Leopoldo Sucre Figarella: Un hombre “de resultados”, que lideró y trabajó en la modernización de Guayana

Este 16 de octubre se cumplen 25 años del fallecimiento del ingeniero y político guayanés Leopoldo Sucre Figarella, quien es considerado como el mejor gerente público que ha tenido la democracia venezolana, y además uno de los responsables de gran parte de lo que es Ciudad Guayana.

Sucre Figarella, quien también se encargó de modernizar al país, nació el 1 de agosto de 1926 en Tumeremo, al sur del estado Bolívar. Se graduó de Ingeniería Civil en la Universidad Central de Venezuela (UCV) en 1948 y para el año 1960, cuando tenía 34 años fue designado como gobernador del estado Bolívar, por el presidente de aquel entonces Rómulo Betancourt.

También en el año 1963, Betancourt nombró a Sucre Figarella como ministro de Obras Públicas y fue ratificado en su cargo incluso para el período del expresidente Raúl Leoni.

“Venezuela para aquel entonces estaba apartada del desarrollo, sin embargo fue tan extraordinaria su gestión que fue ratificado por Leoni como ministro de Obras Públicas”, comentó Waldo Negrón, ingeniero químico y experto en gerencia, quien tuvo la oportunidad de trabajar con Sucre Figarella y realizó un libro en el que destacó su liderazgo.

Asimismo, mencionó que posteriormente el hombre responsable del desarrollo industrial del estado Bolívar también fue nombrado ministro de Transporte y Comunicación durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez y más adelante, durante el periodo de Jaime Lusinchi, asumió la cartera de Estado de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG).

Un hombre de resultados

Negrón recuerda a Leopoldo Sucre Figarella como un hombre asertivo, de poco hablar, concentrado y “de resultados”, pues fue el líder de la transformación y modernización de, no solo Ciudad Guayana, sino de todo el territorio nacional.

“Desde muy joven se le notaba ese potencial, fue un hombre muy exigente, tanto con él mismo como con sus colaboradores”, añadió.

Sucre Figarella se esforzó por dejar al país estructuras de calidad sobre todo en los sectores más necesitados como salud y educación, “llenó el territorio de escuelas, hospitales, ambulatorios y carreteras”, menciona Negron.

Entre sus obras, destaca el puente Rafael Urdaneta sobre el Lago de Maracaibo, el puente Angostura sobre el río Orinoco, los puentes sobre el río Caroní.

También participó en la construcción de la vía Puerto Ordaz-Ciudad Bolívar, San Félix-Upata, Puerto Ordaz-Santa Elena de Uairén. Al igual que el Palacio de Justicia y el Palacio Municipal.

Negrón resaltó que en Caracas, Sucre Figarella también lideró muchas obras que modernizaron la ciudad.

Líder excepcional

Negrón comentó que Leopoldo Sucre Figarella no solo trascendió por ser un gran constructor de obras de concreto, sino que también fue una persona muy visionaria que trajo otra gran cantidad de beneficios a Guayana y a toda Venezuela.

“A diferencia de los típicos gerentes y administradores de la llamada cosa pública, tenía -lo que yo llamo- el decálogo de liderazgo y gerencia”, argumentó.

Entre los numerosos ejemplos de honestidad y creyente de la meritocracia, Negrón contó que “en la CVG se acercó el jefe del partido de Acción Democrática, y le llevó una carta a Leopoldo con recomendaciones profesionales y gente para meter en las empresas y él le rompió la carta y dijo: yo quiero gente preparada, sean o no sean adecos”.

Uno de los postulados de Sucre Figarella fue la meritocracia, y además enseñó a todo el que tuvo cerca a perseverar y a superar obstáculos. “Él decía: no hay meta difícil sino gente incompetente para lograrla”.

“Él le enseña a las personas que, no importa el partido que esté de mando, se necesita siempre de venezolanos preparados y capacitados, no de compañeros de partido que te aplaudan”, rescató.

A la vez, indicó que fue un defensor de los equipos, de integrar y de oír a las personas, y cuando no estaba estudiando estaba trabajando, pero siempre fue muy presto para hacer equipos y ayudar a la gente, estimulaba y delegaba.

Visionario

Negrón también consideró a este ingeniero como un hombre creyente en la capacitación, que insistió en prepararse él y a todos a su alrededor.

“Muchos trabajadores de la CVG se graduaron de ingenieros, abogados y cualquier otra profesión, siendo empleados y becados por la CVG”,recordó.

Mencionó además que fue un hombre con mucha visión y con pensamiento estratégico, que no solo pensó a corto plazo. “Aún las avenidas que construyó en Puerto Ordaz siguen siendo suficientes (…) parecen unas autopistas. Hacía avenidas, puentes y represas pensando en el futuro”.

Agradeció a Sucre Figarella ya que fue él quien propuso que la energía eléctrica del país fuese generada por el agua. “Él lo dijo, la energía del futuro es el agua, que no contamina y no ensucia. Y aunque ya se venían construyendo represas, él las siguió construyendo pensando en la Venezuela de 20 años más adelante”.

Quienes lo conocieron lo recuerdan como un hombre muy optimista, “que nunca estaba triste o decaído”, muy ahorrativo, ” no tenía guardaespaldas ni oficinas muy ostentosas”, un hombre de trabajo, muy preparado y sobre todo honesto.

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