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Guayanés que atravesó el Darién: Pensaba en mis hijos y en salir lo más pronto posible

En la selva del Darién tienes que escalar, hacer fuerza física y hay que estar en condiciones, no es para cualquiera”, dijo Fernando.
lunes, 02 octubre 2023
darién
Cortesía | El salario de dos trabajos no alcanzó para mantener a su familia

“Crucé el Darién por mis hijos”, una de las historias entre las 230 mil personas que han atravesado la selva en lo que va de año, con la esperanza de buscar un mejor futuro para su familia.

A principios de agosto, las autoridades panameñas pronosticaron “récord histórico” de migrantes por el Darién; comparado con el 2021 se contabilizó el paso de 133.726 personas y en 2022 unos 49.452, según datos aportados por el ministro de Seguridad de Panamá Juan Manuel Pino.

También destacaron que unos 40.000 niños han cruzado el Darién.

En entrevista a PRIMICIA, a quien llamaremos Fernando, contó la travesía de dos semanas desde su salida de Puerto Ordaz hasta México, el país actual donde reside mientras espera la aprobación de papeles para ingresar al suelo estadounidense.

Confiesa que la situación actual del país lo obligó a irse de Venezuela, al no poder mantener a sus dos hijos.

“No me rendía el dinero para comprarles todas su cosas como sus cereales, frutas y buena comida, tampoco podía ir un fin de semana de paseo porque me limitaba, tenía que comprar comida, quería comprarles unos buenos zapatos o ropa y tenía que pensar en la comida”, lamenta el padre.

Agotó sus opciones

Fernando en Puerto Ordaz tenía dos empleos, de lunes a viernes trabajaba en una cristalería con un salario de 25 dólares semanales y, de jueves a domingo desde las 5:00 de la tarde hasta las 12:00 de la noche se dedicada a preparar hamburguesas y perros calientes con una paga de $30 a la semana.

Con los 55 dólares que percibía a la semana por ambos trabajos y el todo su esfuerzo, no bastó para cubrir con todas las necesidades básicas de sus hijos y su esposa, quien también es proveedora en el hogar.

Un pasaporte vencido, sin visa y con poco presupuesto en el bolsillo, la mejor decisión fue irse por el Darién.

Al tomar una de las decisiones que cambiaría el rumbo de su vida, Fernando menciona que no sintió temor por pasar una de las selvas más peligrosas.

“Duré tres días metido en la selva, el primero se me hizo un poco difícil, se me cansaron las piernas porque llevaba peso por los tres bolsos: uno morral de una muchacha, el de una niña para ayudarlas a ellas y el mío”.

Al adentrarse en la selva, Fernando recuerda que mucha gente ayuda, “los conoces, te dan la mano, te ofrecen agua y ayuda”, pero está la otra cara de la moneda que solo les importan ellos y sus vidas.

En medio del camino, Fernando encontró el cadáver de un hombre, “se rumoraba que por una caída se fracturó la clavícula y el dolor le provocó un infarto.

En la selva tienes que escalar, hacer fuerza física y hay que estar en condiciones, pasas ríos, tienes que subir tres montañas y caminar sobre el piso rocoso del lado de Panamá, entonces vas caminando y te vas lastimando los pies, se te mete la piedrilla entre los zapatos, no es para cualquiera”, agrega.

Fernando menciona que ayudó a quienes pudo en el trayecto, “regalé proteínas a niños y familias, porque no es fácil lo que ves, la frialdad de algunos, ves gente cansada, llorando porque no pueden más, eso te da nostalgia”.

“Cuando les dije a mi familia que me iba muchos tenían miedo, pero también confiaron en mí porque sabían que por mi rendimiento físico podía aguantar el paso, mientras estaba en la selva pensaba en mis hijos y en salir lo más rápido posible”.

Oraciones

La esposa de Fernando a quien llamaremos Mónica, dijo a PRIMICIA que mientras su esposo salió de la puerta de su casa con una despedida sin fecha de reencuentro, solo con la esperanza de “pronto nos volveremos a ver”, evitó leer noticias del Darién.

Aunque la comunicación con Fernando se limitó al perder su teléfono en el camino y solo a través de un equipo prestado se mantenían en contacto para avisar en qué país estaba y cuánto falta para llegar a su destino, Mónica aseveró que su esposo nunca salió de sus oraciones.

En la actualidad Monica está en Puerto Ordaz, a la espera de la llegada de su nuevo hijo y el abrigo de la familia de ambos, mientras se reencuentren con Fernando.

 

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