La distancia no impide la atención a los adultos mayores

El Día del Adulto Mayor se celebra cada 29 de mayo en Venezuela, en esta fecha se conmemora a los abuelos de todas las familias. En este día se rinde homenaje y se recuerda la importancia de los adultos mayores, quienes son seres de llenos de cariño, sabiduría y amor.

En la actualidad, son muchos los adultos mayores que viven solos en Venezuela, ante la gran cantidad de hijos y nietos que han salido del país.

Carmen Teresa Luces tiene 80 años y reside sola en su casa. Su hijo partió a Panamá hace seis años. Una de sus nietas se mudó a Ecuador hace dos años y otra viajó a Colombia hace poco más de seis meses.

A pesar de no tener a su hijo y nietas cerca, aseguró que no está sola. “Estoy con Dios y María Santísima, también con mis tres morrocoyas”, afirmó.

Su día a día varía entre las idas al banco a retirar un poco de efectivo y comprar lo necesario para preparar sus comidas, dependiendo si es semana flexible o radical.

“Estoy feliz. Mi privacidad y tranquilidad no la cambio por nada. Lo poco de dinero que tengo, lo multiplico para ir al mercado”, relató.

Sobre sus ingresos, mencionó que se mantiene con los montos de pensión por jubilación y “uno que otro bono”. Admitió que sus familiares la ayudan cuando pueden.

“Ellos fueron a trabajar, no se les puede exigir mucho. Ellos me socorren cuando pueden”, mencionó.

Servicio con calidez humana

En Ciudad Guayana hay muchos adultos mayores que están solos ante la migración de sus familiares y las restricciones por la pandemia de covid-19.

Carolina Rodríguez es una de las encargadas de prestar el servicio delivery de mercados completos para personas de la tercera edad, comprados por sus parientes desde fuera del país.

“Me gusta pensar que son mis tías, mis abuelitas, mi mamá. Lo hago de la manera que me gustaría que lo hicieran con ellas”, expresó.

Rodríguez añadió que trata de buscar los mejores precios y productos cuando realiza las compras, mientras trata de aprender qué les gusta y que no. Como se trata de mercados completos, la ciclista debe hacer dos o tres viajes para poder llevarles todo lo que le piden los familiares.

Ella aprovecha la pausa entre cada viaje para preguntar al adulto mayor qué necesita o qué le falta de la lista que le han enviado.

“Ellos pagan un monto y salgo a comprarles con la lista. Tengo esta oportunidad de tener esa flexibilidad en el caso de estos clientes que son específicos. Es ser el muchacho de los mandados”, añadió.

Señaló que lo más bonito de su labor es que antes de partir del hogar de los adultos mayores, las abuelas le echan la bendición a ella y su equipo.

Rodríguez resaltó que lo importante de hacer los repartos a domicilio para los adultos mayores es el acompañamiento, la calidez humana, el pedirles la bendición al llegar a cada hogar.

Añadió que las compras son solicitadas desde varias partes del mundo, como México, España, Chile o Perú, de parte de hijos, nietos o sobrinos. Después de cada compra, Rodríguez trata de detallarles el proceso para que “ellos sientan que fueron, para hacerlos parte de ese día de compras”.

Dicho servicio se realiza cumpliendo con estrictas medidas de bioseguridad para evitar la propagación de covid-19. “Es cuidarlos como cuidaríamos a nuestras tías, abuelas. Es protegerles, servirles y atenderlos, ser enlace con los hijos, nietos y sobrinos”, añadió.

Rodríguez toma fotos y vídeos de las abuelas recibieron sus mercados para enviárselos a sus parientes. “Eso les llena el corazón a los que lo están enviando”, apuntó.

No están abandonados

La pedalista comentó que cubrir las necesidades de los adultos mayores les da tranquilidad a los que están fuera. “Que sientan que hay alguien que se preocupa y se ocupa, aunque se les esté pagando, con cariño para ese familiar. Para ese adulto mayor que está solito, que no están abandonados”, destacó.

Más allá de un servicio de entrega, admitió que se encargan de dar un poco de calor humano con respeto, agradecimiento. “Devolver un poquito de ese tanto que ya los adultos mayores nos han legado. Devolverles un poquito de los que ellos han hecho”, dijo.

Rodríguez confesó que la motivación para seguir trabajando como delivery para los abuelitos está en su corazón.

“Mi mamá lo es, también mi tía. Los adultos mayores necesitan ángeles que les lleven un mercado, un ratico de amor, de alegría, de paz, más allá de una caja de productos, porque lo merecen y lo necesitan”, explicó.

Declaró que ellos son los haberes del saber, el ejemplo, la historia, la sabiduría. “Son los seres más hermosos, aparte de los niños, que tenemos en el planeta. Para proteger, querer, servir, amar, respetar, defender, aprender de ellos y darle todo lo que podamos mientras estén aún con nosotros”, cerró.

De anciano a adulto mayor

La Organización de las Naciones Unidas celebra a los adultos mayores cada 1 de octubre, el Día Internacional de las Personas de Edad.

Se cambió la denominación, de ancianos a personas de edad o adultos mayores, como resultado de las resoluciones de congresos internacionales.

En Venezuela, el 23 de noviembre de 1949 se creó el Patronato Nacional de Ancianos e Inválidos (Panai). Esta institución, adscrita al Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, se transformó después en el Instituto Nacional de Geriatría y Gerontología (Inager).

El Inager fue sustituido por el Instituto Nacional de Servicios Sociales para ampliar a otros sectores de la sociedad, no solo a los adultos mayores.

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