Dedicó 30 años a una empresa y lo desactivaron sin respuesta
La pandemia por covid-19 puso la vida de toda la población en una pausa para cumplir con una cuarentena obligatoria, la cual fue un fuerte golpe sanitario, económico y también psicológico, para el cual nadie estaba preparado.
Hasta la fecha son varios los trabajadores de las Empresas Básicas que aún padecen estos factores desde aquel 15 de marzo de 2020, cuando la vicepresidenta del país, Delcy Rodríguez, confirmó dos casos de coronavirus en el territorio nacional.
Con más de 30 años residenciado en Ciudad Guayana, casado, con una hija y una nieta, vive Román Cedeño (nombre ficticio). Desde ese día se encuentra desactivado de una de las más grandes e importantes factorías que conforman el holding de la Corporación Venezolana de Guayana.
Como muchos trabajadores, a Román le prometieron que una vez levantada la restricción, sería reincorporado a su puesto de trabajo, sin embargo, esa promesa no se ha cumplido.
Para él, todo parece engaño debido a que no recibe una respuesta concreta.
La vida planificada se desvaneció
Román tenía su vida planificada: Una vez cumpliera su ciclo en la planta, iba a estar rodeado de toda su familia, pues “ya se comió las verdes” y esperaba disfrutar “las maduras”. Sus aspiraciones murieron ese día.
Los últimos cuatros años han sido los más fatales en la vida de Cedeño, debido a que su salario desmejoró en casi 80 %, mientras que la inflación lo único que hace es subir. De hecho, es de 115 % la acumulada a julio 2023, de acuerdo al Observatorio Venezolano de Finanzas.
Con su salario, también se desvanecieron sus beneficios laborales por tenerlos suspendidos.
Al ser el único sustento de su familia y no estar activo en la empresa a la cual le dedicó su vida por más de 30 años, a Román, se le hace muy complicado el poder tener una calidad de vida como merece.
Ya no sabe qué hacer para volver a ser reincorporado en la industria. Entre marchas y protestas para defender sus derechos, sus ilusiones se mantienen intactas desde el primer día.
No obstante, la situación en las Empresas Básicas ya iba en picada. Recuerda que cuando estaba como trabajador activo en la planta se les dotaba poco material de seguridad, viéndose en la obligación de buscar por su cuenta la dotación para poder laborar.
Buscando un oficio para sobrevivir
Román confiesa que no se ha visto en la necesidad de “mendigar”, como sí puede suceder para otros compañeros, pero no deja de ser duro, ser una persona de la tercera edad y conseguir algún otro oficio para sustentarse.
“La empresa nos sacó como una basura”, dice Román, pero eso no le ha quitado los ánimos de seguir viviendo. “No me he entregado como muchos que lo han hecho”, enfatiza.
Revela que actualmente se encuentra prácticamente sobreviviendo, ya que en estos momentos siente que no cuenta con una vida cómoda, sino una con muchas precariedades.
Luego de ser desactivado, Cedeño se vio en la obligación de invertir un poco de su capital ahorrado para montar una pequeña bodega, lo cual lo ha ayudado hasta el día de hoy a sustentarse junto a su esposa.
El extrabajador mantiene su esperanza de que lo que está sucediendo no va a ser eterno y que en cualquier momento se acabará.
Pero si llegara a sonar su teléfono y la llamada resultara ser de la empresa para que se reincorpore a su puesto de trabajo, su respuesta sería no.
“Ya soy una persona de 60 años, ya quiero descansar y estar con mi familia”.
Reingreso
En marzo de 2023, el ministro Hipólito Abreu, anunció en una visita a Ciudad Guayana que sería publicado un cronograma de ingreso de trabajadores desactivados a la Siderúrgica del Orinoco Alfredo Maneiro (Sidor), pero no hay novedad de este caso.
La clase obrera ha protestado en reiteradas oportunidades en CVG Casa Matriz pidiendo respuesta a la junta interventora, pero no han confirmado reingresos.
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