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Educa sin violencia a tus hijos 

Ya que actúan como “esponjas”, los niños aprenden lo que ven de sus padres y lo repiten en otros lugares.
martes, 01 noviembre 2022
niño jesús
Cortesía | Dentro y fuera de casa sé el mejor ejemplo para tus hijos

El entorno familiar es el lugar donde inicia la vida social de los niños, ya que es en este donde aprende las maneras de actuar y relacionarse con los demás. En este sentido, dependiendo de lo que reciba en casa, su comportamiento será positivo o negativo fuera de ella.

Con el regreso a clases, aunque los niños permanecen gran parte de sus días en la escuela -mientras los padres, comúnmente, trabajan- es necesario que la relación entre estos se fortalezca y mejore cada vez más.

Por una parte, como adultos, es posible que las obligaciones laborales o familiares sean causantes de estrés o cansancio, y estas a su vez ocasionen maneras inadecuadas de desahogo que se convierten en acciones violentas hacia los niños. Sin embargo, aunque nadie está exento a alterarse, “el estrés de los padres no debe de afectarlos”, afirma la psicóloga Yamilet Pinto acerca de la gestión emocional que evitaría el maltrato hacia los hijos y las consecuencias que esto conlleva.

Pinto asegura que los pequeños que viven situaciones de violencia dadas por sus propios padres, son propensos a tener baja autoestima, ser inseguros, no interactuar con su entorno y, disminuir su participación y rendimiento en la escuela. “La agresividad es terrible”, comenta al explicar que también genera ansiedad y la creación de mentiras como intento de evitar el maltrato.

Violencia aprendida

Aunque algunos padres defienden sus acciones violentas argumentando que “a mí me pegaban y estoy íntegro”, la realidad escondida detrás de esto puede ser muy diferente. Las psicólogas resaltan la posibilidad de que esta sea una conducta repetida durante varias generaciones.

“Ser padres es una decisión, pero ser hijos no”, menciona la psicóloga Irma Verchionacce, al referirse al abandono o la falta de atención como una manera más de maltrato infantil. Así se hace evidente que la ausencia de los padres -aunque sea por trabajo y querer mejor calidad de vida- también perjudica el bienestar y el futuro de los niños.

En este sentido de violencia repetitiva, cabe mencionar la posibilidad de que un niño maltratado en su casa, actúe de igual manera en su entorno, convirtiéndose en un victimario. Un niño que hace bullying, o que no respeta a sus maestros, por ejemplo, “es víctima de una situación que no sabe canalizar”, ya que la violencia ha formado parte de su normalidad.

Es en estos momentos cuando se hace necesario acudir a especialistas y mejorar, entre otras cosas, la comunicación y las conductas en casa.

De igual manera, los niños con deficiencias en su autoestima e imposibilidad de defensa por falta de seguridad, son propensos a ser víctimas de bullying, y no solo en la escuela. “Los primeros que deben respetar a los niños, son sus padres para que ellos aprendan”, agrega Pinto, por lo cual también resalta la importancia de no minimizar el tema, y hablar acerca de los valores, la autogestión de emociones, y la comodidad del niño en otros entornos.

Sobre esto, algunas de las señales que manifiesta una víctima de bullying, es el aislamiento, el rechazo a relacionarse en determinados lugares, la disminución del rendimiento en la escuela o los trastornos de sueño, por lo que depende de los padres prestar atención a ellas para encontrar una solución. La comunicación juega un papel fundamental en estos casos.

Niños estresados

Aunque no es común tomarlo en cuenta y en ocasiones sea descalificado por los padres, los niños también se estresan y, esta es una de las razones por las que a veces se torna complicado que cumplan tranquilamente con sus tareas escolares.

“La letra no entra con sangre”, comenta la especialista Pinto al referirse a las amenazas o acciones violentas que no colaboran con la motivación que el niño pueda tener para hacer alguna actividad.

Asimismo, como psicólogo clínico, Ysolannis Rojas afirma que “la violencia física siempre viene acompañada de violencia psicológica”, por lo que el niño se cree cualquier acto o palabra negativa que provenga de sus padres y evita esforzarse “porque mi padre dice que soy un inútil”.

Por ello, es necesario conocer cuáles son las razones que evitan que se sienta cómodo, preguntando qué pasa y por qué siente que no puede avanzar. También, es recomendable hacer comentarios motivadores, e incluso utilizar metáforas, sin recurrir a regalos o recompensas que ocasionarían otro tipo de resultados con el paso del tiempo.

“Hazle preguntas, pero no asumas que es flojo e irresponsable”, recomiendan las especialistas para que el niño no visualice al momento de hacer sus tareas como “la hora del terror”.

En el mismo sentido, sobrecargar a los niños de actividades extracurriculares, también genera consecuencias negativas en ellos. “Debe ser algo que le guste al hijo, no al papá o a la mamá”, señala Rojas como una manera de que se sienta motivado a cumplir fácilmente con sus compromisos.

Fortalecer vínculos

Al recibir afecto de sus padres, los niños son capaces de sentir paz y seguridad, por lo que mejorará su relación en cualquier lugar. Para esto es necesario demostrar amor y mantener una relación cariñosa y cercana con ellos.

Es recomendable organizar el tiempo para aprovechar momentos de recreación, como aprender algo o jugar juntos y, así, dejar a un lado los factores causantes de estrés.

En cuanto a la escolaridad del niño, los padres representan su mayor apoyo fuera de la escuela, por lo que deben interesarse en saber cómo es su rendimiento, e involucrar a las tareas como parte de su rutina diaria para facilitar su costumbre hacia ellas; de igual manera, debe existir constante comunicación con los maestros.

Regulación emocional

Especialistas recomiendan drenar el estrés a través de diferentes actividades como la yoga, el mindfulness y los ejercicios de respiración. Asimismo, la ayuda psicológica profesional siempre será una buena opción para mejorar las relaciones interpersonales y dejar a un lado los actos violentos, principalmente, hacia los más pequeños y vulnerables ya que, “dentro y fuera de casa, los niños son niños”, según comenta Verchionacce.

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