, sumisión, falta de comunicación o baja autoestima.

Ambiente de armonía

La psicóloga clínica e infantil expresó que los casos de depresión en niños pueden variar dependiendo de cada edad, ya que son etapas evolutivas distintas.

En el caso de niños de entre cinco o seis años, Sotillo explicó que son dependientes de figuras de autoridad como mamá y papá pero comienzan a tener interés e identificarse con sus pares.

“Se trabaja con la familia, porque para los niños su primera figura de referencia son los padres o en otro caso abuelos, tíos, es su primer núcleo y se trabaja con eso, creando un ambiente de armonía”, acotó.

Lamentó que algunos padres en ocasiones optan por regañar o sancionar a los niños en base a lo que son y no a sus conductas.

“Los padres lo hacen inconscientemente y no saben el daño que le hacen a sus hijos en cuanto a la autoestima, tiende a disminuirla y aumentar sus inseguridades”, admitió.

Sotillo recomendó crear un ambiente de comunicación pero que sea asertiva, en la cual se explique lo que se hizo mal, pero que el niño sienta que se puede abrir, decir cosas, expresarse emocionalmente sin ser juzgado.

La especialista aclaró que en algunos casos los cambios de actitud o de ánimo pueden ser situacionales.

En base a los pacientes que ha recibido, reveló que la mayoría no quieren dormir porque no pueden salir a jugar y eso los vuelve irritables o “no les da ganas de nada”.

“Yo trabajo a nivel familiar, crear un ambiente familiar integro, comunicación asertiva, donde él se siente bien con su familia y consigo mismo”, expresó.

Identificar el canal

Sotillo aseguró que, dependiendo de la situación es cómo se va a abordar el caso, y se deben identificar los canales para llegar al niño.

Como los adultos, los niños también tienen su manera de desahogarse, algunos lo hacen a través de la escritura, otros por medio de pinturas.

“Algunos llegan a consulta, lloran y después es como si no hubiese pasado nada. Es ir indagando qué canal recibe el niño para poder ayudarlo a que se sienta mejor consigo mismo. Algunos hablan y eso les ayuda, otros son más reservados”, agregó.

La psicólogo confesó que su labor se centra en entrenar a los padres para poder establecer un puente para que, más allá de un vínculo familiar, se cree un ambiente donde el niño se siente apreciado, querido, deseado y su importancia para las otras figuras familiares.

“Es como también encontrar ese medio para establecer una mejor comunicación con el niño y nosotros ser un puente para él y su familia”, dijo.

Cifras

Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap), una organización social sin fines de lucro, publicó su informe en conjunto con el Observatorio Nacional de Violencia.

De acuerdo al informe, en 2019 se registraron 98 casos de niños y adolescentes que se quitaron la vida. Y en el primer semestre del 2020 se reportaron 19 casos en Venezuela.

El director de Cecodap, Misle Terrero, aseguró que el aumento de la cifra es una consecuencia de la crisis humanitaria que enfrenta el país.

La situación de la crisis económica y social se habría agudizado desde que inició la cuarentena por covid-19 en el país, de acuerdo con Terrero.

“A los niños y adolescentes les ha tocado enfrentar en este aislamiento problemas de ansiedad, zozobra, intranquilidad, desinformación, inseguridad, desnutrición, enfermedades, abuso físico, psicológico y sexual”, declaró Terrero al equipo de CCN.

Afirmó que el índice de menores de edad que padecen depresión y se autolesionan está presente y va en aumento en todos los sectores de la sociedad.

Terrero hizo un llamado a que el Estado debe priorizar la ejecución de programas para la atención de la salud mental que atiendan la depresión y prevengan el suicidio.

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