Inseguridad alimentaria aumenta en Bolívar
La Organización de las Naciones Unidad para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) designó el 16 de octubre como Día Mundial de la Alimentación en 1945, pero en Venezuela, el Día de la Alimentación se conmemora cada 18 de noviembre desde 1951, como celebración del aniversario del Instituto Nacional de la Nutrición.
El objetivo es impulsar la buena alimentación de todas las personas, como parte importante para mantener la salud, desde niños hasta adultos mayores.
Según los Indicadores Sociales de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Inso-Encovi), el 63,7 % del estado Bolívar presenta inseguridad alimentaria moderada o severa y el 93,5 % de los hogares tiene inseguridad alimentaria.
De acuerdo con dicho estudio, más de seis de cada diez hogares en Bolívar no compran la cantidad de alimentos deseada o alguno de sus miembros no comió en todo un día.
Inso-Encovi resalta que entre siete a nueve de cada diez hogares pasan hambre en Bolívar, salvo en los municipios Caroní o Angostura del Orinoco.
Sobre la desnutrición infantil, a través de Encovi se evidenció un alto promedio de niños con peso y talla menor a la que corresponde a la edad, sobre todo al sur de la entidad.
Presupuesto
La Canasta Alimentaria Familiar de octubre de 2020 tuvo un precio de 141.808.837,30 bolívares, un aumento del 24,4 % en comparación con septiembre, según el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM).
“Con la situación actual no es nada fácil pero tampoco imposible, sí se puede lograr llevar una alimentación mucho mejor”, afirmó la nutricionista Nathalie Balladares.
La doctora aclaró que primero las personas deben conocer que una alimentación saludable es aquella balanceada, integrando productos de los tres grandes grupos de macronutrientes: proteínas carbohidratos y grasa, nutrientes necesarios para un buen funcionamiento del organismo.
No descarta la dificultad para adquirir ciertos alimentos que son más costosos que otros, pero comentó que una mejor administración del presupuesto puede ayudar a una mejor nutrición familiar.
“A pesar de la situación económica que vivimos, muchas personas derivan parte del dinero en la compra de productos que no generan ningún beneficio, sino calorías vacías y consumo perjudicial, que también son costosos. Si eliminamos la compra continua, el presupuesto rendiría mucho más”, planteó.
Alternativas
Balladares indicó que hay posibilidades de buscar alternativas no tan costosas, de cada uno de los tres grupos de los macronutrientes.
En el caso de los carbohidratos, contó que la mayoría de las personas prefiere las harinas, que -aclaró- “no está mal su consumo moderado”, pero puede sustituirse por verduras y tubérculos.
“Todas ellas las podemos conseguir en muchos mercados: auyama, yuca, plátano, ocumo o papa, que son bastante asequibles frente a otras. Si basamos la alimentación en el consumo de verduras, te alimentas y nutres mejor, mientras probablemente inviertes menos”, expresó.
Balladares invitó a tomar más en cuenta los vegetales y frutas, “lo que alcance en el presupuesto”. Y resaltó los beneficios de los granos o leguminosas como parte de la alimentación.
“Los granos son una opción un poco más asequible y nutren como ninguno, son uno de los mejores alimentos porque son fuente de carbohidratos, altos en fibra, tienen muchos minerales, micronutrientes y vitaminas”, añadió.
La nutricionista acotó que en el aguacate o en los frutos secos se consiguen grasas insaturadas o saludables, que tienen efecto antioxidante y cardioprotector.
Sobre las grasas saturadas, aprovechó para aconsejar la disminución del consumo y con eso reducir gastos al momento de comprar alimentos.
“Bajarle al consumo de frituras, aceite, mantequilla, eliminar todos esos condimentos altos en sodio, las salsas, que no generan beneficios. Podemos eliminar eso y cocinar lo más natural posible, la gente ahorraría bastante”, señaló.
Explicó que los lácteos forman parte del grupo de las grasas saturadas, por lo que es una buena opción buscar versiones con menos grasa. O bajar la frecuencia de consumo, para a la vez ahorrar dinero, por ejemplo, mencionó el tradicional queso blanco duro.
Proteínas costosas
Al hacer las compras para el hogar, lo más costoso son las proteínas. El kilo de carne ya está cerca de los 3.000.000 de bolívares, el kilo de pollo también pasó los 2.000.000 de bolívares, al igual que el cartón de huevos.
“Las proteínas son el alimento más costoso, la desnutrición principalmente en el país es por el consumo proteico, pero hay alternativas. Aunque el huevo, pollo, pescado y carne son alternativas más costosas, no son las únicas que existen”, acotó Balladares.
Apuntó que los granos o leguminosas también son una fuente importante de proteína con alta calidad biológica, que se puede alternar con la proteína animal para abaratar los costos, sin dejar de reforzar la masa muscular.
“No es que sea fácil llevar a cabo una alimentación saludable, totalmente balanceada en este país, porque lógico que los presupuestos de la mayoría de la población son bastante limitados, pero ayuda bastante saber derivar ese presupuesto”, cerró.
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