Las bodas en tiempos de covid-19
Frente a la oficina del Registro Civil en Montevideo, una docena de personas paradas en la vereda mira por celular una transmisión en vivo de Instagram. De pronto gritan al unísono: adentro, los novios dieron el sí.
Así se viven las bodas en tiempos de coronavirus en Uruguay.
Allí en su batería de medidas para combatir la epidemia el gobierno suspendió los casamientos con invitados: solo pueden ingresar al recinto los contrayentes y sus testigos.
“Teníamos muchos nervios” por la posibilidad de que se decretara una cuarentena general que impidiera el enlace, dice Renata Amelotti, de 24 años, vestida de impecable traje de blanco.
Abrazado a ella, su flamante esposo Juan Uría, de 27, cuenta que nunca pensaron en posponer la boda.
Sí decidieron hacerlo con la ceremonia religiosa y el festejo posterior, que quedará para octubre.
“Mucha gente que queríamos que nos acompañe no iba a poder estar y nos pareció más importante esperar un poco y poder citar a todas esas personas”, completa Renata después de bailar improvisadamente con Juan un vals en la acera, acompañados por el violín de un músico callejero.
Cuando después de estar en pareja por casi siete años, se inscribieron en diciembre en el registro civil, no imaginaron que apenas tres meses después el mundo sería otro.
Pero la epidemia no los vence. ¿Cómo se sienten? Los dos responden al unísono: “Feliz”.