En Acapulco se sienten “abandonados”
La comunidad Acapulco, está ubicada a pocos metros del puente Angosturita, por la avenida Expresa 1, mejor conocida como “avenida de Los Trabajadores”, en sentido San Félix-Puerto Ordaz. Desde cualquier rincón de la zona se puede observar el río Caroní. Además, una laguna que se hace producto de la desembocadura del río y crece en la época de lluvia.
La condiciones de riesgo no disminuyen desde que se fundó el caserío. Es importante recalcar que Acapulco, es una de las comunidades que se inunda durante la temporada de lluvia. Actualmente, hay más de 60 niños que conviven en situaciones de precariedad. Las necesidades de los residentes son muchas, desde la falta de una bomba de agua para tratar el líquido, hasta la carencia de transporte público, escuela para los más pequeños y centros de salud. También hay que sumar la inseguridad, la abundante maleza y los vertederos de basura que son ocasionados por personas foráneas.
El recorrido A 500 metros antes de cruzar el puente, hay que girar hacia la derecha y seguir el camino de arena para llegar a la comunidad. Los primeros 800 metros están abarrotados de aves carroñeras que se alimentan de los desechos sólidos. Pero también hay personas que están husmeando entre las bolsas y cajas, para adquirir algún artefacto eléctrico, metal o plástico que puedan vender. Esa es una de las maneras con las que pueden llevar la comida para su familia. Aparte de la pesca a orillas del río.
Las viviendas son arropadas por la crecida del río
Lo que sigue es un terreno defectuoso; entre asfaltado, arena y huecos hay que recorrer casi 10 minutos en carro, para llegar al área donde están los habitantes. Las viviendas son de láminas de zinc, algunas de maderas y otras de barro. En la entrada de la población, hay un letrero que indica el camino al balneario. Pues, esa también es una zona de referencias turísticas durante los días festivos. Los primeros en salir de las casas son los más pequeños. Algunos sin camisas y descalzos, pero atentos a los visitantes.
Cuando uno de los niños dijo que habían llegado los periodistas del Diario Primicia, todos corrieron a avisar a sus padres y estos no dudaron en atendernos. Lo primero que comenzaron a expresar fue la urgente necesidad de instalar una bomba de agua. Onil Larez, es uno de los habitantes, dijo que en Acapulco están abandonados y que nadie se preocupa por las condiciones de convivencia en la zona. Siguió explicando que las autoridades gubernamentales solo van “a prometer y no a concretar con hechos las promesas que hacen durante campañas electorales”.
Informó que la bomba de agua se dañó en julio del 2018, durante una visita del gobernador Justo Noguera Pietri, en la comunidad, expresaron la irregularidad. La respuesta del Gobernador, fue prometer mejorar la defectuosa o en caso de no dar con la falla, instalar una nueva en pocos días. En ese momento, se llevaron la bomba y hasta la fecha siguen sin procesar el vital líquido, porque fueron “engañados”. Hasta la fecha, siguen ingiriendo el agua directamente del río. “Estamos tomando agua no procesada. El agua que usamos para beber y cocinar es directa del río. Estamos propensos a enfermedades por ese consumo sin tratar. Gobernador, necesitamos que nos traiga la bomba que nos prometió, porque no podemos seguir arriesgando nuestra salud”, agregó Onil.
De las primeras afectadas Migdalia Patete, fue una de las primeras afectadas por la crecida del río, en 2018. Relató que a principios del mes de julio, se vio en la necesidad de mudarse con un vecino, junto a su niño de cinco años de edad, porque una noche estaban acostados y en cuestión de segundos, la cama se hundió. “Cuando me acosté había un poco de agua en mi casa, pero no pensé que el terreno iba a ceder”. Mientras está el proceso de riesgo en la zona, según los afectados no son beneficiados con la dotación necesaria.
Desde el pasado mes de mayo, Ángel Rodríguez, director de Protección Civil (PC), en el municipio Caroní, informó que recorrerían todas las zonas de riesgos por inundaciones, con el fin de orientarlos sobre las acciones a tomar en caso de emergencias provocadas por las precipitaciones. Al respecto, Larez señaló que hace dos semanas, las autoridades de PC, estuvieron en la localidad y “llevaron un muñeco para explicarnos cómo debemos actuar cuando alguien tenga una emergencia durante las inundaciones y no consideramos que eso sea suficiente”. Recalcó que durante el proceso de inundación no cuentan con el respaldo de ningún organismo.
Salud
La preocupación de la población recae en la atención que necesitan los niños. Consideran que es indispensable jornadas de salud, que incluyan vacunación y entrega de medicinas para el cuidado de los cuadros de fiebre, diarrea, vomito, malaria y dengue. Herminia Vásquez es madre de dos niños, alegó que con frecuencia hay brotes de enfermedades en la zona y no tienen los recursos para atender a los afectados. “Comenzamos porque no hay CDI en la comunidad, ni cualquier otro centro asistencial de salud. En caso de emergencia, tenemos que ir hasta el hospital Dr. Raúl Leoni de Guaiparo y a veces, hay casos que son de extrema urgencia. Corremos el riesgo de que nuestro familiar muera en el camino”. Continúo explicando que es indispensable que las autoridades regionales, “tomen cartas en el asunto respecto a mejorar los beneficios de salud en el sector”.
Herminia expresó que se han dado casos en el que las mujeres han tenido que parir en la casa. “A las que van a parir no les da tiempo llegar al hospital y eso es algo que se debe mejorar para nosotros. La salud es prioridad”. Yudelis Patete, es una de las protagonistas a las que no les ha dado tiempo llegar al nosocomio, para el nacimiento de su segundo bebé. “Hace un año estaba con dolores de parto y nos cansamos de esperar una ambulancia o un carro que pasara por la zona, pero no dio tiempo. Tuve a mi niño en la casa de una vecina que me ayudó porque no pude contenerme más”, contó Yudelis.
Puntualizó que por casos de salud, esperan la cola de algún visitante o van caminando. “La única manera de llegar a Guaiparo, es por nuestros propios medios, porque si esperamos por una ambulancia, nos vamos a morir”, sentenció, refiriéndose a que las veces que llaman al Servicio de Emergencias Bolívar 171, los operadores alegan que no hay ambulancias disponibles para atender el caso.
Están sin bomba de agua
Falta transporte público
Otra de las calamidades en Acapulco es la falta de transporte público. Sus habitantes comentaron que para hacer cualquier diligencia tienen que caminar hasta la parada del hospital de Guaiparo y la del cruce de la UD-145, para poder subir a un microbús. “Nunca hemos tenido transporte público en la zona y es algo que nos afecta al momento de realizar algún trámite o las compras de nuestra alimentación. Caminamos mucho y uno de los riesgos es ser arrollados por algún vehículo que transite por la avenida”, relató Herminia Vásquez.
No hay escuela
Más de 30 niños en edad escolar, tienen todo lo que va del período sin asistir a las aulas de clases de la Brigada Forestal, a pocos más de 10 minutos de la zona. Se supo que los niños eran trasladados hasta la escuela en una lancha, pero cuando se dañó el motor, no tuvieron más alternativas que abandonar las actividades escolares, debido a que ese era el único medio de transporte. “Esa fue otra promesa del gobernador, traernos un motor para que los niños asistan a la escuela, pero hasta la fecha seguimos sin acción positiva”, manifestó Onil Lárez.
Inseguridad
El patrullaje policial en la zona es escaso. Según los lugareños, por la falta de presencia policial es que los delincuentes abandonan cadáveres. “Todos los muertos que aparecen en la zona no son de Acapulco, ni son asesinados por habitantes de la comunidad. La zona es utilizada por los delincuentes para abandonar cuerpos y despistar a las autoridades policiales”, precisó Larez. Por su parte, Vásquez agregó que con frecuencia son víctimas de la delincuencia cuando están en la entrada de la barriada, pero “son malandros de zonas aledañas que se aprovechan de la vulnerabilidad de nosotros”. Los celulares y el dinero en efectivo, es el blanco de los dueños de lo ajeno.
Esperan que las autoridades gubernamentales, atiendan sus necesidades y brinden el respaldo para garantizar estabilidad de convivencia en la comunidad. Los vecinos aseguran que no necesitan de palabras incumplidas, sino acciones que den resultados favorables para todos los residentes de Acapulco.
Protección Civil ya realizó la capacitación a los habitantes.
Clap deficiente
Los habitantes de Acapulco, tenían desde el mes de diciembre sin ser beneficiados con la venta de productos alimenticios a precios regulados. Alegan que el consejo comunal no está bien constituido y es necesario que se den unas elecciones, para así elegir a nuevos miembros y garantizar la regularidad del beneficio.
Requieren asfaltado
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